Por apatía no se festeja el aniversario de las corridas de toros en nuestro suelo. Es el equivalente a no celebrar nuestro propio cumpleaños o el de alguien muy querido.
Indolencia de toreros, ganaderos, empresarios, es la explicación para no realizar actividades que resalten una fecha tan relevante.
Todo mundo presume que la tauromaquia es tradición, historia y no sé cuántas cosas más, pues el 24 de junio, día de San Juan, es una fecha para cacarearla.
Quienes manejan la plaza México, por ejemplo, podrían iniciar la temporada de novilladas el domingo más cercano al 24 de junio, realizar una inauguración en grande, un fiestón como corresponde a una fecha significativa.
Exposiciones fotográficas, esculturas, alguna conferencia después del sorteo, una verbena, conciertos de paso dobles algo que deje claro que es una fecha relevante.
A la empresa actual lo único que se le ocurrió fue poner bares en la explanada.
Dice la historia: “Estaba Cortés viendo correr ciertos toros cuando le avisaron de la llegada del visitador Luis Ponce de León". Narran Torquemada y López de Gómara que el visitante venía con poderes de la corona española para hacerle una revisión a Hernán Cortés sobre los manejos administrativos y políticos. El equivalente a la contraloría del reino español.
Escribieron los historiadores que, con motivo del regreso de un viaje (1524-1526) del conquistador Hernán Cortés de Las Hibueras, (Honduras) se realizó aquel festejo.
Evidentemente, nada tiene que ver la forma en que se realizaban aquellas corridas con el espectáculo actual, aunque es el inicio de la fiesta contemporánea. Se les dice corridas porque el pueblo corría los toros para llevarlos a la plaza pública, de ahí el nombre de plaza de toros.
Los señores Bailleres y Sordo, quienes manejan la plaza más grande del mundo, y sus asesores, deberían tener presente la importancia de las novilladas. Éstas se realizan para que surjan nuevos toreros, no es un simple trámite para vender el derecho de apartado. La fiesta mexicana requiere renovar la baraja, las novilladas son las semillas de las futuras figuras.
Yendo hacia atrás, Luis Ruiz Quiroz dice que la primera temporada chica realizada en el coso más grande del mundo constó de 40 festejos, del 26 de mayo al 3 de noviembre de 1946. La primera vez que La México se llenó en una novillada fue el domingo 8 del mes patrio, la gente quería ver a Joselillo porque unos días antes el joven debutante impactó al público con su toreo.
No son los antitaurinos los que impiden que la plaza México se abra, no hay legisladores que prohíban que inicie la temporada de novillada en el embudo de Los Insurgentes.
Es exactamente, al contrario.
Los legisladores obligan a los empresarios a realizar un serial de 12 novilladas de otra forma no habría ninguna. Ahora está la excusa de la pandemia, pero no siempre ha sido así.
A pesar de todo y de todos, de taurinos y de antis, se cumplen 495 años de toros.
Imagen: www.elsoldelcentro.com.mx
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