viernes, 19 de mayo de 2017

Cristiano llega como un MIG-25 / por Juan Manuel Rodríguez




Todos, como decía, están como aviones, pero Cristiano en particular es un puñetero MIG-25. Hoy es fácil decirlo y sencillo reconocérselo, pero, desde que se hizo cargo del banquillo, Zizou tenía un plan diseñado en su cabeza. Mano derecha de Ancelotti, y por lo tanto testigo presencial y privilegiado del hundimiento físico del equipo en la segunda temporada del italiano, Zidane tomó nota y sacó conclusiones, que ha seguido a pies juntillas desde el mes de agosto.

Cristiano llega como un MIG-25

Si hay algo en lo que coinciden todos los jugadores del Madrid es en que, parafraseando a Isco, han llegado como aviones al tramo final de la temporada. Decía Capello que al equipo de Zidane le llegan muchas veces, y tiene razón, pero en el Real no eluden el intercambio de golpes, sabedores de que al final, en un tanto por ciento muy elevado de partidos, la balanza acabará inclinándose de su lado. Con 0-2, el Madrid encajó el 1-2 y entonces, apremiado por la posibilidad de un empate que obligaba a ganar en Málaga, Benzema hizo el tercero. Guidetti marcó en el minuto 69 y el 1-3 llegó un minuto después, y ahí se acabó la historia. Al Celta de Vigo, cuya afición estuvo de diez, no se le puede reprochar absolutamente nada, si acaso que sus jugadores estuvieran un pelín sobreactuados, excitados por Abel Caballero, sin lugar a dudas el malo-malísimo de una película a la que, en mi opinión, le ha sobrado metraje.

Como dice Zidane, la Liga no está ganada. Encarrilada sí, ganada no. Falta un punto. Sólo un punto. Es improbable que, jugándose lo que se juega el Madrid, el Málaga se imponga al equipo madridista, pero no es imposible. Aunque son de otra generación, los jugadores tienen entre ceja y ceja lo sucedido en Tenerife. Y, además, dos años seguidos. Entonces también era improbable... pero el Barça acabó ganando el campeonato. De ahí que todos tengan interiorizado que, para ganar la Liga, el Real Madrid iba a tener que ganarlo todo, Sevilla, Celta y Málaga. A La Rosaleda irán a ganar porque si salen a empatar pueden acabar perdiendo. Y, por cierto, ocurra lo que ocurra, la temporada del Madrid habrá sido notable.

Todos, como decía, están como aviones, pero Cristiano en particular es un puñetero MIG-25. Hoy es fácil decirlo y sencillo reconocérselo, pero, desde que se hizo cargo del banquillo, Zizou tenía un plan diseñado en su cabeza. Mano derecha de Ancelotti, y por lo tanto testigo presencial y privilegiado del hundimiento físico del equipo en la segunda temporada del italiano, Zidane tomó nota y sacó conclusiones, que ha seguido a pies juntillas desde el mes de agosto. Cristiano, que las dos últimas temporadas llegó pidiendo la hora, es otra vez el mascarón de proa del Madrid. Es posible que ya no gane la Bota de Oro, ese galardón que, ahora sí, importa tanto en Barcelona, pero seguro que volveremos a verle subiendo a recibir el Balón de Oro. CR7 es letal, pica como una avispa, resuelve en los momentos decisivos, participa y llega fresco como una lechuga. Eso, queridos míos, no es flor sino trabajo, planificación y conocimiento. Reconozcámoslo.

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