miércoles, 28 de marzo de 2018

Un Mundial, dos o tres no van a cambiar mi opinión sobre Piqué / por Juan Manuel Rodríguez



"¿Por qué madrugábamos para ver los partidos de Carolina?" La respuesta es la siguiente: "Porque es de Huelva". Madrugábamos porque Carolina nació en Huelva, en Andalucía, en España, Carolina es compatriota nuestra y, aunque sin tener ni la más remota idea de bádminton, nos motivaba ver a una española dándole sopas con ondas a las jugadoras asiáticas. A esto se lo conoce como "empatía".

Un Mundial, dos o tres no van a cambiar mi opinión sobre Piqué

Una pregunta: "¿Por qué madrugábamos para ver los partidos de Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de Río?" Según los datos del anuario del Consejo Superior de Deportes correspondientes al año 2017, el bádminton, que es el deporte que tan magistralmente practica Carolina, no estaba hace nada entre los 15 con más licencias federativas, no creo que la cosa haya cambiado mucho en los tres primeros meses de 2018, y el decimoquinto era el patinaje con 58.000. Entonces, "¿Por qué madrugábamos para ver los partidos de Carolina?" La respuesta es la siguiente: "Porque es de Huelva". Madrugábamos porque Carolina nació en Huelva, en Andalucía, en España, Carolina es compatriota nuestra y, aunque sin tener ni la más remota idea de bádminton, nos motivaba ver a una española dándole sopas con ondas a las jugadoras asiáticas. A esto se lo conoce como "empatía".
¿Habríamos madrugado para ver a Carolina si, aún siendo onubense, se hubiese jactado de votar en un referéndum ilegal e inconstitucional en el que se votaba, aunque de forma ficticia, ni más ni menos que la independencia unilateral de Andalucía? ¿Habríamos apoyado a Carolina de haber apoyado ella a su vez un golpe de Estado? Yo, al menos, no habría madrugado. 
Y eso es lo que me pasa con Gerard Piqué, que no me une absolutamente nada a él, que esa ausencia total de empatía no la van a cambiar uno, dos o tres Mundiales de la especialidad deportiva a la que se dedica y que siento que nos ha traicionado. A raíz de mi artículo del lunes en Marca se me sugirieron por parte de algunos lectores otros nombres de futbolistas nacionalizados que quizás tampoco sintieran a España como suya: Donato, Senna, Pernía, ahora Diego Costa. Pero ellos nacieron en Río de Janeiro, Sao Paulo, Tandil y Lagarto respectivamente, y no en Barcelona como Piqué, y, aún así, eligieron España y no Brasil o Argentina.
¿Habrían sido internacionales con Brasil Donato, Senna o Diego Costa si hubieran apoyado un referéndum ilegal en su país?
Permitidme que lo dude. Es una forma de hablar, por supuesto, porque no lo dudo: no habrían sido internacionales. Y si Costa, que es el único que está en activo de los cuatro, hubiera colaborado de cualquier modo en las votaciones inconstitucionales del 1 de octubre del año pasado, yo también le habría dado la espalda. No soy yo quien mezcla deporte y política, es Piqué quien lleva mezclándolos desde tiempo inmemorial. Y todos tenemos derecho a expresar nuestras emociones, Gerard apoyando con su presencia y con su voto, que es cierto que desconocemos, un referéndum ilegal, y yo pidiéndole que abandone la selección de estrellas de la Liga de Fútbol Profesional de Lopetegui para que algunos podamos volver a llamarla España, y no Spain como en Tele 5. 
¿O el artículo 20 de la Constitución sólo ampara a quienes fomentan la ruptura y no la unión de la nación?

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