domingo, 8 de diciembre de 2019

ECUADOR. El arte se apodera del festival de Latacunga / por Carmen Toledo



El décimo quinto festival Virgen De la Esperanza de Triana fue el cierre magnífico de la feria San Isidro Labrador de Latacunga.

El arte se apodera del festival de Latacunga

TEXTO CARMEN TOLEDO / FOTOS ANDREA ACOSTA
Cultoro / 8 Diciembre 2019
El décimo quinto festival Virgen De la Esperanza de Triana fue el cierre magnífico de la feria San Isidro Labrador de Latacunga. Festival que por primera vez se celebrará en esta plaza por el cierre de la histórica plaza Belmonte de Quito, por parte de la nueva administración municipal. Festejo que abrió plaza el desfile de la Virgen tríanera a hombros de los matadores de cartel acompañado de la Salve Rociera en las voces del grupo Raya, traído especialmente por la empresa para esta feria.


El encargado de lidiar el primero fue el rejoneador quiteño Alvaro Mejía, quien clavó dos rejones de castigo en buen sitio, tres banderillas al quiebro a lomos de su caballo “Torero” que se ovacionaron. Una banderilla corta y la suerte de la rosa. Una pena que fallara con el rejón de muerte para saludar desde el tercio.


Enrique Ponce sorteó a un novillo que salió avanto, lo fijó en lances a la verónica con mucha clase y hondura. Luego de brindar al público se dobló con él y consiguió buenos derechazos y naturales de mérito pese al mal estilo del toro que manseó. Lo remató de media estocada caída y el público le obligó a dar una cariñosa vuelta al ruedo.


El torero de la Puebla Del Río, Morante, encandiló al público con unos suaves y magníficos lances a la verónica a pies juntos, rematando con una media Belmontina y la revolera. Quite con el capote a una mano para llevarlo hacia el picador de reminiscencias antiguas al igual que ese quite del bu que despertaron el entusiasmo de la afición. En la suerte de banderillas inusitadamente puso el tercer par en todo lo alto. Su labor con la muleta fue seguida con admiración por su clasicismo y lentitud. Desde los estatuarios de inició, los molinetes, recortes y los de pecho de cabeza a rabo. Bellas tandas de naturales y derechazos con enjundia y clase, para finalizar de una gran estocada en la suerte de recibir que llevó a sus manos las dos orejas.


David Fandila “El Fandi” como siempre salió entusiasta y entregado con un público que lo cobija con cariño y ardor. Variado con los quites, en banderillas clavó dos pares en todo lo alto y uno desigual. Inició su faena de muleta rodilla en tierra con pases por alto, cambios de mano, molinetes, derechazos a media altura cuidando la embestida de la res. Naturales magníficos y redondos a media altura, pase sobre la mano izquierda, adornos, circulares y desplantes que reventaron la plaza. Tomó la espada y clavó una estocada recibiendo en todo lo alto para cortar indiscutibles dos orejas.


El quinto le correspondió a Miguel Ángel Perera, que se lució con preciosos verónicas a pies juntos. Quite por tafalleras y faena de muleta de gran calado en el público. Tandas largas y templadísimas por ambos lados y lentas, más pases por la derecha que fue el mejor pitón del toro. Para finalizar adornándose por molinetes y luquesinas. Pincho en una ocasión y remató de buena media estocada que fue suficiente para tirar al toro sin puntilla. Una oreja.


Cerró el festejo nuestro compatriota Alvaro Samper que estuvo muy entonado y terso con el capote en los lances a la verónica y los remates. Quite por chicuelinas y la media y brindis al empresario y ganadero José Luis Cobo. Faena iniciada de muy buen modo sobre la mano derecha, luego naturales y adornos, todo entre ovaciones y apoyo del público que coreó el Chulla Quiteño interpretado por el grupo español Raya. Fue lamentable que fallara reiteradamente con la espada, a pesar de la cual el público le obligó a dar la vuelta al ruedo.

Fueron aplaudidos en el arrastre, primero de Triana, tercero y cuarto de Huagrahuasi que colaboraron con sus matadores.


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