martes, 22 de noviembre de 2016

Barça: Alcácer y la peor operación deportiva de la historia / por Juan Manuel Rodríguez




"...además del color de la camiseta, Alcácer ha mudado también de personalidad y de animal depravado y desalmado del área ha acabado por transformarse en lindo e inofensivo gatito..."

Alcácer y la peor operación deportiva 
de la historia

Juan Manuel Rodríguez
En septiembre vaticiné que Alcácer se iba a hinchar a jugar al mus... y me equivoqué. Ni al mus está pudiendo jugar el bueno de Paco, a quien no para de entrarle "perete" y cuando, de Pascuas a Ramos, Luis Enrique decide darle un par de reyes, no sabe hacer otra cosa que pasar y pasar. Porque, además del color de la camiseta, Alcácer ha mudado también de personalidad y de animal depravado y desalmado del área ha acabado por transformarse en lindo e inofensivo gatito; como los malos tenistas que entran en crisis en mitad de un partido, nuestro Paco ya va hablando solo por el campo, maldiciendo sus fallos, implorando un pelín de fortuna, gritándole al cielo eso de "¿Por qué yo, Dios mío?"... La respuesta es sencilla: porque tú lo quisiste.

Porque conviene recordar que fue Alcácer quien insistió en cambiar de aires. Luego, puesto entre la espada de la insistencia y la pared del desafío, el dueño del club cedió a las pretensiones de la estrella valencianista, pero el origen de todo no estuvo en Lim, no, sino en el delantero. Para más inri, el Barça tampoco pensó en Paco como primera opción sino que fue el tercer o cuarto delantero por el que apostó el director deportivo Robert (o) Fernández. Aún así, y pese a saber que cambiaba el status de líder, héroe local y titular por el de extra para escenas peligrosas de los Messi, Suárez y Neymar, Alcácer arriesgó. A día de hoy puede decirse que estos han sido probablemente los peores cuatro meses en la carrera deportiva de Paco.

La operación ha sido mala para el jugador, que va deambulando por el césped como Hamlet iba con la calavera. La operación ha sido mala para el Valencia, del que Paco huyó probablemente porque se olió la tostada del estropicio que los nuevos propietarios iban a perpetrar en el club de sus ex amores... y no erró. La operación ha sido mala para el Barcelona, que se encuentra con un Alcácer que ha olvidado por el camino su olfato de gol del mismo modo que a Rannulph Junuh se le escapó el swing. Y, de rebote, la operación ha sido mala para Julen Lopetegui y, por extensión, para la selección nacional, que ha perdido un jugador para el ataque. Desafortunadamente para él, mis augurios sobre Alcácer fueron incluso demasiado generosos. Ni para jugar al mus ha quedado nuestro Paco. El único que ha sacado tajada ha sido Iago Aspas, a quien ya llevan al fin con España "gracias" a la baja del delantero culé.

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