¿Quién me defendió de los insultos, de que me llamaran asesino y torturador por acudir a un espectáculo legal, por el que en el precio de la localidad van incluidos impuestos?
Señor delegado del Gobierno, ¿por qué deja que me insulten lo antitaurinos?
Don Gustavo Alcalde, delegado del Gobierno en Aragón:
Mire usted, señor delegado, ayer fui a la plaza de toros de Zaragoza, como cuarenta mil personas más en los cuatro espectáculos taurinos que tuvieron lugar en el coso de la Misericordia a lo largo del día, y me insultaron por ello. Y no entiendo que a escasos cien metros de la plaza se concentraran unas decenas de personas vociferando contra los que acudíamos a los toros. ¿Por qué, señor Gustavo Alacalde? Por qué autorizó esa manifestación de forma tan irresponsable, pues solo la responsabilidad de los aficionados impidió una batalla campal.
¿Quién me defendió de los insultos, de que me llamaran asesino y torturador por acudir a un espectáculo legal, por el que en el precio de la localidad van incluidos impuestos?
De verdad que no entiendo esa laxitud, esa actitud meliflua ante un problema que, como digo, le solucionaron los aficionados, que ayer domingo 11 de octubre estuvieron a la altura de las circunstancias.
¿Seguramente habrá una explicación legal, pero yo le pregunto otra vez, señor Gustavo Alcalde, por qué no me defendió cuando ayer me insultaron por ir a los toros?
Desconozco si es o no aficionado, si estaba o no en la plaza cuando diez mil personas, muchas más que las hordas antitaurinas a las que dio permiso para manifestarse a apenas cien metros de la Misericordia, clamaron libertad. Y ni un insulto, ni una amenaza a quienes antes nos habían ultrajado.
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