miércoles, 21 de mayo de 2014

CÓRDOBA: José María Portillo Fabra y su Pregón Taurino de la Feria Taurina.





El actual presidente de esta Tertulia, José María Portillo Fabra, como gran cordobés, buen aficionado y enamorado de esta tierra, puso todo su cariño y dedicación en pronunciar el Pregón Taurino de la Feria de Mayo Córdoba.

PREGÓN DE LA FERIA TAURINA CORDOBESA 2014

Informa José Luis Cuevas. 
La Tertulia Taurina cordobesa “El Castoreño”, la noche del pasado día 15 de mayo de 2014, con el Salón Liceo del Real Circulo de Amistad hasta la bandera, celebró el Pregón Taurino de la feria de mayo cordobesa, acto con el que, desde hace XXV años, se abre la Feria Taurina de Córdoba, en honor de Nuestra Señora de Salud. Este año de recortes, en el que la economía los sufre en todos los ámbitos, su Presidente, José María Portillo Fabra “se echó palante” y resolvió la difícil papeleta que se planteaba, pues ya han sido muchas las grandes personalidades que han hecho que este Pregón Taurino sea ya el referente taurino más importante que se celebra todos los años en la ciudad Califal. Así, el actual presidente de esta Tertulia, José María Portillo Fabra, como gran cordobés, buen aficionado y enamorado de esta tierra, puso todo su cariño y dedicación en ello, para lo que se apoyó en colaboradores de la tierra, al igual que puso su corazón en la palabra para expresar la grandeza que siempre tuvo la feria cordobesa, grandeza que dejó bien patente el genial Pepe Marchena, en el “Canto a Córdoba”, que escribiera Julián Sánchez Prieto, “el Pastor Poeta”, y que como homenaje a ellos reproducimos al final de este escrito. 


Inició la velada la banda Sinfónica del Real Círculo de la Amistad, con el pasodoble “Manolete”, interviniendo en tres ocasiones más, a lo largo de la misma.

Manuel Vázquez Silva

Abrieron el turno de las palabras, las del Presidente del Real Círculo de la Amistad Federico Roca. Siguieron las de Manuel Vázquez Silva, hijo de Pepe Luis Vázquez Garcés, el gran torero de San Bernardo, con las que presentó al Pregonero.

José María Portillo, expuso un originalísimo Pregón, en el que, entre recuerdos y vivencias personales, hizo un recorrido por los lugares de la Córdoba de antes, donde se concentraba el ambiente ferial que desembocaba en el paseo de la Victoria, recorrido que inició en la Plaza de “Las Tendillas” vinculada a “Lagartijo el Grande”, por la estatua ecuestre del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. Siguió por la Calle Gondomar donde se ubicó el Club Guerrita, el Mercantil y Labradores con la figura de “Machaquito”, el Gran Capitán y la calle Concepción referidos a don Antonio Cañero en el Canto a Córdoba de Marchena. En estos pasajes, citó algunos fragmentos de poemas de Domingo Echevarría. Al llegar a la Avenida de Cervantes donde se encuentra la casa que fue del malogrado “Manolete”, el pregonero dio la palabra a Manuel López Conde, autor de un libro sobre el IV Califa, quien leyó una crónica emitida en radio sobre muerte del diestro y unos poemas. Del mismo modo, al hacer referencia al Coso de “Los Tejares” se detuvo y recordó a toreros como Martorell, “Calerito”, “Palmeño”, “el Barquillero”, “Zurito”, “el Pireo”, “el Puri”, Fernando Tortosa, Manuel y Antonio Sánchez Saco, y otros más que recordaba de su juventud. Terminó Portillo su Pregón con una semblanza sobre el Real de Feria del paseo de la Victoria, citando el vuelo de las palomas sobre sus palmeras, como uno de sus más bellos recuerdos. En cada una de las estaciones citadas, recordó establecimientos emblemáticos de aquel tiempo ya desaparecidos, como el “Club Guerrita”, la Perla, las sombrererías, la marisquería de “El Pipo” y un largo etc. También tuvo su capítulo dedicado a la figura de Manuel Benítez “El Cordobés”, V Califa del toreo y la importancia de su figura para la historia del toreo. Tuvo sentidos recuerdos para amigos y familiares, entre ellos para doña María Dolores Salinas, recientemente fallecida, así como a Pepe Luis Vázquez por la gran amistad que le brindó hasta sus últimos días. 


La velada incluyó el momento para presentar, a través del directivo Manuel López Piñar, la primera edición de las distinciones “Califato Independiente”, creadas por “El Castoreño” para distinguir a quienes han destacado por su aportación y defensa de la fiesta de los toros. Dicha concesión recayó en esta ocasión, en María Luisa Cobos, presidenta de la Asociación contra el Cáncer en Córdoba; en Mercedes Valverde Candil, por su labor sobre los museos municipales de la ciudad, y en Luis Rodríguez López, por sus años de formación en la escuela taurina del frente de juventudes, y por su labor al frente de la Tertulia “El Castoreño”. Todos ellos agradecieron sobre la palestra tal deferencia hacia su persona, visiblemente emocionados. 


La velada, larga, intensa, llena de cordobesismo y muy emotiva, tuvo además un broche de oro con la actuación de José Luis Castejón, que interpretó magistralmente el “Canto a Córdoba” de Pepe Marchena, acompañado a la guitarra por Domingo Echevarría, lo que mereció la gran ovación que les tributó el público que llenaba aquel Salón Liceo, y que finalmente, durante el refrigerio ofrecido por aquella Real Casa, departió una amigable tertulia. Nuestra ¡Enhorabuena! una vez más a la Tertulia “El Castoreño”, por ese súper aldabonazo de feria.



CANTO A CÓRDOBA

Autor: Julián Sánchez Prieto (el pastor poeta)
Melodía: Pepe Marchena

Es morena y cordobesa,
tiene aire de sultana
y corazón de princesa.

En Córdoba la encontré
cuando en la feria de mayo
la treinta mulas compré.

Comentando la corrida,
en la que Antonio Cañero
sacando su jaca herida,
puso el rejón más certero
que había puesto en su vida.

Estábamos Paco Gil,
Pedro el de Puente Genil,
y el Niño sabio de Lora,
en la puerta el mercantil,
tomando una de Pastora.

¡Qué trajín, que algarabía,
con el bullir que no cesa,
en la que contribuía,
la gracia y soberanía,
de la mujer cordobesa.

No se puede figurar
El que aquello no conoce,
Cuando fuimos a comprar las yeguas,
En el rumor de las doce
de la calle Gondomar,
como regueros de hormigas,
las mujeres paseaban,
y en pecho “toas” llevaban,
flores en lugar de espigas.

Entre mujeres y flores,
pasaban los domadores
por delante de nosotros,
luciendo sobre sus potros,
los atalajes mejores.

¡Vaya coches!, ¡Vaya troncos!
donde los caballos broncos
mostraban todos sus bríos;
iban los cocheros roncos
de tanto hablarle,
de tanto hablarle al gentío.

Entre aquella animación
Un grito de admiración
alarmó a la gente seria,
cuando por la Concepción,
se vio subir de la feria,
el cuerpo más soberano,
más gallardo y más serrano,
que vieran del sol la luz,
sobre un potro jerezano,
del mejor hierro andaluz.

¡Vaya mujer con hechuras!
luciendo el traje campero,
al sonar la herraduras,
del caballo postinero,
pues ya ves si llevaría
al potro con gallardía,
que hasta el propio Cañero,
tiró a su paso el sombrero,

diciéndole una alegría:
mezcla de gitana y reina llegó,
entre palmas y olés,
espuelas de oro en los pies
y por corona y por peina,
un sombrero cordobés.

Al paso del alazán,
la gente se descubría,
pues todo el mundo creía,
que llegó al Gran capitán,
el alma de Andalucía.

Dos vueltas le dio al paseo
y el potro con el braceo,
no cabía en la ancha calle,
y al compás del manoteo,
quebraba su lindo talle.

Aquella mujer preciosa,
de hermosura tan completa,
se iba meciendo orgullosa,
como en la mejor maceta,
se mece la mejor rosa.

Hablé con ella, fue mía;
Puse en ella mi alegría,
Mis afanes y mis penas,
y hoy por su gusto daría,
más sangre que hay en mis venas.

Se que no me pertenece,
que no es de mi condición,
pero ya no hay solución,
el hombre siempre obedece,
cuando manda, cuando manda,
el corazón.

José Luis Castejón, que interpretó magistralmente el “Canto a Córdoba” de Pepe Marchena, acompañado a la guitarra por Domingo Echevarría.

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