miércoles, 16 de diciembre de 2015

LA DECENCIA DE PEDRO SÁNCHEZ / Antolín Castro




Al margen de los toros
LA DECENCIA DE PEDRO SÁNCHEZ

Tras la clara y directa acusación a Rajoy de indecente en el debate de ayer, Pedro Sánchez ha tomado la calle de en medio para llamar a la cara a cuantos hacen de su presidencia de gobierno un fortín en contra de las leyes de la decencia.

Va a ser mucho más sonado cuando se encuentre en unos días a Felipe González (ya lo hará después con Chaves y Griñán) y le diga a la cara que a mentiroso e indecente no le gana ni Rajoy. Así han de ser los políticos, como Sánchez, decentes. No casarse con nadie, solo con la decencia.

Mentira fue el 'No a la OTAN' que se convirtió en sí. Promesas que se convirtieron en mentiras, aunque en aquella época no estaba el Sr. Sánchez tan comprometido como para valorar las mentiras y las decencias.

Pero debería haberse enterado y, siendo así, sacarle los colores a tan indecente compañero de partido. Financiación de partidos ilegal es algo que suena a Filesa, Malesa, Time Export, del mismo modo que a él solo le suena Gurtel. Lo negaron y lo volvieron a negar del mismo modo que los peces beben y vuelven a beber. Mentían a montón, además poniendo la mano en el fuego para asegurar la verdad que era mentira.

Hubo personajes que no eran Bárcenas. Y qué es un tesorero de partido comparado con un director de la Guardia Civil, Luis Roldán, que se llegó apropiar hasta de los fondos de los huérfanos del cuerpo. ¿No tendría responsabilidad quien en ese momento gobernaba? Tampoco era Bárcenas uno llamado Mariano Rubio, era algo más, era Gobernador del Banco de España… el que firmaba los billetes españoles, quien terminó imputado e ingresaba en prisión por el caso Ibercorp. Dos personajes de plena confianza del presidente de gobierno que cometió la indecencia de nombrarlos, mantenerlos e incluso poner la mano en el fuego por ellos. Menos mal que está ahora el justiciero Sánchez para reparar la historia y limpiarla de indecentes.

En el Boletín Oficial del Estado o en las obras del Ave, o la Expo, hubo otros personajes que agrandaron la indecencia de aquél presidente de gobierno, incluidos hermanos de su vicepresidente, quienes llegaron hasta a tener despacho en la Junta de Andalucía para hacer más cómodas las tareas indecentes. Y todo, sin nombrar el ingreso en prisión de un ministro del interior y un secretario de estado por el ‘indecente’ asunto del Gal.

Menos mal que todo eso ahora saldrá a la luz a través de esa conversación que mantendrá Sánchez con González (a gritos a ser posible) y por fin le llamara indecente como merece. Sánchez no se casará con nadie y hace bien. Estaba yo deseando que alguien pusiera blanco sobre negro en la historia de los comportamientos de los presidentes de gobierno.

Muero de ganas por verlo, y no dudo que lo hará en horario de máxima audiencia en televisión, porque no es posible que se conforme con llamar solo a uno indecente. Lo hará, seguro, y yo, por fin, tendré a quien votar por ser un hombre cuya coherencia e imparcialidad no me genera ninguna duda. 

No he estado de acuerdo, ni estoy, con que surjan problemas de corrupción amparados o cercanos al gobierno, pero si he de ser sincero me gusta, y exijo, que la transparencia, decencia e imparcialidad adornen a todos por igual. De ahí mi cariño por Sánchez cuando me he enterado de su próximo indecente a fulminar.

Desde que he conocido la decencia de Sánchez y su interés por denunciar a los indecentes duermo mucho más tranquilo. Y no me sean mal pensados creyendo que no le llegará el turno a González. Será mucho antes de las elecciones, para dejar totalmente a salvo su decencia personal.

Y para no parecer también yo mentiroso o indecente, les ruego me corrijan si en algo he fallado o si he contado cosas del revés.

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