viernes, 30 de abril de 2021

Madrid, Dos de Mayo / por Costillares

El gobierno, por enésima vez, no ceja en su empeño de atentar contra nuestra Fiesta. La última, pretender suspender el festival del día 2 de mayo en Las Ventas.

Madrid, Dos de Mayo

Costillares
El Manifiesto / 28 de abril de 2021
Procedan vuestras mercedes, pues, a tomar las más activas providencias para escarmentar tal perfidia, acudiendo en socorro de Madrid y demás pueblos, y alistándonos, pues no hay fuerza que prevalezca contra quien es leal y valiente como los españoles lo son."

El gobierno, por enésima vez, no ceja en su empeño de atentar contra nuestra Fiesta. La última, pretender suspender el festival del día 2 de mayo en Las Ventas.

Los comunistas que nos gobiernan, en su obsesión por imponer su ideología y modismos, han pedido, y no por favor, a la Comunidad de Madrid suspender el mencionado festival. La respuesta no se hizo esperar: tiene el visto bueno de Sanidad Pública, manteniendo un aforo limitado al 25% (un máximo de 6.000 espectadores), asiento preasignado y obligado uso de bozal que, desde hace un año, se nos conmina a llevar. Por supuesto, sin olvidar la higiene y prevención según la normativa vigente.

Estado de alarma aparte, la “petición” del doloroso gobierno, más dañino que el Covid, busca dinamitar dos pilares que le incomodan sobremanera: la Tauromaquia y Madrid, ambos ligados en la Historia el día 2 de mayo.

Los toros amenazan a sociolistos y comunistos por representar todo aquello que estos seres anhelan. Valores como la superación, la educación, el respeto o el compañerismo; sentimientos inenarrables entre el mundo terreno y el más allá que producen instantáneas cargadas de sublime estética y que sólo los que se acercan a este rito sienten como suyos; e Historia, una historia que muestra el carácter de una sociedad tan característica como propia, la nuestra. Por desconocimiento se produce el rechazo a todo lo anterior.

Una buena manera de conocer qué pasa en la sociedad española es, tal y como señaló Ortega y Gasset, acudiendo a las plazas de toros. Los señores del gobierno ni van ni esperamos que vayan. No les interesa España, mucho menos los madrileños.

El otro pitón amenazante lo supone Madrid, baluarte de la derecha, Comunidad líder en recaudación de impuestos, pero con menor repercusión en el bolsillo ciudadano, se ha convertido en el objetivo number one del gobierno de turno. De cualquier excusa se vale para atentar contra Madrid y, en definitiva, contra cualquiera que, como Vox, diga verdades como puños que tanto les desagradan.

Es por ello por lo que, el 2 de mayo, mediante la celebración de este festival, puede y debe comenzar la defensa o levantamiento del pueblo de Madrid. Sobre todo, de aquellos aún indecisos en cuyo voto se fraguará el futuro de la Comunidad: o comunismo, o libertad.

En 1808, el pueblo español y madrileño se levantó frente a la invasión extranjera de Napoleón, surgiendo el concepto de nacionalismo patrio en defensa de la que era una gran nación, España, y hoy pretenden convertir en taifas al servicio del globalismo más abyecto.

La invasión, entonces auspiciada por el tratado de Fontainebleau y un gran felón, Godoy, hoy viene precedida por la permisividad de un gobierno manso y su aún más sosegado líder, Mariano Rajoy, hecho aprovechado para que PSOE y Podemos se unieran con un objetivo común: destrozar el régimen constitucional del 78.

Si en 1808 secuestraron a los depositarios del poder llevándolos a Bayona, hoy día los presos son la soberanía nacional y la división de poderes, pilares de todo régimen constitucional.

Las analogías son preocupantes. Traición y posterior invasión, precedido todo ello por el secuestro de los reyes e infantes, sumieron a la capital el 2 de mayo en una rebelión donde la lucha del pueblo de Madrid, por su coraje y valor, ha sido recordada desde entonces.

La violencia, ejercida con palabras desde el gobierno central o con el lanzamiento de proyectiles por sus feudatarios, ha de ser respondida con franqueza, hechos y autenticidad. La guerrilla es hoy defender un proyecto válido para Madrid y España y, en definitiva, frenar la invasión que socialistas y comunistas se han planteado como objetivo vital.  No dejéis, madrileños, que caiga sobre vosotros el fantasma del comunismo, no dejéis que secuestren la libertad que tantos años habéis salvaguardado, “procedan vuestras mercedes, pues, a tomar las más activas providencias para escarmentar tal perfidia, acudiendo en socorro de Madrid y demás pueblos, y alistándonos, pues no hay fuerza que prevalezca contra quien es leal y valiente como los españoles lo son”.

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