domingo, 8 de diciembre de 2019

Pedro J. pertenece a ese grupo de sinvergüenzas generadores de opinión integrado en los "medios de manipulación de masas"./ por Javier García Isac



Si alguien dentro del mundo periodístico merece el título de gran jeta de reino, ese es, sin lugar a dudas, Pedro J. Ramírez, siempre intentando imponernos su opinión y robándonos a los demás el derecho a la discrepancia. Sujeto típico que acude al insulto, cuando ve peligrar su chiringuito mediático, y necesita estar de nuevo en primera fila, aun a costa de insultar y despreciar a todo aquel que ose no aceptar su verdad, una verdad cada vez se torna en mas mentira.

Pedro J. pertenece a ese grupo de sinvergüenzas generadores de opinión integrado en los "medios de manipulación de masas"
  • Pedro J. Ramírez opina que VOX, con su posicionamiento en contra de las leyes de ideología y discriminación de género, está buscando el voto de los maltratadores.

Javier García Isac
El Correo de Madrid
Mentiría si dijera que existen cosas en España que fueran capaces de sorprenderme. Por desgracia ya nada me sorprende, por muy aberrante que sea la cuestión o muy detestable el protagonista del suceso. En el caso del periodista Pedro J Ramírez, lo que diga, haga o escriba, no solo no me sorprende a mí, es que creo que a nadie puede sorprender o extrañar, sobre todo, desde que hace algunos años, tuvimos la ocasión de ver un vídeo de bastante mal gusto donde él se mostraba, como decirlo, en su faceta más indecorosa. No tengo por costumbre opinar sobre cuestiones de alcoba, pero tampoco consiento, que personas de cuya moral dudo, me den lecciones de nada, por muy de moda que se haya puesto el personaje, gracias a su nueva pareja, "miembra" destacada del lobby feminista y muy cercana al partido socialista y posiblemente responsable ultimo de que a Pedro J. se le hayan abierto de nuevo las puertas de televisión española, púlpito desde donde suelta sus excrementos dialécticos con un aire de suficiencia, que lo hacen insoportable.

Pedro J. Ramírez opina que VOX, con su posicionamiento en contra de las leyes de ideología y discriminación de género, está buscando el voto de los maltratadores. Pedro J. es el prototipo de caradura profesional, con principios y valores muy flexibles, muy bizcochables y adaptables según la oportunidad política del momento. Es muy de modas. Coqueteo con la izquierda más extrema, para luego alardear de la amistad de Aznar, hasta tal punto, que en alguna ocasión celebro las victorias del líder popular en el balcón de Génova. Eran otros tiempos, muy cercanos al poder que tanto le ayudaron. Nunca me gustó, es más , lo tengo dentro de la categoría de sujetos detestables. Es otro de los individuos que tanto pululan dentro del periodismo español, que se creen más de lo que son, y que cada vez que abren su boca, piensan que sientan cátedra. Siento decirle que solo impresionan a un público muy corto y predispuesto a creerse las tonterías que dice, un público fácilmente impresionable. Pertenece a esa generación de periodistas que piensan que tenemos que darles las gracias por existir, van de perdonavidas y repartiendo carnets de demócratas a quien estiman oportuno y estigmatizando a todo aquel que no acepte sus dogmas de fe, dogmas por cierto, que como he comentado, varían y dependen de los propios intereses del comunicador. Se creen los inventores de la democracia y la libertad y ese es uno de los principales motivos por lo que no soportan la crítica y mucho menos la discrepancia.

Pedro J. pertenece a ese grupo de sinvergüenzas generadores de opinión integrado en lo que algunos denominamos medios de manipulación de masas, la triple "M". Se sienten por encima del bien y del mal y con la capacidad y seguridad de insultar a casi cuatro millones de españoles sin que eso les pase factura o les traiga consecuencia. Personajes que están sorprendidos de la ruptura del consenso social demócrata liberal y de que existan mentes que no se pliegan a la dictadura progre que desean imponernos y no se informen en sus detestables medios. Se resisten a aceptar que su tiempo pasó y que son protagonistas de una televisión que nadie ve y de unos medios que nadie lee. Su influencia es ficticia, solo alentada por los tentáculos de un poder que un día ostentaron y que empieza a escaparse ante la indiferencia del público en general.

 A nadie importa ya la opinión de un miserable como Pedro J. Ramírez, ejemplo de nada y ruin entre los ruines.

Si alguien dentro del mundo periodístico merece el título de gran jeta de reino, ese es, sin lugar a dudas, Pedro J. Ramírez, siempre intentando imponernos su opinión y robándonos a los demás el derecho a la discrepancia. Sujeto típico que acude al insulto, cuando ve peligrar su chiringuito mediático, y necesita estar de nuevo en primera fila, aun a costa de insultar y despreciar a todo aquel que ose no aceptar su verdad, una verdad cada vez se torna en mas mentira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario