domingo, 7 de octubre de 2018

43 ANIVERSARIO DE SU MUERTE. ANTONIO BIENVENIDA Y LA CRUZ DE BENEFICENCIA / por José Mª Sánchez Martínez-Rivero



El ingreso en la Real Orden de Beneficencia se produjo el 21 de octubre de 1956. El Gobierno, en el Real Decreto de concesión destacaba entre otras, que: Se le otorga por sus grandes valores humanos y su desinterés económico en ayuda de los más necesitados.

ANTONIO BIENVENIDA
 Y LA CRUZ DE BENEFICENCIA.

José Mª Sánchez Martínez-Rivero
Octubre de  2018 y en Collado Villalba
La historia de la Cruz de la Orden de Beneficencia data del año  1856. Se pensó crearla con motivo de una epidemia de cólera que
ocurrió en España en 1854. El ministro de la Gobernación de entonces, don Patricio de la Escosura, instó al Gobierno a crear una Cruz de Beneficencia para premiar a todos los ciudadanos, sin distinción de clase social, que se distinguieran por su valor, caridad o abnegación en aquellos terribles momentos. También podía otorgarse a entidades, corporaciones y otras que destacaran en su abnegada labor.  

El ministro de la Gobernación elevó la petición al Gobierno y el 17 de mayo de 1856, un Real Decreto la creaba reformándose con otro de fecha 22 de diciembre de 1857. Así nació la Orden Civil de Beneficencia que hoy conocemos.

La Cruz de Beneficencia se obtiene previa propuesta de la autoridad, en juicio contradictorio, al individuo u organismo que deba premiarse.

El mundo de los toros no podía ser ignorado, pues, los toreros, nacidos del pueblo llano, han contribuido, con su arte, a paliar las necesidades de los compañeros y ciudadanos que sufrían penalidades. Al fin y al cabo alguna de las figuras del toreo también pasaron necesidades pues salieron de las clases humildes salvo excepciones.

El darse a los demás, el torear para beneficio de los necesitados, su afán de ayudar,  era el impulso vital que tenía el maestro Antonio Mejías Jiménez, Bienvenida. Vamos a tratar de sacar a la luz como consiguió la preciada condecoración y porqué se la otorgaron.

En el maestro Bienvenida, se dan cita numerosas virtudes como ser humano excepcional. Estaba en poder de numerosas condecoraciones por la defensa de la fiesta taurina. Pero su labor más destacada fue en defensa de los pobres y de sus compañeros más modestos. Son incontables sus actuaciones en corridas de toros, -arriesgando su vida-, y en festivales benéficos. Allí acudía el maestro, altruistamente, donde se le necesitaba. 

Según Filiberto Mira, en su libro Antonio Bienvenida, señala que fueron más de 500 actuaciones. Fue presidente del Montepío de Toreros en cuyas corridas actuaba desinteresadamente al objeto de recaudar fondos para el mismo.  Por este motivo recibió la Medalla de Oro del citado Montepío.  

El ingreso en la Real Orden de Beneficencia se produjo el 21 de octubre de 1956. El Gobierno, en el Real Decreto de concesión destacaba entre otras, que: Se le otorga por sus grandes valores humanos y su desinterés económico en ayuda de los más necesitados.
El acto de imposición de la Cruz de Beneficencia se celebró en el Sanatorio de Toreros, hoy inexistente, en acto íntimo, sencillo y emocionante.

Otras figuras del toreo como Machaquito, Bombita, Manolete, Carlos Arruza, Julio Aparicio, Jaime Ostos, Andrés Vázquez y Manolo Vázquez, también fueron galardonados con tan prestigiosa condecoración.

Se cumple, en este año y en octubre, el 43 aniversario de la muerte del gran torero que tantos días de gloria dio a la Fiesta Nacional. Sea este pequeño ensayo un brindis a su memoria, a su arte y a su vital impulso de ayuda a los demás.



No hay comentarios:

Publicar un comentario