martes, 18 de mayo de 2021

Los toros no son de izquierdas ni de derechas, pero las izquierdas quieren prohibirlos / por Rafael Comino Delgado

Ha habido toreros de derechas y de izquierdas, durante la contienda civil española se dieron festejos en la zona nacional y en la zona republicana, dominada por el Frente Popular, pero actualmente ha llegado lo que se considera el progresismo o simplemente, “los progres”, que no está bien definido, pero si sabemos que progresan, generalmente, hacia el caos, hacia el abismo, sin saber por qué. 


Los toros no son de izquierdas ni de derechas, pero las izquierdas quieren prohibirlos

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
La frase “los toros no son de izquierdas ni de derechas” la hemos oído y leído infinidad de veces. Expresa la realidad, pero lo cierto es que, en los últimos tiempos, las izquierdas quieren prohibirlos. Así es, los quieren abolir, aunque me temo que la mayoría de esos abolicionistas no saben exactamente por qué lo son, como les pasa con otras muchas cosas.

El toreo a pie nació del pueblo llano, de las clases menos favorecidas, especialmente del campo. Durante el siglo XVII predominaban las corridas caballerescas en que los señores feudales clavaban rejones a los toros desde el caballo, y hombres de las clases menos favorecidas, plebeyas, actuaban como “chulos” o ayudantes, por si había una caída del caballo o cualquier accidente. Ocurría que los espectadores gustaban de la intervención de estos ayudantes, a los que aplaudían más que a los caballeros, y pedían que interviniesen los de a pie, hasta que así nació el toreo, siendo el primer torreo a pie, según se relata en las crónicas de aquellos tiempos, Francisco Romero-abuelo del gran Pedro Romero- que actuaba en Ronda como “chulo”.

Cuando más tarde el toreo fue prohibido por dos papas (Pio V y Gregorio XIII) y tres reyes (Felipe V, Carlos III y Carlos IV) la sociedad en general, especialmente las clases más bajas, pedían que siguieran celebrándose festejos taurinos, hicieron caso omiso a las prohibiciones, y el toreo a pie continuó, pues gustaba mucho a todos los ciudadanos, fuesen de izquierdas o derechas.

Ha habido toreros de derechas y de izquierdas, durante la contienda civil española se dieron festejos en la zona nacional y en la zona republicana, dominada por el Frente Popular, pero actualmente ha llegado lo que se considera el progresismo o simplemente, “los progres”, que no está bien definido, pero si sabemos que progresan, generalmente, hacia el caos, hacia el abismo, sin saber por qué. No saben por qué son progres, pero es algo que está de moda entre las gentes con menos formación intelectual. Decir que se es progre es como un alarde, un plus, cuando lo que hacen es autodefinirse como bastante limitados, por no utilizar otras palabras más duras. Y estos denominados progres son antitaurinos, pero no saben por qué lo son, simplemente como lo dicen muchos (hay más de mediocres para abajo que para arriba, es decir inteligentes) pues se apuntan a esa opción para no desentonar. Es lo que se denomina, “Síndrome de Solomon Asch". En definitiva, nula personalidad, nula capacidad de tener criterio propio. Y como para ser un progre pata negra hay que  decir, entre otras idioteces, que se es antitaurino, pues a decirlo, cuantas más veces mejor. 

Muchos políticos creen, tal vez con cierta razón,  que diciendo que son antitaurinos ganan votos, y lo dicen en público, aunque en privado te digan que les  gustan los toros, para así aprovecharse de lo que llamamos nosotros “imbecilidad de rebaño”, que en España afecta a un gran número de ciudadanos, aunque cada vez a menos, como se ha demostrado en Madrid recientemente. Cuando ha llegado doña Isabel Diaz Ayuso diciendo la verdad, y llamando a las cosas por su nombre, el pueblo ha reaccionado y ha mandado a las ratas, a los traidores, a los mentirosos, a los plagiadores, a tomar viento.

Y como todo antitaurino que se precie debe ser de izquierdas pues se apuntan a las izquierdas y piden prohibir los toros. Ya se sabe que un buen izquierdoso debe ser totalitario, pero muy totalitario; si, de esos cuya ideología dice, entre otros dogmas, que, “ lo que no es obligatorio por ley, debe ser prohibido por ley”. Y en esas estamos en esta nuestra España, que es   taurina por los cuatro costados, aunque no quieran los progres.

El taurinismo va en el ADN de todo español, aunque lo oculte; aquí nació el toreo, aquí se crio y desde aquí fue a colonizar otros países. Por tanto, “El toreo no es de izquierdas ni de derechas, pero casualmente son las izquierdas las que quieren prohibirlo”, como quieren prohibir todo lo que no les gusta. Es su condición totalitaria que les impide ser de otra manera, ser útiles, aunque sea un poquito, a la sociedad. ¡Ojalá un día les diera por prohibirse a sí mismos!

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