lunes, 11 de mayo de 2020

Metidos en faena… en el campo / por Antolín Castro

Tentadero en Monteviejo. Curro Díaz, Victorino Martín y Emilio de Justo

Es una forma de difundir, que mejorará nuestros conocimientos del medio inicial en el que comienza a desarrollarse la Tauromaquia. Al mismo tiempo, seguiremos realizando nuestra firme apuesta por el toro bravo.

Metidos en faena… en el campo

Madrid, 11 Mayo 2020
Tal y como están las cosas parece la mejor opción para todos, ganaderos, toreros y aficionados.

No es el lugar dónde mejor se difunde la Tauromaquia, pero es la mejor que hay, ahora mismo, para difundirla algo. Poco queda para que lo prohíban, o al menos lo intenten, también, pero mientras tanto es el refugio para todos.

Los ganaderos necesitan de hacer esa labor de tientas que, hoy más que nunca, les haga determinar que vacas han de quedarse y que otras irán al matadero. Una selección que se nos antoja muy beneficiosa para todos. Se ha de suponer que serán más exigentes en sus notas del tentadero, para dejar dentro o dejar fuera. De ese modo irán al peor destino, el matadero, aquellas que no dan la talla. Ya que no han de servir de bravura, que sirvan de carne cuanto antes, que hay que ahorrar en alimentación.

Este aspecto fundamental precisa de la presencia de los toreros, por lo que unos y otros van de finca en finca, eso sí, con una especie de contrato, por parte del ganadero, que les considera esenciales para realizar la labor que se precisa en la ganadería.

Con ello, los toreros están dónde les gusta estar, delante de la cara de las reses bravas. Entrenamiento que no sabemos para cuándo les ha de servir, pero que es seguro que les sirve para curar las heridas del alma, para apaciguar la ansiedad que supone estar tan alejados de su oficina natural, los ruedos de las plazas de toros. Al menos, pueden seguir sintiéndose toreros.

Y aquí es cuando aparecen las redes sociales, invento que puede resultar tan necesario como puede serlo nocivo. Depende de quién maneje esas redes. Nunca el demonio había tenido, más a su alcance, una herramienta mejor para difundir esa nueva forma de hacer daño.

Pero aquí solo nos vamos a ocupar de la parte buena, aquella que permite difundir en libertad aquello que cada cual elija para que le llene, le guste o, sencillamente, que le cubra esos espacios perdidos.

Iniciativas que llegan a nuestros hogares, a las pantallas de nuestros dispositivos, a nuestras manos, para vivir de cerca esas faenas de campo, que de seguro pueden ocupar nuestra afición, además de dar rienda suelta a nuestros sueños sobre esa magia que representa el toreo.

Lo han hecho de forma gratuita dos profesionales como Victorino Martín y Miguel Ángel Perera, quienes nos han explicado, desde sus fincas, labores que tantas veces viven en el anonimato. Pero también se han acercado a ofrecerlo, en versión de pago, desde la finca de Moisés Fraile, ganadero de ‘El Pilar’. No ha resultado a plena satisfacción, debido a fallos técnicos y meteorología adversa, pero ha sido un test práctico para saber hasta dónde, cómo y por cuánto hay que ofrecer esta alternativa. Otra opción ofrece este domingo el novillero José Ruiz Muñoz en Youtube.

La luz de la luna será muy romántica, pero resulta poca luz para iluminar el toreo que, siempre, necesita de sol y moscas. El Canal Toros dispone de todo tipo de medios para acercar estas imágenes y, mientras no haya otras opciones, se hace necesario que se realicen esas retransmisiones. Lo dije en mi anterior escrito, debemos darle al toro la oportunidad de morir con dignidad, no en la triste soledad de un matadero.

Metidos en faena… en el campo. Es una forma de difundir, que mejorará nuestros conocimientos del medio inicial en el que comienza a desarrollarse la Tauromaquia. Al mismo tiempo, seguiremos realizando nuestra firme apuesta por el toro bravo.

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