martes, 1 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD / por Antolín Castro




"...Fanáticos hay por todos lados, algunos okupan -sí con k- incluso ayuntamientos, y desde sus sillones administran un listado de cosas a prohibir por el simple hecho de que a ellos no les gusta. En estas fechas, la Navidad y la Fiesta se dan la mano. Podría pensarse que en los belenes hay un buey y eso les desorienta, pero no creemos que necesiten desorientación, son así de fábrica..."


FELIZ NAVIDAD 

Llegó el mes de diciembre y con él llegará la Navidad. Puede que a muchos no les guste pero forma parte de nuestra cultura. Puede que la intenten boicotear pero no será posible aniquilarla, prevalecerá muy a pesar de sus detractores. 

También lo intentan con nuestra Fiesta brava. Sabemos que a muchos no les gusta, pero forma parte de nuestra cultura. También sabemos que la intentan boicotear desde todos los ángulos, desde todos los frentes posibles, pero les será imposible acabar con ella, conviene también que lo sepan.

Es curiosa esta dictadura que nos quieren imponer, dictadura de gustos la llamaría yo, aunque no van solo por ahí los tiros. Es como si quisieran darle la vuelta al mundo, a la historia, pero a su antojo. Si por unos cuantos fuera nos harían a todos okupas. La pregunta entonces sería ¿quién haría los edificios para okuparlos?

Se ha necesitado darle al mundo una historia para que ahora otros, que, por cierto, en positivo no hacen nada, para que ellos tengan la oportunidad de destruir lo hecho por quienes nos precedieron. Desde vestigios de culturas milenarias a nuestra fiesta brava que es de siglos, todo les permite practicar la nada edificante cultura de la destrucción.

Fanáticos hay por todos lados, algunos okupan -sí con k- incluso ayuntamientos, y desde sus sillones administran un listado de cosas a prohibir por el simple hecho de que a ellos no les gusta. En estas fechas, la Navidad y la Fiesta se dan la mano. Podría pensarse que en los belenes hay un buey y eso les desorienta, pero no creemos que necesiten desorientación, son así de fábrica.

La gente del toro, los aficionados, no se rigen por el prohibicionismo, más al contrario aman el arte y cuantas formas son posibles de escenificar o desarrollar con él, por eso el espíritu de la Navidad no nos acompleja, sino que nos permite abrir mucho más el campo de la concordia y la tolerancia con nuestros semejantes, con todos los demás. Ejercemos esa tolerancia sin necesidad de tenerla siempre en la boca y ser una falsedad, una postura hipócrita.

Por todo ello, entramos en tiempo de amor y paz, que eso es lo que representa la Navidad, y los amantes de la fiesta brava, desde nuestra posición, y a pesar de sentirnos boicoteados por los intolerantes, les deseamos a todos ellos ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

A poco que lo entendieran, nos corresponderían con el mismo deseo. No hay muchas esperanzas en su capacidad de concordia y entendimiento, pero nosotros se lo deseamos de todo corazón.

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