Durante el arresto domiciliario de primavera ya se cargó la Semana Santa, con interrupciones forzadas en la celebración de la Eucaristía. Por molestar.
A saber: no se podrán reunir más de seis personas y habrá toque de queda de 1 a 6. Lo primero mucho más grave que lo segundo, dado que en la reuniones familiares se reúnen hasta tres generaciones.
La medida también posee su apartado cristófobo -como casi todas las del coronavirus- porque las misa del gallo comienza a las 12,00.
Y también los viajes, dado que el Gobierno propone la prohibición de viajar entre comunidades… que es lo que hace todo el mundo en Navidad.
No es la primera vez: durante el arresto domiciliario de primavera, Sánchez ya se cargó la Semana Santa, con interrupciones forzadas en la celebración de la Eucaristía, como las perpetradas en la Catedral de Granada o en distintas iglesias de Madrid -aunque en este caso la responsabilidad era del alcalde, Martínez-Almeida-. El Gobierno reventó el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección, es decir, la fiesta cristiana más importante de todas, mucho más que la Navidad.
Pero lo hace por nuestra salud y nuestra seguridad.
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