El ridículo presidente del Colegio de Veterinarios, Felipe Villa, entregando el trofeo taurino que ahora ha suprimido.
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Jesús Utrilla Paniagua
Veterinario Colegiado Nº 942
Acabo de tener conocimiento de que el Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid ha suprimido el premio que cada año concede al “mejor toro de la Feria de San Isidro”.
Tal decisión es un insulto y un agravio al toro bravo. Desmerece y desprecia tanto a la profesión veterinaria como al colectivo ganadero, que se esfuerza en el mantenimiento de este extraordinario, bellísimo y excepcional animal.
Uno de los objetivos del Colegio de Veterinarios es la de “estar vigilante en la defensa de las funciones desempeñadas por la Profesión Veterinaria”. En base a ello, creó el premio anual al toro más bravo de la Feria con el fin de “estimular a los ganaderos a trabajar con la mayor dedicación y rigor en la genética, selección, alimentación, manejo, sanidad y bienestar de las ganaderías para obtener un animal en unas condiciones óptimas que se preste a un espectáculo cada vez de mayor calidad”.
Como Vicepresidente que fui del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid y como profesional especialista en espectáculos taurinos en múltiples plazas de diversas categorías, exhorto a todo colegiado especialista taurino de ambos sexos, formado y designado por el Colegio, a que se manifieste pública y libremente sobre esta supresión, que supone un paso atrás en la defensa del toro de lidia y un paso adelante en la eliminación de este animal, aproximándolo a especie en peligro de extinción.
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