Así lo anuncia la empresa de Alberto García en la plaza de toros de Jaén. Para la ocasión se han elegido toros de Juan Pedro Domecq, ¡¡perdón por dejar por escrito los deseos!! No es esa la realidad, los toros anunciados son de Victorino Martín… para abrir boca.
El murciano volverá por donde solía, anunciándose con las ganaderías que dan lustre a su carrera, faltaría más. En el mundo del toro hay unos y hay otros y eso el buen aficionado lo sabe perfectamente. Debe ser por aquello de que el toro pone a cada uno en su sitio.
A Rafaelillo el toro que le ponen, no ‘el que a él le pone’ es siempre el que se encuentra más alejado de las figuras o, por decirlo mejor, del que se alejan las figuras. Cuestión de capacidad para elegir o capacidad para estar delante de ellos. Lo que en definitiva es: cuestión de méritos y aptitud.
Han pasado veinte meses desde que en Pamplona un toro de Miura le pusiera en la tesitura de hacer encaje de bolillos para quedarse entre los vivos, lugar éste que eligió, sin dudarlo ni un momento, Rafael. ¿Para qué? Además de para seguir gozando de su amada familia, para poder ponerse delante de nuevo de esos toros con los que solo anunciarse te quitan el aire.
Sin aire se quedó tras la aparatosa cogida de aquella tarde del 14 de julio de 2019, como si el toro se adelantara a ‘cantarle los cuarenta’ que iba a cumplir 48 horas después. Pasados casi dos años volverá a ponerse la taleguilla para seguir su duro, pero exitoso, caminar por el escalafón taurino.
Estamos de enhorabuena, Rafaelillo volverá hacer el paseíllo, si las normas sanitarias lo permiten, junto a Rubén Pinar y Alberto Lamelas, en la plaza de toros de Jaén. Ya estuvo anunciado el pasado año en Arles para la feria de Pascua, con la ganadería de Miura, y la pandemia lo impidió. Apuntemos a su favor un año más de restablecimiento de las graves lesiones sufridas en la capital navarra.
La intención era volver con esa misma ganadería, previsto hay algo para la plaza de Vistalegre de Madrid, pero el ofrecimiento para enfrentarse a los de Albaserrada en Jaén, en nada baja el listón de su compromiso con las ganaderías de leyenda.
Su relación con Miura, la ganadería que pasta en Zahariche, es constante, pero seguro que le resulta más relajante a Rafael darse un paseo por el centro comercial de Zaraiche en su ciudad. Curiosa coincidencia para alguien a quien parecen rondarle esos nombres tan parecidos en su cabeza constantemente.
Me he permitido la licencia del párrafo anterior para quitarle algo de dramatismo a lo que se enfrenta Rafaelillo cada tarde que se viste de luces. Vaya nuestro mejor deseo de que la corrida vaya para delante, en beneficio de la Fiesta en general y de Rafaelillo en particular.
En época de perímetros autonómicos que nos impiden la movilidad y la presencia activa, confiemos que la televisión nos ofrezca el acontecimiento de la esperada y deseada vuelta a los ruedos de Rafaelillo, un torero que, a pesar de todo, sigue siendo de una pieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario