miércoles, 14 de octubre de 2015

¡ESPAÑA AL ARMARIO! / por Antolín Castro

"...Ahora a quienes les toca meterse en el armario para no ser perseguidos ¡quién nos lo iba a decir! son los aficionados a los toros, los que presumen de bandera, los católicos practicantes, las familias numerosas, etc. Todo un cambio el operado en nuestra querida, o no tan querida, España, pues quienes persiguen a todos estos ni siquiera les gusta que se llame España o que tenga una bandera de solo dos colores..."

¡ESPAÑA AL ARMARIO!

Antolín Castro 
España
En términos absolutos, mucho más que relativos, podemos afirmar que España y los españoles deberán ir al armario. Esta es la consecuencia inmediata de las políticas que se van imponiendo recientemente en nuestro país.

Lejos quedan ya los tiempos en los que los que estaban en el armario eran los homosexuales. Temerosos de ser discriminados, insultados y menospreciados, quienes se sentían así permanecían, las más de las veces, en el anonimato, en el armario, ya que se encontraban más seguros sin ser perseguidos o discriminados. 

Otros que permanecían en el armario, escondidos, eran los delincuentes, los maleantes. Todos tenían miedo de ser descubiertos pues suponía ser castigados de acuerdo a las leyes que había en vigor. Pero todo eso pertenece a otro tiempo, hoy las cosas han cambiado una barbaridad.

Hoy, todos ellos, campan a sus anchas, incluso los gays tienen su día para celebrar y dar rienda suelta a su homosexualidad, sin que ello suponga que sean perseguidos; todo lo contrario, se les da todo tipo de facilidades. De igual modo otros grupos pueden asaltar y ocupar edificios a su antojo, o la misma Puerta del Sol, realizar las actividades que les venga en gana, ensuciar y destruir el mobiliario urbano, hacer sus necesidades, bañarse en las fuentes públicas, etc. Todo eso se puede hacer sin que te persigan, allá penas si el edificio ocupado tiene dueño y registrada su propiedad o si tienen derechos otros ciudadanos. 

Ahora a quienes les toca meterse en el armario para no ser perseguidos ¡quién nos lo iba a decir! son los aficionados a los toros, los que presumen de bandera, los católicos practicantes, las familias numerosas, etc. Todo un cambio el operado en nuestra querida, o no tan querida, España, pues quienes persiguen a todos estos ni siquiera les gusta que se llame España o que tenga una bandera de solo dos colores.

Va a hacer falta un armario muy grande, pero que muy grande, para meter tanta gente él. Gente seria y trabajadora hay millones, igual que católicos en España; aficionados a los toros ni te cuento y familias a las que no les importa, o incluso les gusta, tener hijos en vez de abortos suman otro importante número de personas.

No existe ya nada contra aquellos grupos, entre ellos los gays quienes ya se pueden casar entre si, y nos podemos alegrar de ello, de que salieran del armario. Un calvario tuvieron que pasar allí metidos, pero no encuentro razones para que el progreso se escenifique metiendo a otros, por otras razones, todas ellas sujetas a la libertad de cada individuo, en los armarios.

Puedo asegurar que a quienes quieren meter ahora en los armarios son infinitamente muchos más que los citados antes y que esa decisión no puede ser fruto de otra cosa que no sea una venganza. Pero esa venganza no puede disfrazarse de progreso, es solo venganza, que curiosamente se hace contra mayorías porque, una casualidad, con ciertos tintes de rizar el rizo, y no una elección directa en las urnas, ha colocado al mando de instituciones a unas minorías con muchas ganas de vendetta.

Ni una cosa ni otra, venganza y minoría, representan la democracia, pero sus formas y decisiones están consiguiendo que quienes somos aficionados a los toros o practiquemos la religión que heredamos, si no queremos ser discriminados o perseguidos hasta prohibirnos lo que en derecho podemos hacer como ciudadanos libres, nos tengamos que meter en un próximo futuro en el armario. Armarios que habrán de ser gigantescos, pues estamos hablando de muchos millones de personas. Tal como queda dicho, creo que lo mejor es que toda España se meta en el armario para no ver las caras ni sentir el aliento en el cogote de nuestros minoritarios perseguidores. 

Pero si así fuera habríamos caído en la dictadura de unos pocos contra todos. Quizá sea mejor no entrar en ningún armario y plantar cara a los que, por su volumen, son enanos abusadores.

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