jueves, 12 de julio de 2012

CASTAÑO: TORERO DEL AÑO / Por Antolín Castro

 Sometiendo a uno de Adolfo Martín. Con la montera puesta, otro gesto del torero

CASTAÑO: TORERO DEL AÑO 
Como saben nuestros lectores en nuestra sección División de Opiniones les ofrecemos una encuesta para conocer quién es, a juicio de los aficionados, hasta hoy, el torero del año. Como tengo derecho, al igual que los lectores, a dar mi opinión, la doy sin reserva alguna: El torero de este año es Javier Castaño.


Antolín Castro
La encuesta, al momento que escribo, dice lo mismo, con un porcentaje altísimo del 70%, pero siendo importante dicho apoyo, que podría cambiar a lo largo de los días que esté la consulta, creemos que existen datos objetivos que avalan ese título. Que puede ser como el de ‘campeón de invierno’ en el fútbol, pero que es posible que sea el mismo al final de la temporada.
Valencia, Castellón, Sevilla, Madrid, Pamplona y, sobre todo, Nimes, han sido testigos de las actuaciones únicas, diferentes, poderosas, del torero salmantino. No se trata de ir cortando orejas para que las aireen por ahí, sino de dejar poso en cada uno de las actuaciones y la sensación de que lo hecho no era fácil de hacer.

Varias de las actuaciones citadas las he presenciado en directo y del resto tengo constancia por compañeros de OyT que han resaltado debidamente lo que ha supuesto cada una de ellas. En todas a nadie ha dejado indiferente, en todas las gentes salen con la sensación de que con él hemos salido de la monotonía, de la rutina, de las ventajas, de la comodidad.
Parecería un sueño si no fuera realidad: Se pueden torear las corridas duras, se puede estar por encima de los toros difíciles, se puede estar torero, se puede dar participación activa a los subalternos, de a pie y a caballo, se puede poner orden en la lidia, se puede revitalizar el tercio de varas, se puede uno mostrar serio en la plaza y sin concesiones a la galería, se puede ejecutar la suerte de matar de verdad y de distintas maneras, se puede evitar el aburrimiento aportando novedosas formas durante la tarde, se puede…

Y si se puede hacer todo eso, nos preguntamos, ¿por qué los demás no lo hacen? Sencillamente por incapaces. Para tener todas esas capacidades hay que tener actitudes y aptitudes muy diferentes a lo que nos vienen mostrando en las últimas décadas. Javier Castaño ha logrado aunarlas, sumarlas, hacer de la necesidad virtud y aportar en el ruedo, y durante la lidia, el conjunto de valores que hacen del torero un ser especial.

No renuncio a decir que en tiempos pasados este torero me aburría, pero es que su espera le ha servido, a otros no les sirve, para darse cuenta de que antes era un imitador de otros triunfadores, de que iba por el camino de la modernidad; es decir, del aburrimiento. Ahora ha elegido el camino contrario, se ha decantado por el camino de que es el toro el que tiene importancia y que el torero ha de ser el que se imponga a sus condiciones. ¡¡Casi nada!!
Eso ha hecho y le está saliendo redondo. Los espectadores nunca, de ser tan antiguo, habían visto tercios de varas en condiciones, tampoco esa firmeza y seguridad para imponerse a las características de los toros. Y lo notan como frescura, cuando no deja de ser la esencia de esta Fiesta.
Claro, no lo hace con los toros del mono encaste, no valdría. Los miuras, los cuadris, los adolfos…, son los que dan carta de naturaleza a la verdad que nos ofrece. Por eso se percibe diferente Castaño, por eso le percibimos como necesidad y como ejemplo. Se puede triunfar con toros de los llamados imposibles, se puede hacer de la lidia un ejercicio de máxima atención para los públicos. Por eso hay muchas diferencias cuando el actúa.

Javier Castaño: Torero del año por derecho propio. Al menos yo lo tengo muy claro al día de hoy. Y por sus formas no parece que lo vaya a cambiar por anunciarse con las figuras y sus toros. Aunque estamos seguros que ellos tampoco querrán entrar en su terreno. Lo que hace falta es que los aficionados sepan diferenciarlo y valorarlo. Ganaremos todos.

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