La conexión de estos dos detenidos con Podemos no había trascendido hasta ahora.
La Brigada Provincial de Información de Madrid los arrestó junto a otras 11 personas supuestamente relacionadas con los incidentes, tras analizar numerosos vídeos y fotografías de esa tarde. De las imágenes se desprende que los dos empleados de Podemos tuvieron un papel especialmente activo en los disturbios. En varias secuencias se les ve ocupando una posición destacada en el grupo de radicales y enfrentándose directamente a la línea policial con puñetazos y patadas.
En concreto, según los investigadores, Alberto R.R. aparece en los vídeos vistiendo un polo de manga corta de rayas azules y utilizando una mochila azul, roja y blanca para protegerse de las porras de los efectivos de la UIP. Los expertos policiales destacan que está encuadrado en el departamento de Seguridad-Logística de Podemos. Una de sus funciones habituales es prestar labores de vigilancia en el exterior de la vivienda de Iglesias e Irene Montero en Galapagar. El otro detenido vinculado a Podemos, Daniel J.J., es miembro del grupo radical de extrema izquierda Bukaneros. Los agentes también le atribuyen un papel relevante en los hechos. En las imágenes se le ve con una camiseta negra de manga corta y pantalones oscuros, consiguiendo golpear en varias ocasiones a los agentes antidisturbios. Según las diligencias, está a sueldo de Podemos y está encuadrado, al igual que el otro detenido, en el equipo de escoltas de Iglesias.
Este último, apuntan los investigadores, es hermano Iñak alias 'el Pirrakas' o 'Monchito', considerado el líder del grupo ultra del Rayo Vallecano y con un largo historial delictivo a sus espaldas. En 2005 fue arrestado por apedrear un autobús de aficionados de un equipo rival; en 2008 fue detenido por tentativa de homicidio por quemar la cara con bengalas de un seguidor del partido de extrema derecha Alianza Nacional; y, en 2013, fue imputado en una operación contra Bukaneros por organización criminal, amenazas, coacciones y lesiones. En un vídeo subido a YouTube el pasado febrero, se ve a 'el Pirrakas' saliendo de un Nissan blanco aparcado frente al chalé de Iglesias y Montero en Galapagar y dirigiéndose al autor de la grabación para tratar de impedir que siguiera tomando imágenes. Aunque en ningún momento se identificó como empleado del departamento de Seguridad de Podemos, el vehículo que estaba utilizando ese día para proteger el chalé de Iglesias y Montero pertenece al partido, según ha averiguado El Confidencial.
Este diario ha intentado repetidamente contactar con Podemos para recabar su versión sobre las acusaciones de la Policía, pero la formación no atendió las llamadas.
Los altercados del 7 de abril se desencadenaron tras el llamamiento de varios grupos radicales a movilizarse para tratar de impedir que Vox pudiera celebrar un mitin electoral en la plaza roja de Vallecas, un lugar totémico para la izquierda madrileña. La UIP formó un cordón en torno al acto de campaña para evitar que los seguidores del partido de Santiago Abascal y los asistentes a la protesta pudieran entrar en contacto.
Sin embargo, en un momento del mitin, Abascal se encaró con los manifestantes y estos reaccionaron atacando a la Policía para tratar de llegar hasta el líder de Vox. Los agentes respondieron con una carga en las que varios funcionarios del cuerpo sufrieron lesiones de diferente consideración por los golpes presuntamente propinados por los dos empleados de Podemos y el resto de detenidos.
Según datos oficiales, en total resultaron heridas 35 personas, de las que 21 fueron miembros de la UIP. El partido de Iglesias acusó a Vox de haber ido a Vallecas a “provocar violencia”. Por su parte, la nueva ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, aseguró que el mitin de Vox en ese barrio madrileño tenía como objetivo “ganar votos en el barrio de Salamanca extendiendo su odio y su violencia”. Por su parte, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, aseguró ese día que “unos pijos” habían ido a Vallecas “a intentar provocar a los vecinos con bravuconadas”. El partido no condenó las agresiones a la Policía e incluso culpó a los agentes de los altercados.
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