domingo, 19 de enero de 2020

Entrevista a Javier Castaño / por Jaime



 “Es bueno ser generoso con el espectáculo y con el toro pero me gustaría que el aficionado viera mejor las características de cada animal.”

Javier Castaño

POR JAIME 
De poder a poder· Enero/2020
El toreo está formado por héroes. Uno de ellos es el torero Javier Castaño. Un ejemplo de superación en el toreo y en la vida con el que hablamos una historia vital apasionante y admirable. Comienza un nuevo camino con Jesús de Alba con la misma firmeza de siempre.

Comienza una nueva andadura con Jesús de Alba (luego hablaremos de él), tras ser novillero puntero, años en casa grande, el éxito con las duras, tu enfermedad… ¿Cuántas veces te has reinventado?

En los tiempos que vivimos hay que reinventarse muchas veces. Salen toreros cada año que hacen cosas impensables a los toros. O te reinventas o dejas de interesar.

Pero son palos duros, ¿cómo recuperarse anímicamente?

Con la ilusión de ofrecer cosas al aficionado. Este año cumplo 19 años de alternativa y en ese tiempo he pasado por muchas etapas dentro y fuera del toro. Vas asumiendo cada cosa según viene y ahora me toca vivir en la que estamos. Quiero ofrecer al aficionado una versión mejorada con cosas que aún no se han visto.

Vayamos por orden. ¿Das vueltas a por qué no cuajaron esos dos años en una casa grande?

Son años lejanos pero no los olvidas. Todos los momentos te marcan. Yo venía de ser un novillero exitoso pero una lesión larga me lo dificultó todo. Estuve con una casa grande 2 años y las cosas no se dieron como esperaba, todo se fue diluyendo y al final quedas apartado. De cara a las empresas, al aficionado, a los periodistas es así pero no de cara a uno mismo. Sabes que te has equivocado, no has estado quizás a la altura pero como hemos empezado hablando, uno se intenta reinventar, madurar, mejorar tu toreo para aprender cada día.

Tras esos años en los que quedas “apartado” te abres camino en las duras, ¿reinventarse o esa capacidad ya la llevabas dentro?

El tiempo es el que te va marcando todo. Si cuando tomé la alternativa hubiera empezado con las duras no lo hubiera podido digerir. Es un circuito difícil, me hubiera pillado muy nuevo y sin la capacidad necesaria y la experiencia para hacerlas frente. El paso de los años, las temporadas en ferias importantes con figuras, el no parar de torear en el campo… todo eso me ayudó a superar las duras. Siempre he pensado que las cosas te llegan por algo.

Ese Javier Castaño de los comienzos impactó por su dominio en las cercanías, algo que las duras no permitían. Un cambio drástico de tu tauromaquia.

Claro, aprendes a base de acumular experiencia y de errores. Yo empecé basando en mi valor el toreo arrimándome como el que más. Eso hizo que llamara la atención de novillero.
Llego a matador costándome todo más por la lesión. De repente te ves acartelado con grandes figuras que te complican todo y yo solo tenía la experiencia en mi dominio de las cercanías. Ahí me equivoqué porque quise hacérselo a todos los toros. En esa época aprendí que no era lo correcto porque cada toro tiene su lidia y no la puedes llevar desde el hotel. La preparación debe estar centrada en estudiar al toro y saber qué faena hacerle a medida que vas viéndole. Lo pude entender a tiempo y eso me ayudó.

En tu caso queda claro como pasas de las corridas con figuras a las duras. En estos días algunos aficionados culpan a Ureña, que las ha matado duras, por querer acartelarse en las de figuras. ¿Por qué ese castigo?

Él ha cortado 4 orejas en Bilbao, ha salido a hombros en Madrid, está justificado. Estoy muy agradecido a las duras porque me han dado mucha vida. He estado desde que me maté mi corrida de Cuadri en Zaragoza hasta este año con las más duras. Hay que tener mucha capacidad para solventar las dificultades que ofrecen pero saber cambiar el chip para torear bien. Estas corridas no te dejan evolucionar artísticamente como las otras. Lo suyo sería una carrera en la que pudieras compaginar las dos cosas.

Pero a nadie le amarga un dulce aunque a vosotros os lo niegan.

Nos tienen encasillados. En una feria larga en la que aparecen corridas de toros variadas, si hay dos muy duras tu nombre solo parece encajar en esas. Ese encasillamiento es para solo seis puestos y no es justo. El triunfar con las duras es signo de tu capacidad y debería servir para que te abrieran más huecos.

En este repaso, la siguiente tarde clave es con Cuadri en Zaragoza.

Sí, hacía tiempo que no iba a plazas de primera. Estaba olvidado por el aficionado y el que me recordaba era en la versión de antes. Sorprendí al torear un Cuadri con relajo, con profundidad, eso sorprendió y me dio muchas alas. Fue el comienzo de mi salto a las ferias.

Pero le encasilló.

En ese momento estaba loco por torear en las ferias y acepté eso encantado. Cuando maté la de Cuadri no había matado ni Victorino ni Miura. Estoy agradecido de mi recorrido hecho con las duras y que no me falten.

Mi siguiente tarde clave es la encerrona histórica con Miura en Nimes.
En Zaragoza me abrieron puertas pero eso lo amplié en Vic y Ceret. Puntué con Palha en Vic y en Ceret corté dos orejas a uno de Escolar. Tras ello llega una de Miura en Nimes en la que corto dos orejas y doy una vuelta al ruedo. Ése fue un aldabonazo. Al año siguiente arranqué posicionado. Ahí me ofrecen lo de matar 6 toros en Nimes. Lo vi arriesgado pero como creía que era mi momento me eché para adelante. Es, sin duda, una de las decisiones más acertadas de mi vida. Todo mereció la pena, ni en mis mejores sueños hubiera sido así.

Me habla de una apuesta arriesgada, ¿no cree que hubiera sido más justo a una gesta así?

Sí, lo pienso. Cuando maté mi encerrona solo habíamos sido seis, luego lo hizo el maestro Ferrera. Con un resultado así no se había dado, tuvo más repercusión de cara al aficionado que otra cosa. Contratos tenía ya antes porque las cosas iban bien. Me hubiera gustado más repercusión.


Es injusto pensar lo poco que se ganó y lo mucho que se podía perder como pasó con el malogrado Iván Fandiño y con los Miura de Antonio Ferrera.

Puedes perder muchas cosas. La mía salió muy bien, la recompensa debió ser mayor, pero si no hubiera sido así el batacazo hubiera sido importante.

El aficionado tiene poca memoria pero menos con los de las duras.

La gente va a ver el toro en las duras. Hay tres toreros acartelados, con mayor o menor experiencia pero de principio es más exigente en estos festejos que en otras corridas. Van más a ver el toro, va más predispuesta a esto. Todo se hace más duro. El toro, el aficionado…

Pasemos a Madrid. Esta generosidad que se os pide en las duras también la demostraste con tu cuadrilla luciendo los dos primeros tercios sabiendo que te podía venir en contra en la muleta si el toro no respondía o se agotaba.

Traté de crear un espectáculo completo. La suerte de varas bien hecha gusta mucho aquí como en Francia. Empecé con los picadores esta suerte bonita. Fui pensando que sería algo bonito rodearse de gente muy profesional que luciera pero que me sirviera en las duras. Me fui rodeando de gente que me aportaron en una etapa bonita en mi carrera. Aposté por el espectáculo, quise dar más alicientes al aficionado y había veces que lucía un toro en el caballo y se ponía complicado en la muleta. Es lo que tenía , mi peaje. Si se había visto una suerte de varas buena y en la muleta no el aficionado ya había disfrutado. Mi intención era que todo se juntara, que llegara así a la muleta, pero a veces no podía ser.

Volvemos a lo mismo. Si en la muleta el toro no llegaba con opciones el espectáculo inicial se le volvía en contra.

Ese reconocimiento le echamos en falta. Es bueno ser generoso con el espectáculo y con el toro pero me gustaría que el aficionado viera mejor las características de cada animal. Me gustaría que supiera como es en varas, no siempre el toro bravo es el que va de lejos al caballo ya que hay que ver su pelea, como mete la cara, si mete los riñones… No me importa lucir a un toro pero me gustaría que el aficionado supiera ver mejor al toro y las dificultades.

Esa apuesta por la cuadrilla de nivel sigue.

Siguen conmigo Marco, Fernando, Ferreira y a caballo Javier Martín, el otro le llevo suelto.

Aquellos años de tanto lucimiento con la cuadrilla forjaron una amistad, en estos años de menos corridas siguen juntos.
Hicimos un equipo bueno. Fernando fue una apuesta personal mía. No había toreado corridas de toros nunca, había ido con novilleros. Cuando le ofrezco la colocación conmigo, él se queda parado. La primera que matamos es de Miura y corto 3 orejas en Castellón. Él me decía que no sabía si estaba capacitado. Le dije que de sobra, vas a ser un tercero completísimo. Me alegro de la apuesta porque es uno de los mejores profesionales y como persona es un amigo muy bueno.


¿Y a Marco como lo descubriste?

De casualidad. Un día de pocos toros, mi hermano toreaba novillada y no encontraba banderillero y se lo mandaron. Vi como andaba este hombre con el capote y tardé poco en ofrecerle que viniera conmigo y darle una corrida. Le hice debutar en Ceret con una de Escolar y fui componiendo la cuadrilla.

¿Y Joao?

Me habló un amigo portugués. Hay un muchacho muy joven que está cansado de rejoneadores y se quiere quitar. Me enseñó un vídeo en Villafranca en un festival y le dije que iba a hablar con él. Hablé, él encantado. En España no había toreado, su hermano es matador. Estuvimos juntos en el campo y sabía que no iba a fallar.

Me queda claro que no se arrepiente de esa apuesta por el lucimiento de su cuadrilla. No siempre hay esa generosidad del jefe.

No, siempre voy a apostar por un espectáculo completo. Creo que nada tiene que ver un tercio de banderillas o varas con la muleta. Cada profesional está en su sitio pero sintiéndose torero. Partiendo de eso que cada profesional lo cumpla con la mayor honradez.

El siguiente punto de su carrera llega con el cáncer.

Al cumplir 15 años de alternativa me llega de repente. Estaba en el invierno preparándome muy fuerte. Todo comenzó con un dolor repentino en un día normal. No le di importancia. Ese dolor fue a más. Saltaron las alarmas y me detectaron el cáncer. Yo en ese momento soy reacio a decirlo a nadie. Antepuse mis planes de querer torear a luchar con la enfermedad. Sabía que podía luchar con la enfermedad sin dejar la temporada y por eso no quería que la gente lo supiese ni me tuviera pena. Poca gente lo sabía.

Cuando recibía quimio me dijeron que me habían ofrecido la de Miura en Sevilla y el apoderado me preguntó y dije que sí pero que no dijera nada del cáncer. A 19 días de esa fecha me dijeron que estaba curado y vivo los días más intensos de mi vida. La oncóloga me dijo que me usa de ejemplo con los pacientes.

Cuando me explicó el proceso la dije que adelante pero que el 17 de abril tenía que estar en Sevilla. Me dijo que no pero me dijo que era imposible y la dije que me recuperaría con la vista en torear. 

Eso me ayudó a luchar con la enfermedad, fue un revulsivo. Terminé, me dijo que estaba curado. Me dijo que hiciera una vida normal, que no la pusiera en riesgo… Ella no se imaginaba que me iba al campo 19 días y a casa de Miura. Así fue.

En el primer tentadero no pude con mi alma, le pegué dos tandas y me asfixiaba. Me lo propuse, llegué, me sentí vivo y fui capaz de volverme a jugar la vida. Son casos que pasan en el toreo. Ahora lo veo como una locura pero me dio mucha vida. De las 300 corridas o más que llevo fue la más emocionante, por encima de todas.

SEVILLA. 17-ABRIL-2016. CORRIDA DE TOROS MIURA FERIA DE ABRIL .JAVIER CASTA„O . FOTO : RAUL DOBLADO. ARCHSEV

Ser un ejemplo, algo emocionante.

Hay mucha gente que se ha identificado conmigo para luchar contra esta desgraciada enfermedad. Por las redes me mandan mensajes gente que lo pasa mal. Me siento orgulloso de poder ayudar a gente que lo pasa mal. Aunque sea solo saber que mirando mi caso se vienen arriba me llena de orgullo.

El negarse a dar pena es algo de héroes.

Reaparezco con Miura, luego en Madrid mato Miura y así encadeno cuatro con Pamplona y Mont de Marsan. Fue una temporada en la que me sentía muy bien. Mi cuerpo notaba lo que me habían metido, me había hinchado con la medicación y me encontraba vivo. Después de superar todo me dio fuerza. Recordaré ese año.

Tras esto llegas a un punto en el que te toca ir a plazas, aunque merecen todo el respeto, de una menor categoría.

Como he pasado por altos y bajos me siento orgulloso de coger cada temporada como van viniendo. A lo mejor el año pasado pisé plazas, salvo Francia, Madrid o Pamplona, de menor categoría pero cuando estoy en plazas de menor importancia, ninguna lo es porque todos pagan y quieren verte bien, uno lucha por volver a las ferias. Cuando toreas menos en plazas de menos relevancia buscas dar golpes cada día para volver a esa senda de las ferias.

Y en este camino, Jesús de Alba.

Encajaba en el perfil que buscaba. Me senté con él un día. Lo conocía y le seguía la pista con amigos en común y toreamos juntos. Me puede aportar mucho. Es matador, tiene ambición por crecer en este mundo, muchos conocimientos, se mueve muy bien y tiene ganas de luchar. Después de hablar mucho no tenía miedo al hacerlo con él porque me inspira mucha confianza y pienso que va a salir bien.

Un torero muy arraigado en México.

En España abriremos camino también. Me habían llamado otros pero no entraban en lo que buscaba. Buscaba un hombre comprometido, que supiera transmitir esa ambición que él muestra por querer crecer. Que le guste apoderar a un torero y crea en mí. Nos hablamos muy claro y supimos que teníamos un proyecto a trabajar y vamos a pelear.

Con las duras.

El proyecto más temprano es intentar empezar la temporada pronto, intentar entrar en alguna feria importante. Intentar recuperar poco a poco el hueco de Francia e ir creciendo día a día dando pasitos cortos pero firmes.

Al comenzar me decía que quería sorprender, ¿puedo preguntar cómo?

Vamos a sorprender y siempre estamos dando vueltas a mi tauromaquia. Ahondando en el toreo de toda la vida pero siempre dando la vueltecita de tuerca que sorprenda.

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