Diego Sánchez, Andrés Manrique y Andrés Bedoya. Foto: Jorge Arturo Díaz
"...Los utreros cundinamarqueses de Don Antonio García honraron la vieja prosapia del conde. Todos en tipo, cárdenos y negros, asaltillados de pitones, y aunque dispares de romana, bien presentados..."
CALI / 4ª DE PREFERIA
Santa Coloma genio y figura Jorge Arturo Díaz Reyes
Bajo la lluvia, un encastado encierro de Vistahermosa sentó sus reales en Cañaveralejo desbordando a la terna. El mexicano Diego Sánchez con detalles de temple y verticalidad recibió una oreja generosa tras una estocada chalequera.
Los utreros cundinamarqueses de Don Antonio García honraron la vieja prosapia del conde. Todos en tipo, cárdenos y negros, asaltillados de pitones, y aunque dispares de romana, bien presentados. El bello cuarto, cárdeno, claro, de 466 kilos, pese a lo cornicorto, era una lámina. Otros no tanto, pero todos fieles al talante de su sangre, tanto en lo bueno como en lo malo. Saltaron a ponerse la plaza por montera y lo consiguieron. Dieron pelea, prodigaron las embestidas, y aprendieron más rápido que los novilleros, desautorizándolos, desubicándolos, desarmándolos y asumiendo el mando. El piso anegado favoreció su insurgencia pero dejaron la certeza de que en seco hubiese pasado lo mismo.
El mexicano Diego Sánchez, frente al segundo, el menos agresivo, el único al borde de la mansedumbre, que iba con un son muy pausado y terminó en tablas, creó lo más torero de la tarde. Y lo hizo con la muleta, ya que sus largas cambiadas, verónicas y remate tuvieron más de ancho que de hondo. Pero en las primeras tandas diestras, templó la lentitud de los viajes con una verticalidad y quietud que abrió las gargantas y puso a sonar un corrido de su tierra. Mas novillo, faena y entusiasmo vinieron a menos y a menos hasta desembocar en tres manoletinas desbaratadas, una estocada chalequera y una oreja, manifiesto una vez más de lo poco y nada que aprecia este palco la suerte suprema, el reglamento y la categoría de la plaza.
El quinto, que recargó bravo en el peto, se le subió a las barbas, le cogió en los medios y el dio una soberana paliza mientras llegaban las ayudas, que casi no se lo pueden quitar. Por fortuna no lo caló, pero lo dejó rengueante para el viacrucis que acompañado por el piadoso público recorrió hasta los tres pinchazos, la estocada delantera y su lastimoso viaje atravesando ruedo hacia la enfermería.
El manizaleño Andrés Bedoya, fracasó de nuevo en esta plaza de cuya escuela taurina es egresado. Se le fue quizá el mejor novillo de toda la preferia. “Estornino” bravo y lindo, una pintura. También el menos primero. Ganas tuvo, con decir que recibió los dos a portagayola, pero tauromaquia no. Espada tampoco. Tras un pinchazo pegó un fierrazo delantero que no por fulminante se avaló, y al cuarto !Qué bravo! le descabelló tras repetidos pinchos y aviso.
Andrés Manrique, bogotano, huelguista de la Santa María, pegó y pegó pases en una cantidad que la falta de orden y compostura hizo insufrible. Acogido con la simpatía que su gesta en defensa de la fiesta merecía, terminó agotando la paciencia de los que creen que la defensa también debe ser dentro del ruedo, a pie firme, pecho descubierto y mano templada. Algunos pitos mostraron que parte de simpatizantes se habían pasado al bando del novillo. Tres en hueso y la espada delantera liquidaron su primer conflicto. Un rebote más y una estocada honda, el segundo.
Terminó la preferia caleña. La corrida que se había anunciado para mañana se aplaza para enero (dicen), y en estas cuatro novilladas, lo mejor fue el ganado. Cinco hierros de tres encastes lanzaron un pregón de año propicio para la cabaña brava nacional que ojalá sea ratificado en el resto de la temporada.
Por los novilleros no hay duda de que el peruano Andrés Roca Rey, aunque sin redondear la suerte mayor, por la calidad de su toreo es el triunfador que debe ocupar la plaza en disputa para la apertura de la feria el 25 de diciembre. El matador Juan Carlos Polo gestor del ciclo con su empresa JP Producciones merece aplauso aparte.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado 13, diciembre 2014. Plaza de Cañaveralejo. 4ª de preferia. Lluvia. Tercio de aforo. Con picadores. Seis úteros de Vistahermosa (Santa Coloma), bien pero disparmente presentados; encastados y con personalidad, 3º y 4º bravos, ovacionados.
Andrés Bedoya, silencio y silencio tras aviso. .
Diego Sánchez, oreja y saludo antes e ir a la enfermería.
Andrés Manrique, silencio y silencio.
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