Pedro Heredia Reyes, Pedro El Granaíno, nace en Granada en 1973. De familia gitana, el cante forma parte de su vida desde el día que nació. Su vinculación directa con el mundo del flamenco y lo vivido entre los suyos marcan el ambiente en el que crece como persona, madurando en lo que hoy es como artista, uno de los cantaores más solicitados y aclamado por el público.
PEDRO EL GRANAINO - SOLEA - 43 CATA FLAMENCA DE MONTILLA
Por Fernando Pastor
Zoco Flamenco, 26 de Noviembre de 2020
Su afición por el flamenco le viene de cuna.
Como en cualquier casa de gitanos, en la mía se escuchaba flamenco, en las fiestas, etc. pero otra clase de flamenco pues en mi familia no había nadie que se dedicara profesionalmente al flamenco. Recuerdo que se cantaban cosas de Tomás Pavón, de Manuel Torres, etc., sin que yo a esa edad supiera quienes eran Tomás Pavón, Manuel Torres ni ninguno de esos grandes genios. Mientras uno no se dedica profesionalmente no descubre de dónde vienen las cosas que escuchaba de chico.
En su caso ese paso al profesionalismo lo da en Sevilla.
Con 18 años me trasladé a Sevilla y cuando ya llevaba allí unos 10 años comencé a ir a alguna fiesta. Así, una noche me escucharon Farruquito, Antonio Canales, Guadiana, etc. y Farruquito me propuso ingresar en su compañía, pero yo le dije que ni loco, que tenía mi profesión, mi trabajo, y no pasaba por mi cabeza dedicarme profesionalmente a cantar. Tras dos o tres años intentando convencerme, finalmente su hermano, el Farru, me convenció para que fuera a Madrid durante dos meses a trabajar en un espectáculo que se llamaba “Al Natural”, y ahí debuté, con El Farru. Luego ya entré en la compañía de Farruquito, en la que estuve hasta 2011, participando en espectáculos como “Puro”, “De Farruca a Faraona”, “Solerías”, “Los Farrucos” y sobre todo “Homenaje a los grandes”, que es el espectáculo que más influencia tuvo en mi carrera porque es el que más destaqué. Mi última actuación con ellos fue en teatro Villamarta de Jerez, en la que la crítica tan positiva que tuve de mi actuación me decidió a “echarme p’alante” como decimos en el argot flamenco, y actuar en solitario.
Pero también ha realizado colaboraciones con otros grandes artístas.
Sí, he hecho colaboraciones con Tomatito, Vicente Amigo, etc.
Incluso ha colaborado en una película de Carlos Saura
Eso fue estando en la compañía de Farruquito. Fue en la película “Flamenco, flamenco”, y yo era el que le cantaba a Farruquito en un maravilloso zapateado que hizo en la película.
Ya en solitario, ha participado en los principales festivales flamencos tanto en España como en todo el mundo
Así es. No me puedo quejar. He tenido la suerte de participar en los principales festivales flamencos y recorrer infinidad de países llevando el flamenco y estoy muy contento por ello.
Usted es más de directo que de discos
Soy de los que pienso que la carrera de un artista son los directos, el contacto con el público, el trasmitir para el público, sobre todo en el flamenco. He colaborado en muchísimos discos de otros artistas; por ejemplo en el último disco de Vicente Amigo he hecho dos temas: una bulería y un réquiem dedicado a Paco de Lucía Pero estoy pendiente de sacar un disco, pues la afición ya lo demanda.
Tampoco es muy proclive a presentarse a concursos.
No. Solamente me he presentado a uno, y empujado por un amigo mío, el Premio Nacional de Córdoba. Quedé segundo clasificado y me ha venido muy bien para mi carrera porque me ha dado un empujoncito importante.
¿Qué influencias ha tenido o de qué fuentes ha bebido?
La base es Camarón. Luego Tomás Pavón, Chocolate, Enrique Morente, Manolo Caracol, etc. Y cuando te pica el gusanillo por dedicarte a esto profesionalmente escuchas a Mairena, a Marchena, a Vallejo… Cada artista tiene una forma de interpretarlo y de sentirlo, y aunque sea más afín a unos que a otros, me gusta escuchar y coger cosas de todos los que yo creo que me pueden aportar. Pero mi fuente principal es Camarón, por supuesto.
Ya, usted es un “camaronero” declarado.
Para todos los de nuestra generación Camarón es el principio, el que nos ha marcado. Yo no tengo ninguna duda de que Camarón de la Isla el mejor artista español de todos los tiempos. Dicho con todos los respetos hacia los artistas que han vendido miles de discos como Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Plácido Domingo, etc., pero el flamenco son palabras mayores. Yo he escuchado otros géneros musicales: pop, rock, etc., pero pones al mejor de cada modalidad y el mejor de todos es Camarón de la Isla, en mi opinión.
¿Con qué palos se siente más a gusto?
Hubo un tiempo que me identificaba mucho con la seguiriya, pero es muy importante en la vida de un artista encontrar un compañero guitarrista, y desde que yo encontré a Antonio de Patrocinio me encanta la soleá, hasta el punto de que quizás ahora me encuentro más identificado con la soleá que con la seguiriya. En general me encuentro más cómodo, o más identificado, con los palos “jondos”, los palos más profundos, que con los palos festeros o los palos de ida y vuelta.
¿Cómo ve el futuro del flamenco?
Lo veo muy bien. Tengo la suerte de pertenecer a una generación muy buena, muy marcada por Camarón de la Isla, y creo que los resultados están ahí. Hay una generación de cantaores, guitarristas y bailaores que va a dejar huella en el flamenco. Miro a los cantores que hay, compañeros míos, y cantan para comérselos, estudian, están muy comprometidos profesionalmente con el flamenco; los guitarristas son profesionales como la copa de un pino y muy trabajadores; los bailaores están muy preparados. El flamenco se ha profesionalizado muchísimo en esta época que nos ha tocado a nosotros.
Con esa profesionalización, ¿se valora al flamenco como se merece?
Creo que no. Está desprestigiado. Artistas de la talla de Camarón de la Isla, o de Enrique Morente, son figuras como Michael Jackson o Jimmy Hendrix en sus respectivas épocas, pero no se valora.
Hay quien sostiene que se le valora más en el extranjero.
Quizás si, por el hecho de que ellos no lo tiene tan cerca como nosotros. Hay una palabra que ha hecho mucho daño al flamenco: el flamenquito, y en el extranjero no existe el flamenquito, porque entienden y comprenden el flamenco, y en España existe el flamenquito en cada rincón de cada ciudad, mientras el flamenco existe en muy pocos sitios.
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