viernes, 18 de diciembre de 2020

La historia se repite / por Carlos Bueno


En la última licitación por la plaza de Las Ventas, la patronal de empresarios taurinos criticó las restrictivas condiciones del pliego madrileño llegando a pedir su rectificación a la Comunidad de Madrid. Pero en el último momento Simón Casas presentó una abrumadora oferta que le valió la adjudicación. Ahora, con el sector unido en bloque solicitando la modificación de los pliegos de Málaga y Albacete, el empresario Juan Reverte ha presentado su plica por el coso manchego. 

La historia se repite

Carlos Bueno
Hace sólo unas semanas la Diputación de Málaga aprobó el pliego de condiciones para el arrendamiento de su plaza de toros cuya principal novedad es el canon cero. El adjudicatario no pagará alquiler, ni luz y ni agua. El anterior empresario satisfacía un canon fijo de 30.000 euros más un 6% de porcentaje de taquilla y un 4% de las corridas televisadas. En total unos 120.000 euros al año, lo que suponía un 0’04% del presupuesto que tiene la Institución, fijado en 300 millones de euros. El nuevo pliego establece que la empresa debe ceder la lidia de 60 animales para clases prácticas y dar continuidad al Certamen Internacional de Escuelas Taurinas, y premiará aquellas ofertas que superen el 20% de rebaja en los precios finales de abonos y localidades.

El documento parece de lo más atractivo para los posibles licitantes y comprometido con la tauromaquia, especialmente en estos complicados momentos que la pandemia ha provocado. Aún así, el sector profesional se ha unido para solicitar a la Diputación su retirada, por lo visto porque se establece que se celebren como mínimo nueve festejos al año, algo que parece alejado de la verdadera demanda de espectáculos taurinos de la capital malagueña. Está por verse si, con unos precios más bajos, el número de abonados subiría de forma notoria. Y como eso es algo que no puede demostrarse de antemano, está bien que el sector se preocupe por sanearse y fortalecerse demandando condiciones que se ajusten a la realidad actual.

También se ha solicitado lo propio al Ayuntamiento de Albacete porque su pliego de condiciones “es inviable y negativo para el sector”. Así lo ha afirmado la Fundación del Toro de Lidia junto a la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos, la Unión de Toreros, la Unión de Criadores de Toros de Lidia y la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros.

El documento albaceteño se basa en estadísticas de 2019, año previo a la pandemia, tanto a la hora de cuantificar el canon así como en datos relativos a toreros y ganaderías a la hora de su contratación, por lo que parece alejado de la realidad social, económica y taurina. Por ejemplo, se pide que dos toreros de cada cartel deban encontrarse entre los 17 primeros puestos del escalafón en cuanto a triunfos en plazas de primera. Según estos requerimientos, el número uno de ese cuadro de triunfadores en 2019 es Sebastián Castella, diestro actualmente retirado.

El futuro empresario deberá organizar ocho corridas de toros, dos novilladas con picadores y dos sin caballos, cuatro clases prácticas, una desencajonada, doce festejos populares, colaborar con la organización del festival del Cotolengo y abonar 61.000 euros de canon, además de proporcionar 60 becerras a la Escuela Taurina. Si los gastos fijos son elevados, las posibles mejoras aumentarían manifiestamente la inversión inicial, lo que, sin duda, no favorecería la consistencia y buena salud del abono de la plaza de toros de Albacete.

Es lógico y lícito que los taurinos se unan para solicitar a los políticos que redacten pliegos que se ajusten a la realidad, para alertar de los peligros de algunas condiciones de arrendamiento, para preocuparse de su futuro. Cabría esperar que la unión fuese verdadera y que no ocurriese como en la última licitación por la plaza de Las Ventas, cuando la patronal de empresarios taurinos, presidida por Simón Casas, criticó las restrictivas condiciones del pliego madrileño llegando a pedir, por primera vez en la historia, su rectificación a la Comunidad de Madrid “por el bien de la Fiesta”. Pero en el último momento el mismo Simón Casas presentó una abrumadora oferta que le valió la adjudicación. Ahora, palabras y hechos deberían haber ido de la mano “por el bien de la Fiesta”. Que no hubiese concurrido ningún postor habría sido la única forma de que se modificaran las cláusulas de alquiler de los cosos taurinos. Sin embargo, el empresario Juan Reverte ya ha presentado su plica por la plaza de Albacete. La historia se repite.

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