domingo, 15 de mayo de 2016

MADRID. S.I.16.- NI FLOR DE UN DÍA / por Antolín Castro / Fotografías de Andrew Moore



"...Se esperaba entre los aficionados la presencia de esta nueva ganadería, Flor de Jara, en la feria y las esperanzas no se han cumplido..."

NI FLOR DE UN DÍA

Fotografías de Andrew Moore
S.I.16.- Se esperaba entre los aficionados la presencia de esta nueva ganadería, Flor de Jara, en la feria y las esperanzas no se han cumplido. Para empezar solo quedaron cuatro de la ganadería madrileña y fueron remendados por otros dos de San Martín. Luego, en la arena, ni unos ni otros dieron juego alguno, todo quedó en nada, ni para flor de un día ha servido este estreno ganadero.

Con tan poco material los espadas actuantes han mostrado solvencia, ganas e ilusión. La terna fue despedida entre aplausos, valorando los espectadores que no han podido hacer más con el ganado dispuesto, alcanzado unos trasteos dignos.


Que Fernando Robleño es un profesional avezado no es discutible y esa solvencia le ha servido hoy para matar su lote con eficacia, aunque el lucimiento no se haya podido alcanzar. Quizá en un quite al tercero, por delantales, es cuando ha podido alcanzar los momentos más estéticos. Se fajó con sus toros y en todo momento estuvo por encima de ellos. Ahora le espera la de Cuadri, allá cuando comience junio.


El sevillano Miguel Ángel Delgado ha mostrado enormes ganas de agradar al público madrileño y en su primero ha logrado saludar una ovación. Ese saludo le ha compensado el esfuerzo hecho durante la faena de muleta que, si bien no alcanzó cotas de gran belleza, si dejó clara la disposición con la que enfrentaba su único compromiso en San Isidro.

Diego Silveti

Cerraba terna el mexicano Diego Silveti, quien ha exteriorizado la ilusión con la que llegaba a la cita. Desde abrirse de capa hasta la estocada final todo ha sido entrega e ilusión. De todo ha hecho y si no ha cuajado en trasteos más brillantes, solo es debido a que los toros no aportaban la emoción, acometividad o el celo que corresponde a su origen Santa Coloma.

Supimos después que su brindis del primero fue dedicado a El Pana, en esos difíciles momentos que pasa el de Tlaxcala. Quizá esa dedicatoria, de mexicano a mexicano, le haya impulsado a dotar sus intervenciones de esa variedad que tanto le hemos visto siempre al Brujo de Apizaco.

Lo de esta tarde no ha dado ni para mantener la ilusión de los aficionados, ni flor de un día ha sido y la decepción para quienes quieren que haya más encastes ha sido notable. Mañana la casa madre, Juan Pedro Domecq, será la ganadería a lidiarse en San Isidro.














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