lunes, 7 de abril de 2014

PALOMO LINARES EN LA PEÑA "TERCIO DE VARAS" / Por José Olid




Jose Olid / Facebook
Con la presencia, el gesto y la palabra comprometida Don Sebastián Palomo Martinez "Palomo Linares" cierra las XXV Tertulias de la Tercio de Varas", éstas de 2014, de quién alguién me señala como de calificar "Santuario del Primer Tercio". Pues sí, ya de entrada el ponente e invitado de honor, pese al no hay billetes, preguntó al observar las ausencias, por los Picadores de Linares, por los Toreros de Linares, por los Ganaderos de Linares. Ya aparece las Casta, la misma qué exhibió a lo largo de su carrera. Esa carrera profesional jalonada por un discutido rabo en Madrid, pero que guarda en lo más profundo de su alma. De cómo muy exigente, nos explica con sus cuadrillas; aún recuerdo a Bojilla y su Toreo a una mano, cuando era requerido; o a dos y muy bajo, cuando lo exigía la lidia. Tengo un pequeño tesoro, y es la foto original -ya tomada de sepia- de la noche de Vista Alegre. Había dejado de ser "el rata". 

Yo también guardo en lo más profundo de mi ser, de cómo cuando le redacté y realicé una página publicitaria, sus mentores pretendieron pagarme con el vulgar "sobre" -despreciado por supuesto-; mientras, se les pasaba la oportuna factura, pagada sin faltarle un céntimo; honestamente suponía. La altanera posición de Don Pablo Lozano no paso desapercibida ante los presentes en las Oficinas de la Plaza de Toros de la Alameda. "Y quién es éste..." Preguntó, sin duda para incluirme en una lista, la cual solo ellos conocen. Verán qué, siendo antiguos los tiempos, ya venían viciados. 

Palomo Linares, ya libre de endemias y problemas, habló muy clarito. Lean a Don José Cisneros en su de CATAFALCO Y ORO. Por otra parte, vean la segunda foto de al lado. 
Se trata de Don José Arenega, Presidente de la Tercio de Varas, hombre de segundas lineas, hombre de base -no ha lugar a protagonismos-, hombre que encierra un grado de afición incalculable, versado, lector impenitente, de una memoria descomunal; y lo más, de una prudencia, de una sencillez y de una hombría de bien que obligan a la Tercio de Varas a sentirse orgullosa de quién ocupa en estas fechas tan digno lugar. 

Por otra parte debo alegrarme de la presencia de Don Angel del Arco, quién con sus sapientísimas palabras, dignificó tan entrañable acto.

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