jueves, 7 de mayo de 2020

César Rincón “Sin el público de Madrid a Bastonito no le hubiera pegado ni uno”.


Cuando uno torea una becerra es una maravilla pero si sale mala, si estás pasado de rosca, le das puerta. Si ves un toro en el campo que no vale se le da puerta. Vuelvo a lo mismo, si Bastonito no es Madrid no hubiera pasado nada. Gracias a Dios estábamos Bastonio, César Rincón y yo en ese triángulo de pasión.


César Rincón “Sin el público de Madrid a Bastonito no le hubiera pegado ni uno”.

POR JAIME
Patrimonio Taurino· 5 MAYO, 2020
Continuamos hablando con los grandes de la tauromaquia para conocer cómo llevan el confinamiento y para escucharles acerca del futuro de este arte. Hoy “viajamos” hasta Extremadura para hablar con el legendario maestro colombiano César Rincón en su faceta de ganadero y de figura indiscutible. Una charla en la que aprenderemos mucho.

¿Cómo lleva el confinamiento, maestro?

Quiero empezar mandando un abrazo a toda la gente que está sufriendo por la pandemia que estamos viviendo diciéndoles que siento mucho el vivir algo que nadie imaginábamos. 

Nosotros tenemos el campo, afortunadamente. Estoy ahora mismo en Extremadura dónde tengo que atender la ganadería de lidia. En ello nos entretenemos mucho, aunque no tenemos todo el personal que nos gustaría, y ayuda a que hayamos pasado la situación mucho mejor que otra gente de la que siento mucho que haya tenido que estar encerrada. 

Con la salvedad de la reducción de gente, ¿podríamos hablar de una cierta vida normal?

Sí en cuanto al trabajo en el campo. Vivimos momentos duros en los que vemos que no tenemos salida para el ganado y en los que lo único que hemos dado salida es a ganado para sacrificio. Estamos esperando a que, ojalá, nuestra actividad empiece a funcionar. Empezamos ahora a hacer tentaderos con unas perspectivas que se ven muy duras.

¿Lo que ha mandado al matadero es lo habitual o ha cambiado por la crisis?

Podíamos decir que hemos empezado antes.

¿Cuántas cabezas tiene usted ahora en la finca?

Ahora mismo, entre vacas, erales, añojos, novillos, cuatreños, cinqueños y sementales podríamos hablar de unas 700 cabezas de ganado.

¿Qué porcentaje ha ido al matadero?

Estamos empezando. Nosotros tenemos que aprovechar ahora que los animales están muy bien comidos porque la primavera nos ha ayudado muchísimo, afortunadamente. Ahorita tenemos el ganado gordo, es fundamental para que nos den algo más de lo que nos suelen dar. Nos están pagando a 1,30-1,40 kg/canal. Una becerra pesa 250 kg imagínate la poquita plata que nos dan. Hay que aprovechar ahora porque si esperamos al verano hay que seguir echando comida y nos van a dar lo mismo.

Por lo tanto todavía aguanta, no ha ampliado el número de cabezas hacia el matadero.

Todavía aguanto. Voy sacrificando animales, no mando todo en el mismo momento. Aprovechas para descartar a vacas de vientre que no paren este año y las voy quitando. Las vacas paridas las tengo que esperar. Ahora entrarán vacas que hayamos tentado porque, aunque hayan sido buenas, no podemos aumentar el número de vacas de vientre porque la situación es compleja.

Por lo tanto hablamos de que al matadero van animales tentados.

Claro, yo no mando animales al matadero sin haberles tentado. Sin ello dañaría la trazabilidad del hierro y todo perjudicaría la genética y el laboratorio que cada ganadero tiene. Es muy duro el que mande animales al matadero sin tentar.

Me decía que está empezando a tentar, ¿ya le han dado permiso?

Con la situación tengo ahora más peticiones de tentaderos que vacas. Hace que todo sea más complejo porque todos los toreros que no tienen nada que torear sin Sevilla, Madrid, Pamplona se entrenan en los tentaderos. Uno tiene muchas llamadas y pocas vacas, me gustaría atender a todos pero es imposible.

¿Usted ya no tienta en su casa?

No, cuando decidí apartarme lo hice sin volver a ejercer la profesión.

¿Cómo lleva, con su dimensión torera, el ver a sus animales en manos que no hacen siempre lo que usted haría?

(Risas). A veces uno se aguanta porque nos puede el respeto a los toreros. Es muy duro porque querrías decir “da más distancia, ponte en otro lado, deja la larga, no la lidies”… A veces a uno le toca callarse por respeto a los toreros (risas).

Debe ser muy complicado.

Muy complejo (risas).

En caso de que no pudiera lidiar sus cinqueños, ¿los torearía en casa para ver su rendimiento?

Sí. Es un tema complejo porque no podemos sacrificarlos aquí en el campo. Al llevarlos al sacrificio (al matadero) no los puedes herir. Hablaríamos de una faena incruenta porque si les picas te podría llegar una demanda por maltrato animal al mandar al matadero un animal herido. 

Para sacrificarlos aquí tienes que pedir unos permisos especiales porque tiene que venir un veterinario igual que en un festejo taurino. Son profesionales, tienen que firmar un acta, ver el camión para llevar las reses, las guías… Esos gastos son tan grandes que lo que te dan por la carne no es nada, no lo podemos hacer.

Por lo tanto las lidias a puerta cerrada son muy complicadas.

Sinceramente los gastos son mayores. Tienes que traer un caballo preparado porque un picador normal no se sube a un caballo no preparado para el ejercicio. Todo incrementa los costos y lo que te dan por la carne es nada. 

Así que las lidias a emitir de las que se hablan deberían sostenerse en dinero de la tele o algún tipo de subvención.

Claro, si no, nos costaría mucho dinero.

¿Cómo ve la posibilidad de dar toros a puerta cerrada en plazas?

Hay que buscar soluciones pero torear sin público, a mí, me parece inviable. Nosotros necesitamos una motivación especial que viene del público en forma de aplausos, oles, críticas… Todo eso hace que necesitemos un escenario con esas condiciones. Otra cosa es un entrenamiento a puerta cerrada pero una corrida es algo complejo. Me parece que ahí falta el gran ingrediente, el público. Detrás de un televisor no es lo mismo.

El maestro Eloy Cavazos opinaba como usted pero opinaba que emitir una tienta era mejor solución.

Claro, una tienta. Con traje de luces, una corrida formal… yo lo veo muy complicado. Económicamente veo que se puede dar un festejo con tres figuras porque la gente pague por verlo pero lo que no veo es la motivación del torero. Una corrida de toros es totalmente distinto a un tentadero que es el laboratorio del ganadero. Seguro que habrá muchos ganaderos que estemos de acuerdo en que se nos televise el tentadero.

El tentadero es la selección para ver si la vaca va a sacrificio o queda como madre, sería algo didáctico.

Con toreros menos vistos creo que funcionaría.

Claro, a mí me parece genial porque tiene también un componente pedagógico. Seguro que hay mucha gente que querría ver esto, aprender de la tauromaquia viendo el inicio que es esto. Deberían nacer de ahí los nuevos aficionados porque de ahí aprendemos todos. Sería ideal evolucionar desde ahí pero para mí, no soy el Papa, no creo que el torero tenga motivación de torear sin público en un festejo.

Para mí sería una solución emitir tentaderos, grabados, con toreros de interés por poco vistos.

Sería ideal, estoy de acuerdo con eso. Enseñaría la finca, la selección de cada ganadería… Lo de seleccionar me parece bien porque si el tentadero sale bien, vale, pero si sale malo es muy aburrido. La gente puede desesperarse si empezamos con “ponla otra vez”, “de largo”…

En directo pueden ser 3-4 horas

Así es. A veces echo en mi casa 3-4 becerras porque me gusta que las becerras duren mucho en la muleta y cuando las torean pasa más de media hora, algo que no gusta a la gente que prefiere algo más corto. Otras veces siguen toreando y yo la tengo vista, es gusto para todos. 

Maestro, me ha dejado con la duda, ¿desde que se retiró no se ha puesto delante?

Sí, delante de una becerra sí pero de un toro no. Como rutina tampoco, de vez en cuando. No lo hago como profesional, toreo muy de tarde en tarde. Es muy bonito, no hay nada comparable, es algo maravilloso.

Hay muchos apocalípticos que creen que el virus trae el fin del toreo.

No lo creo. Mientras haya aficionados, y hay mucha gente joven, no se va a acabar. Lo que sí veo es que al desaparecer muchas ganaderías de lidia habrá menos festejos taurinos y hará que la cadena se fracture. Lo que creo es que aquí en España, sobre todo, han surgido momentos muy duros como la posguerra y salió Manolete y luego la revolución de El Cordobés. Ves que había mucha gente sin dinero e iban a la plaza motivado por ellos dos, eso indica que el toreo tiene que vivir. Aparte de pensar egoístamente como ganadero creo que es la identidad de un pueblo, eso no puede desaparecer.

Cuando esto no interese, cuando la gente no vaya… Si reapareciesen El Cordobés, Manolete y Ordóñez y no fuera nadie, entonces desaparecería. Si hoy anuncias a tres figuras como Morante, El Juli y Roca Rey y no vaya nadie a Madrid… eso sí sería preocupante. Mientras veas la motivación de verlos que hay y la juventud tan maravillosa que va es algo que te motiva mucho. Estamos pasando el peor momento de todos, habrá que ver los aficionados que siguen pero lo que queda claro es que los antis no se mueven.

No veo que nadie se mueva para evitar que un toro vaya al matadero. He leído iniciativas, que me parecen maravillosas, de ganaderos esperando que adopten a un toro. Tiene mucho mérito pagar la manutención de animales que pueden vivir hasta 20 años, veremos a ver cuantos antis están dispuestos. En mi caso tengo 700 cabezas de ganado que hay que mantener y no veo que ellos estén dispuestos a mantenerlos. Si eso no se mantiene veremos quién mantiene esto. 

¿Una solución para el futuro es bajar el coste del festejo?

Entre todos tenemos que pensar porque se tienen que bajar el coste de los boletos. Hay que motivar a la gente de alguna forma u otra para que la cadena continué. Me pongo a pensar en los subalternos cuando dicen que no hay que bajar el dinero, no lo sé. Lo que sé es que hay que pensar en ello y buscar soluciones para que esto siga. O bajamos esto o será inviable. Si la gente no va, la cadena se rompe.

Hay que intentar que la cadena avance aunque sea más despacio. 

¿Sería solución bajar el número de banderilleros?

Soy partidario de hacer pruebas pilotos y hacer cosas. Ahora vemos que es mejor hacer test del COVID que no. Te pongo otro ejemplo, es mejor hacer un trasplante, tener un respirador que dejar morir a nadie. La tauromaquia debe hacer cosas antes de morirse.

Es lo que hablábamos, prefiero hacer tentaderos de machos antes que no hacer nada y dejar que esto se muera. Prefiero que haya actividad económica a que no haya nada.

Una de las soluciones de cara a incentivar a la gente es abrir los carteles y hay propuestas para que se cambie el orden de antigüedad para lograrlo.

Creo que el abrir los carteles llega. Cuando llega una figura como Andrés Roca Rey desplaza a cualquiera, es algo natural. Soy un ferviente admirador de El Cordobés porque llegó un momento en el que desplazó a muchos, diciendo que la figura era él, pese a que le criticaban de no saber coger el capote, la muleta… Es una renovación que pasa en cualquier profesión cuando llega uno arreando. El año pasado había Pablo Aguado, Roca Rey… 

Otro torero del que se pensaba desaparecido era Antonio Ferrera y empezó una ebullición de un torero renovado que apetece a mucha gente ir a verle. Cambiar el orden da igual, si sale el que arrea…
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Usted cree que la nueva figura llega sin la necesidad de que le abran el cartel.

Así es.

¿Entonces cómo entiende que las figuras de ahora lleven tantos años?

Cada uno va cogiendo su marketing, se aseguran los toros que ellos consideran que les dan el triunfo que les generan más adeptos. Van toreando encastes que ven más fáciles, que hacen que su tauromaquia crezca para ellos. Eso va en contra de otras ganaderías que van desapareciendo, es muy duro. Antiguamente se abrían los encastes. Son modas. Si ves los años de El Cordobés, que es cuando yo empiezo a querer ser torero, Núñez era el de más festejos. Ahora mismo esto está en manos de los Lozano (Núñez). 

Me acuerdo de Paco Camino que era un gran defensor de Santa Coloma y ahora no porque el tamaño del toro ha cambiado…

¿Les sobra comodidad a las figuras?

Hay algo impositivo que antes no era tanto, los impuestos. Las figuras ganan más pero contribuyen más a Hacienda. Esto hace cambiar las cosas como el que América no sea tan necesaria. Las figuras no quieren ir, no sé si comodidad, falta de afición… Yo me acuerdo que mi tierra colombiana, Perú, Venezuela… era el cuartel de las figuras. Me acuerdo de Paquirri, Dámaso, Camino, Ángel Teruel… hacían como base Bogotá.

Hoy es muy difícil que a una figura le digas que tiene que torear el 31 de diciembre y eso me duele. No sé si es el dinero o es la comodidad. Hay algo que pasó pero es a ellos a quién debes preguntar por qué no quieren ir a América. El toro no ha cambiado tanto.

Les veo más cómodos.

No quiero hablar sobre mí. Sólo echo la mirada hacia atrás y me hago preguntas cómo el que antes sí iban a América y toreaban determinadas ganaderías que ahora no. Eso son ellos los que deberían contestar.

Me ha citado 5 figuras, ahora cuesta encontrar tantas.

Claro, eso me lo pregunto yo. Hacer un cartel atractivo en Colombia es muy difícil y es por ellos, no por las empresas. La empresa habrá cambiado pero la plaza es igual. Los toros no serán los mejores pero no son peores que antes. Me consta que los ganaderos hacen un gran esfuerzo y comparas la embestidas de los 70-80 con hoy y todo ha cambiado para bien. En aquel momento iban y hoy en día no quieren.

Con Loperita hablamos de cómo afectó el narcotráfico a estas ferias.

No tenía que ver. Yo me pongo a mirar toros en los 80, no había, y estaban los Lozano, los Chopera… Uno ve cartelones impresionantes con Camará, los Lozano… 

Habló del tipo de cambio

Claro, es lo que le digo. En aquel momento sería atractivo y ahora, ¿no? ¿Es todo monetario?, ¿No queda afición?

Da mucha pena que Cali esté como está.

Igual que Bogotá, Cartagena… Son fechas en las que te dicen que el 6 de enero no van porque quieren estar con su hijo. Lo siento mucho pero nos debemos a una profesión que nos ha dado la vida. Soy ganadero para agradecer al toro de lidia todo lo que me ha dado. Somos los más animalistas y comparamos mis 700 animales frente al “animalista” que tiene un perro. 

A Cali, que lo necesita, no van. A Manizales van dónde sí hay dinero.

Ahí van (risas).

Ayer vi un vídeo de su despedida en Sevilla. Madrid ha sido su plaza, ¿un torero necesita, tras conquistar Madrid, Sevilla?

No se trata de Madrid ni de Sevilla. Es el amor propio, es la hoja de vida de uno. No quiero que me digan que fui torero de Madrid y aquí no entré. El torero debe ser de cualquier coso. Madrid es todo, yo aprendí lo de “De Madrid al cielo”. No sé que poeta plasmó esta frase tan maravillosa que muchos podemos poner como propia.

Cuando tocas el cielo de Madrid, el cielo diferente está en Sevilla.

Lo que es bonito es poder decir “Yo en Madrid, yo en Sevilla, yo en La México, yo en Arles, yo en Bogotá…” Ahí está mi hoja de servicios, mi carné de torero. Se puede torear de muchas formas pero tu aval ahí queda. La cátedra te la da el público como a un catedrático se lo da el dictar clases que le han dado el mérito. 

Siempre he pensado que hay dos toreros que han dejado huella. Las cercanías de Ojeda y las distancias de usted.

Yo lo copié (risas) hay cosas en la vida que son así. El otro día comentaba que el año pasado hubo un torero que triunfó en Madrid pero pinchó el toro. Miguel Ángel Perera, para mí gusto, ha sido encimista pero el año pasado recuerdo cómo toreó de largo a ese toro castaño, como se puso de punta a punta en Madrid y volteó la cazuela. Es bonito ver que la tauromaquia es extensa y el torero debe acomodarse a diferentes formas de embestir del toro.

¿Se pasa más miedo cuando viene de lejos o cuando le tienes encima?

Depende de la mirada del toro. Cuando pones el toro de largo y el toro mira la muleta es bastante motivador, bonito, pero cuando se la pones y no sabe para dónde va a tirar, viene a tu cuerpo, pasas mucho miedo porque las volteretas son muy fuertes. Depende todo de cada instante, de cada toro, de las circunstancias…

¿De qué toro nunca se olvida?

Tengo muchos pero Santanerito de Baltasar Ibán me cambió la vida el 29 de mayo de 1991, tiene que ser el primero. Otro toro sería Bastonito de Ibán, ambos son claves en mi carrera.

Todo el mundo le asocia a Bastonito y usted me habla de Santanerito.

Si no hubiera estado Santanerito no habría toreado al otro toro de Ibán. A Cristina, ganadera de Ibán, le dije que me diera la cabeza de Bastonito y me dijo que no, que hiciera un cambio por la cabeza de Santanerito y le dije que no. 

¿Es el toro que más miedo le dio?

Cómo hemos hablado de la motivación te digo que si a ese toro le toreo a puerta cerrada no le pego ni uno. Ahí está la motivación del público. Si no existiera la ebullición de Madrid, su compromiso… En una corrida de toros en la que no escuchas el olé no es igual. Cuando uno torea una becerra es una maravilla pero si sale mala, si estás pasado de rosca, le das puerta. Si ves un toro en el campo que no vale se le da puerta. Vuelvo a lo mismo, si Bastonito no es Madrid no hubiera pasado nada. Gracias a Dios estábamos Bastonio, César Rincón y yo en ese triángulo de pasión.

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