Además de tardía, su resolución sobre Barcelona quedaba un tanto irresoluta. Más bien parecía un acertijo que pretendía pasar por el problema sin romperse ni mancharse. Un salir del paso sin comprometerse...
Aclárese el Constitucional
Como ciudadano al corriente de sus impuestos, cada día más numerosos y en ocasiones confiscatorios, y en mi calidad de aficionado al arte de Cúchares, creo que tengo derecho a solicitar, respetuosa y pacíficamente que se me explique qué significaba el último veredicto del Tribunal Constitucional sobre la prohibición del espectáculo taurino en Cataluña. ¿Se puede pedir algo más humilde y educadamente?
¿Es legal o no organizar corridas de toros en las plazas de toros del territorio catalán? Creo ser la voz de muchos miles de españoles –también de Cataluña- que todavía no sabemos a qué atenernos, dada la ambigüedad del texto emitido por el citado Tribunal en segunda instancia, que más que una respuesta a la prohibición parecía un parche poroso Sor Virginia. No se nos puede acusar de impacientes, porque ya está a punto de comenzar la temporada del 2017 y todavía no sabemos si es sí no, o ni-blanco-ni-negro-sino-todo-lo-contrario.
Las comunicaciones de los tribunales deben ser claras concisas y concretas. Pero en el caso del Constitucional, además de tardía, su resolución quedaba un tanto irresoluta. Más bien parecía un acertijo que pretendía pasar por el problema sin romperse ni mancharse. Un salir del paso sin comprometerse, como si defender el derecho de los habitantes de un trozo de España a ver toros fuera un asunto vergonzante que hubiera que coger con pinzas y con la nariz tapada. Por eso, y con todos los respetos, me atrevo a preguntarles a sus señorías constitucionalistas: ¿Podemos esperar los aficionados a la Fiesta de los Toros, que se abran este año las puertas de la Plaza Monumental de Barcelona? Porque si no pueden darnos una respuesta taxativa y concreta, más vale que cierren ustedes el tenderete y dediquen sus esfuerzos a cosas de mayor fuste. Con todos los respetos, repito. Dios guarde a ustedes muchos años, y que San Apapucio obispo bendiga sus desvelos en pro de la Fiesta de los Toros.
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