martes, 22 de agosto de 2017

Somos cultura, palabra / Por Jorge Arturo Díaz Reyes





Cultura es: “El conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

  • La tauromaquia llena completamente los requisitos de tal definición. La fiesta, las corridas, la crianza, la dehesa, las plazas, las escuelas, el lenguaje, los museos, la literatura, la música, la plástica, la estética, el arte que inspira y contiene, su tradición, sus valores y creencias, el modo de vida, su ética, su historia… conforman una cultura. ¿Cómo negarlo?

Somos cultura, palabra

Cali, 22 de agosto 2017
Al hablar de cultura quizás uno sepa de qué habla, pero no siempre de qué hablan los demás. Ni cómo reaccionen.

“Cuando escucho la palabra cultura, echo mano a la pistola”, decía el Mariscal Göering, o el ministro de ilustración Goebbels, o muchos otros, pues la frase, por socorrida entre gentes de diversa ideología, forma parte ya del acervo universal.

Todos en su derecho, (no a la violencia, digo), sino a la libre interpretación de un término tan polivalente. Para 1952 se le habían clasificado más de 250 sentidos distintos.

Sin embargo, la definición integradora por su representatividad, vino a ser la de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO…

Cultura es: “El conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

La tauromaquia llena completamente los requisitos de tal definición. La fiesta, las corridas, la crianza, la dehesa, las plazas, las escuelas, el lenguaje, los museos, la literatura, la música, la plástica, la estética, el arte que inspira y contiene, su tradición, sus valores y creencias, el modo de vida, su ética, su historia… conforman una cultura. ¿Cómo negarlo?

Ya, que los funcionarios temporales de la UNESCO contradigan su propio significado cediendo a presiones de quienes cuando escuchan la palabra cultura (taurina), echan mano a la pistola, el garrote, el gargajo, la injuria, o la bomba como en Bogotá, es asunto de manejo político, no de verdad ni de justicia.

Atacar la cultura, perseguirla, violentarla, exterminarla por decreto es barbarie. Acá en Colombia se han dado todas las modalidades. Pero quizás la más inculta sea la de un senador que propone amputar del lenguaje todas las palabras de significado taurino… ¡Bárbaro!

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