lunes, 3 de octubre de 2016

4ª y última de Otoño en Madrid. Cuatro buenos toros de Adolfo Martín, el que abrió plaza de revolución, se escaparon por impericia o por fallos a espadas / por J.A. del Moral



"...Buena corrida de Adolfo Martín que está echando una camada sencillamente superior. La que ayer se lidió en Las Ventas fue una de ellas. Cuatro toros de seis para triunfar en mayor o menor grado. Se debieron cortar al menos cuatro orejas y no se dio ni una vuelta al ruedo. Lamentable desperdicio..."


Cuatro buenos toros de Adolfo Martín, el que abrió plaza de revolución, se escaparon por impericia o por fallos a espadas


J.A. del Moral · 02/10/2016
Madrid. Plaza de Las Ventas. Domingo 2 de octubre de 2016. Cuarta y última de feria. Tarde excelente con tres cuartos de entrada.
Seis toros de Adolfo Martín excelentemente presentados y de buen juego salvo los enlotados para el tercer espada. El realmente extraordinario que abrió plaza, bravo, encastado y noble, debió ser premiado con vuelta al ruedo. Segundo, cuarto y quinto, más que posibles. Muy deslucidos tercero y sexto.

Rafaelillo (añil y oro): Estocada trasera y descabello, división al saludar tibias palmas. Pinchazo y estoconazo de efectos fulminantes, ovación con saludos.
El Cid (verde botella y oro): Estocada tendida trasera caída, ovación con saludos. Pinchazo, estocada corta y dos descabellos, aviso y ovación con saludos.
Morenito de Aranda (rioja y azabache): Pinchazo y estocada corta, silencio. Estocada desprendida, silencio.
Bien a caballo Juan José Esquivel y Juan Bernal. Y en palos, Álvaro Oliver y David Saugar “Pirri”.

Buena corrida de Adolfo Martín que está echando una camada sencillamente superior. La que ayer se lidió en Las Ventas fue una de ellas. Cuatro toros de seis para triunfar en mayor o menor grado. Se debieron cortar al menos cuatro orejas y no se dio ni una vuelta al ruedo. Lamentable desperdicio.


Rafaelillo y El Cid no lo consiguieron. El murciano no se acopló con el por todo extraordinario que abrió plaza que se le fue de cabo a rabo salvo en un breve pasaje final por naturales y anduvo a la par con el más que potable cuarto, perdiendo una oreja por su fallos a espadas.

La faena del primero resultó amontonada en exceso. Rafaelillo tendría que haber dado hueco al animal y solo lo consiguió con la izquierda en un corto ramillete de naturales muy al final de su largo trasteo. No le valió de nada. La gente se había dado perfecta cuenta del dispendio y molestó que el murciano se atreviera a salir del burladero para saludar unas tibias palmas. Increíble proceder de quien ya lleva 20 años como matador de toros y tiene más que sobrada experiencia para no advertir su improcedencia nada menos que en la primera plaza del mundo. Escenario, por cierto, que ha gozado con sus muchos éxitos frente a toros muy difíciles. ¿Será que a Rafaelillo le van más los toros complicados? No lo creo. Yo mismo le he visto cuajar muy buenas faenas y recuerdo una con la que indultó a un gran toro de Fuente Ymbro en Murcia. Digamos esto en su descargo tras el grave tropiezo de ayer. Una obcecación que, menos mal, no tuvo con el cuarto, no tan bueno como el anterior de su lote aunque desde luego aprovechable. Esta vez consiguió acomodarse con mayor pericia que antes aunque, lamentablemente, perdió una oreja por su fallo con la tizona.


Esto mismo le ocurrió a El Cid que, sin embargo, ayer reverdeció sus laureles con sus faenas a los toros segundo y quinto, de similar condición por su nobleza. Fue una pena que no acertara a matar bien porque de haberlo conseguido hubiera podido salir a hombros por la Puerta Grande que tantas veces atravesó en volandas. No obstante los fallos mencionados, confieso mi positivo asombro sobre la recuperación que está viviendo este año el gran torero de Salteras que, en anteriores campañas, nos pareció estar acabado. Felicidades en cualquier caso, Manuel. Te lo mereces por tu extraordinaria humanidad y hombría de bien.


Morenito de Aranda, que vino vestido como solían los artistas gitanos con un terno de seda color rioja adornado con bordados de azabache, no tuvo opción con los dos toros de su lote que fue el peor con notoria diferencia. Nada que objetar por tanto a sus obligadamente breves intervenciones.

Nos fuimos de la plaza con la pena de ser la última para un servidor en la presente temporada y con la esperanza de que la nueva empresa acierte de pleno. Ojalá que así sea.

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