miércoles, 31 de octubre de 2018

IN MEMORIAM. Baltasar González Díaz, "Tatá", el hombre grande en el anonimato de Chopera en Almería


Baltasar González, ‘Tatá’

Desde la modestia, trabajó lo taurino con rigor, amabilidad y tanta brillantez como eficacia.


IN MEMORIAM
Baltasar González Díaz, "Tatá", el hombre grande en el anonimato de Chopera en Almería


Juan Miguel Núñez Batlles
Almería, mi Almería taurina, está de luto por el fallecimiento de un hombre bueno y brillante, gestor de lo taurino, cuya aportación ha sido clave para engrandecer el espectáculo del toro en aquella tierra. 

Baltasar González Díaz, "Tatá", como cariñosamente le conocíamos, nos ha dicho adiós hace unos días, después de una vida entera comandando con rigor y amabilidad la burocracia y el papeleo de todos los negocios taurinos que anclaron en Almería capital y ciudades relevantes de la provincia, por ejemplo Vera.

"Tatá" trabajó con Chopera durante más de cuarenta años, y veinte más que incluyen infancia y adolescencia por cercanía familiar mientras su tío don Ulpiano Díaz fue gerente de dicha empresa, cargo que después heredaría tras un corto intervalo en el que ejerció Antonio Ródenas.

Su nombre figuraba en los carteles de todos las citas en el ruedo, como representante de la empresa Martínez Flamarique (Chopera), a la que pagó con suma lealtad y eficacia la confianza en él depositada. Y fue la época o tiempo de "Tatá" en aquel feudo de Chopera cuando más esplendor tuvo la Feria de la Virgen del Mar de la luminosa capital andaluza.  

"Tatá", magnífico aficionado, ya es un símbolo en la historia taurina de mi tierra, Almería, también y sobre todo por los brillantes rendimientos que aportó al negocio de esa Casa Chopera. Aunque, lo que son las cosas de la ingratitud, no culminó su vida laboral con el debido reconocimiento de los patronos, ya que muerto don Manuel la desordenada y ruinosa carrera de los hijos planteó su injusto despido. Y se manifiestan ahora los réditos fatales de tan equivocada operación. 

De modo que en el panegírico a su figura hay que hacer hincapié en su doble y noble condición de hombre leal y legal. Como debe haber asimismo una cita puntual a su tío Ulpiano Díaz, el célebre don Ulpiano, de quien heredó la afición por el toreo y la vocación por el trabajo.

Descanse en paz el bueno y gran "Tatá". Por su buen hacer, y porque fue uno de los nuestros, a Baltasar le quiero recordar para siempre enviando un abrazo a Rosa, su extraordinaria mujer, y toda su familia y amigos, con una oración por su alma.

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