"...La vida, fue para el maestro Puerta como ese “Escobero” de Miura que trató de quitarlo de en medio, mientras que el torero se resistía con raza y valor, una y otra vez..."
Diego Puerta, un año después
Por José Luis López Marín
Queridos amigos, el viernes 30 de Noviembre se cumple el primer aniversario de la muerte de un torero. Un año desde que el maestro Diego Puerta hizo el último paseíllo por las calles de Sevilla, y a hombros de sus amigos atravesó la Puerta del Príncipe del coso maestrante.
La familia quiere recordarlo, ese dia, en compañía de todos los aficionados y amigos, ofreciéndole una misa, a las 8 de la tarde, en la parroquia de San Bernardo, esa parroquia donde a los pies del Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio, había sido bautizado hace ahora 71 años.
Las grandes personas, que se van en cuerpo, son generosas hasta el final y nos regalan su alma y su recuerdo, para que quede siempre entre nosotros. Diego Puerta nos dejó el ejemplo de las grandes figuras de todos los tiempos. La raza, el valor, la torerìa, la gracia, la profesionalidad y la grandeza de volver a la cara de los toros, una y otra vez, después de más de 50 cornadas, desde que tomara la alternativa en Sevilla, el 29 de Septiembre de 1958.
Las retinas de los aficionados sevillanos aun tienen frescas las imágenes del 30 de Abril de 1960, en que un toro de Miura se empeño en mandarlo a la enfermería antes de tiempo, y el maestro del Cerro del Águila se empeñó en que no. Fue una de de las faenas mas pundonorosas que se recuerdan en la carrera de un torero.
Nadie sabe a ciencia cierta las veces que el cuerpo menudo del torero, embutido en un terno blanco y azabache, fue volteado por “Escobero”, de la ganadería de Miura, pero si se recuerda que el torero, cada vez que se levantaba, después de una voltereta, le ponía mas rabia y corazón, para dominar las broncas embestidas del morlaco. Cuando terminó con él “miura” y fue llevado a la enfermería, el equipo medico encabezado por el Dr. Leal Castaño, le recibió con una apasionada ovación.
Al dia siguiente, estaba anunciado de nuevo en el coso del Baratillo, y con el cuerpo dolorido y lleno de esparadrapos, Diego, “Corazón de León” realizo el paseíllo y le corto tres orejas a una corrida de Peralta.
La vida, fue para el maestro Puerta como ese “Escobero” de Miura que trató de quitarlo de en medio, mientras que el torero se resistía con raza y valor, una y otra vez a las cornadas de los toros, a los accidentes de circulación y a las enfermedades. Hasta que una puñetera diabetes, que le produjo un fallo multiorgánico, se lo llevo enganchado entre sus cuernos hasta lo mas alto de la historia de la tauromaquia.
Hasta siempre, maestro y que Dios, también arriba, reparta suerte.
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