viernes, 1 de noviembre de 2019

¿Dónde está David Mora? / por Paco Mora



Me he preocupado de localizar al torero en cuestión e inquirir si es que se ha retirado en silencio, a lo que me respondió que muy al contrario, que se encuentra empeñado en una intensa tarea de entrenamiento dirigida a ponerse en la mejor forma para hacer una temporada 2020 acorde con la categoría que se había ganado en los ruedos a costa de tantos sacrificios.

¿Dónde está David Mora?

Paco Mora
¡Qué olvidadizo y qué injusto es en ocasiones el mundo del toro! Tal parece que el toledano David Mora ni está ni se le espera. En toda la temporada 2019 se ha extendido sobre su nombre una capa de silencio como si se lo hubiera tragado la tierra. Una cruel cornada estuvo a punto de dejarlo inútil para ejercer una profesión en la que había conseguido grandes logros, que le situaron en las ferias más importantes. Pero una vez más, los magos de la cirugía taurina hicieron el milagro y reapareció nada menos que en Madrid y por San Isidro, descerrajando la puerta grande. A raíz de ese triunfo volvió a figurar en los carteles de rumbo. Lo suyo fue un ejemplo de voluntad, amor propio y carácter de triunfador.

Pero en la temporada que acaba de fenecer su nombre ha desaparecido de los carteles como por ensalmo, como si se lo hubiera tragado la tierra. Solo un breve dando cuenta de su separación de Antonio Tejero, que tanto había luchado a su lado para que el torero recuperara su sitio tras aquel cornalón, y después el más ominoso silencio. Me he preocupado de localizar al torero en cuestión e inquirir si es que se ha retirado en silencio, a lo que me respondió que muy al contrario, que se encuentra empeñado en una intensa tarea de entrenamiento dirigida a ponerse en la mejor forma para hacer una temporada 2020 acorde con la categoría que se había ganado en los ruedos a costa de tantos sacrificios.

De momento, parece que a nivel de un nuevo apoderamiento solo ha habido contactos que todavía no han cuajado en resultados definitivos, pero la intención es continuar una carrera en la que tantos triunfos ha conseguido. Me ha alegrado comprobar que el torero no ha perdido su bonhomía, educación y buen talante, y mucho menos una afición más que probada. Pero no he podido evitar cierto desasosiego al comprobar una vez más que el toreo suele ser cruelmente olvidadizo con los que le han dado entrega, honestidad y días de gloria. Y, por qué no decirlo, lo han regado con su sangre de manera generosa…

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