domingo, 19 de enero de 2014

Beneficencia 2014: de Corrida del Año a Festival de los Amigos de Abella / José Ramón Márquez


Julián y su personal interpretación del natural

"...Digamos que, al no ser necesaria la recaudación de Beneficencia para el sostenimiento del Hospital Provincial, como antaño, ahora debería cambiar su nombre por el de Corrida de Beneficiarios, pues eso son los elegidos para la misma, primero por la morterada que les dan, que estando Abeya por medio la pasta nunca es un problema, sobre todo la que no es suya..."


Carlos Abella, director-gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid


José Ramón Márquez
Bueno, pues ya tenemos en marcha el circo de la tauromaquia, cosa cultural, según dicen. Hace unos pocos años se puso de moda lo de anunciar la Corrida Extraordinaria de Beneficencia en enero. Cosas de Abella, a quien todos sus devotos llamamos Abeya, ese delicioso chisgarabís catalán que anda muñendo tantas cosas que no tiene tiempo para mandar que cambien el trapo roto, negro y deshilachado que corona la fachada de Las Ventas por una bandera limpia y nueva, aunque sea la estelada.

Digamos que, al no ser necesaria la recaudación de Beneficencia para el sostenimiento del Hospital Provincial, como antaño, ahora debería cambiar su nombre por el de Corrida de Beneficiarios, pues eso son los elegidos para la misma, primero por la morterada que les dan, que estando Abeya por medio la pasta nunca es un problema, sobre todo la que no es suya; y segundo porque esa corrida se concibe cuan carambola de Fernando VII para obtener otros fines tales como el de conseguir con poco esfuerzo triunfos low cost, con la plaza llena de entradas regaladas por el Ente Autonómico.
Podemos olvidarnos de aquello de que en Beneficencia se anunciaba a los triunfadores de San Isidro, acaso porque hace años que en San Isidro no triunfa nadie, y por eso es que se ha transformado en una especie de Gala del Jueves concebida, calculada y armada antes del inicio de la temporada. Un Festival, vamos.

Los Beneficiarios que matarán la corrida de Alcurrucén reseñada para la Beneficencia son Ponce, July y Fandiño, según nos informan los canales habituales.

Ponce se tira la torta de años sin venir a Madrid en condiciones y ahora el tío reaparece apuntándose al festival. No es serio. Y en vez de medirse con alguien de su tamaño, pongamos que hablo de Tomás, se anuncia con el pequeñín de Velilla, el Importancias. Ponce no tiene derecho, al final de su carrera, a ese volatín logrero y cobardón, sinceramente. Ponce tiene que pedirse dos corridas en San Isidro, una de las duras y otra de las que para él sean de garantía, y el que venga atrás que arrée. Eso es lo que hace una figura del toreo. Ponce no puede reaparecer en Madrid con una corrida amañada, con público de aluvión y gañote, aliviándose. No tiene derecho a hacer eso, simplemente. Me imagino a Victoriano Valencia: “Enrique, un torero de tu categoría... etc”. Ponce, como se decía arriba, tiene que buscar la confrontación con alguien equivalente, no vale July, ese diablejo que cuando se retire no se va a acordar de él ni la gorra de los porteros, por más cantares de gesta que le tengan dedicados los de siempre.

Y July, el Importancias, Orejeitor, que haga lo que le dé la gana. Si va a Sevilla, San José, y si va al Beneficio, la Purísima. Importa un bledo. Dicen que es un torero poderoso... pues que lo demuestre. El año pasado dijo, dijo, dijo que mataba Miuras en Sevilla ¡Juas, juas!, que le cogió el Miura dos días antes de la de Miura; pues ahora, que venga con Miura a Madrid, o con Escolar, o con Victorino, o con Adolfo, o con Cuadri, o con algo donde pueda demostrar a las claras su cacareado poder, y así nos calla la boca de una vez a los que decimos que el pequeñín sólo tiene poder en los despachos, en las entretelas, en los créditos blandos, en las redacciones. Montar el órdago sevillano ad maiorem mexicanii gloria y venirse a Madrid a pastelear la Beneficencia a beneficio propio a ver si por fin consigue la ansiada foto saliendo por esa puerta en la que pone “Año 1929. Plaza de Toros”, da una impresión de deplorable cálculo interesado. ¡Con los galafates que ha matado en México debe estar bien entrenado! Que venga con toros y se deje de monsergas. ¡Sólo pedimos toros imponentes para el Importante!

Y Fandiño, convidado de piedra en ese cartel absurdo, se sentirá halagado. ¡Soy figura!, se dirá. Pero quien va a matar en Sevilla la de Miura que nos debe el July es Fandiño, no sé si me explico. Fandiño no está en la partida, simplemente. Como le pasó a July aquel remoto día en Valladolid con Ponce y Tomás -cuando Tomás era Tomás-.

Siempre que se habla de Beneficencia me acuerdo de don Javier, viejo abonado de la delantera de Andanada que debe andar por los noventa, y otros noventa más que le deseo que viva, que nunca acudía a la corrida de Beneficencia:

-Es que ese día la Diputación regala muchas entradas y la Plaza pierde seriedad, que a la gente no le importan los toros, sólo van a aplaudir y a pasar el rato.

Eso justamente es lo que buscan Enrique Ponce y Julián López. El otro está a lo que le digan.


Uno de los pavorosos glafates lidiados que Julián lidió el otro día,
mano a mano con Morante, en Manizales.


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1 comentario:

  1. Sr.Márquez, qué dificil y qué jodido es demostrar la evidencia.No obstante,es necesario seguir insistiendo.Un cordial saludo.

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