Destaco entre muchos momentos importantes, aquel día que Juan Pablo me preguntó qué era de la ganadería de Concha y Sierra. Quedé al descubierto, como diría un picador cuando no responde al encuentro en la ejecución del puyazo y, el desarme, me llevó hurgar los libros para saber qué ocurrió para que una ganadería de novela, vacada envuelta entre amores prohibidos, cante grande, sevillanas, leyendas y triunfos desapareciera en el firmamento taurino.
Triunfos de Concha y Sierra como el de Juan Belmonte en 1917, faena al toro Barbero, porque es de considerar que faena y toro le sirvieron a don Gregorio Corrochano como tema para escribir una crónica que por su riqueza de estilo sería cuna para el periodismo taurino moderno; y la faena de Belmonte, considerada como punto de inflexión en el toreo: la revolución técnica y estética.
El sábado recordé a Juan Pablo por la noticia que escuché en uno de los reportajes en Tendido Cero, TVE, con introducción de Belén Plaza, informando que: José María López es el nuevo propietario de la ganadería de Concha y Sierra.
Regresan a España el hierro y la divisa de un encaste vazqueño, rival de los veraguas, divisa un intenso y extenso pergamino histórico. Letras en esta historia que relatan la aventura de don Fernando de Concha y Sierra que, en 1873, formó la ganadería con reses de don José Vazquez, vacada que al morir don Fernando pasó a manos de su viuda doña Celsa Fontfrede que con su afición y entendimiento logró colocar la divisa en la cumbre de las ganaderías españolas. Lo hizo con la ayuda de Manuel García “El Espartero”, que primero fue amigo íntimo de doña Celsa, que introdujo en la familia a los Pareja Obregón y con ellos el cante, la poesía y el baile y que luego casó en segundas nupcias con la propietaria de la famosa hacienda de La Abundancia.
En manos de la viuda Concha y Sierra, un toro de la ganadería fue con el que Vicente Pastor triunfo al cortar una oreja al toro Carbonero, primera oreja concedida en la Plaza de toros de Madrid.
Para muchos el toro Barbero de Concha y Sierra, entre ellos don Gegorio Corrochano lidiado el 21 de junio de 1917 en la Plaza de toros de Madrid por Juan Belmonte, marca el punto de inflexion en la historia del toreo: el antes y el después de la faena moderna.
Doña Celsa falleció en 1929 y la divisa pasó a manos de Concepción de Concha y Sierra. Viuda de Sarasúa, que al morir en 1965 fue otorgada en herencia a sus sobrinos, los hermanos Pareja Obregón, presentes en la familia Concha y Sierra desde los días de El Espartero.
Éstos, los Pareja Obregón llevaron las arcas de la ganadería a la desesperación y vendieron hierro, divisa y ganado al empresario andaluz José Luis Martín Berrocal. Tampoco fraguará el negocio ya que Berrocal se desprenderá de la vacada vendiéndola en 1969 al empresario y ganadero Gabriel Rojas.
Entre 1970 y 1979, la ganadería quedó en manos del muy conocido por los venezolanos consorcio ganadero del King Ranch España. En manos de los ingleses sufre la ganadería un importante retroceso, tanto en prestigio y calidad de los toros.
Así, en 1979 fue Miguel Báez "Litri" quien se hizo con la histórica ganadería, pasando a anunciarla como "Toros de Concha y Sierra" y refrescando genéticamente la vacada con toros de la ganadería del Conde de la Corte. Es decir, al hato vazqueño le corrompe agregándole sangre de Vistahermosa.
José Luis García Palacios, le compra a Litri, y agrega más sangre extraña a los orígenes vazqueños de Concha y Sierra, más sangre de Vistahermosa procedente de toros y vacas de los Herederos de don Carlos Núñez y, en 1999, del Marqués de Domecq. Hasta que, en 2002, se los hijos de García Palacios se propusieron recuperar el nombre y el origen de la mítica ganadería, devolviendo la pureza de la sangre a sus reses, de procedencia vazqueña.
En 2013 saltaba la noticia de la venta de la ganadería a un empresario francés de la industria panificadora, Jean Luc Couturier. En los meses siguientes, se empiezan a trasladar las la campiña francesa, en una finca próxima a la ciudad de Arlés (Francia).
Ha sido ahora en octubre de 2021, que el ganadero José María López, propietario de los afamados cabestros y ganadería de "El Uno", los adquiere para extraditar a España, llevar la ganadería a la finca El Maquilón, en Almoguera (Guadalajara). (Noticia del portal especializado: www.guarismodelocho.com)
Los toros de la ganadería de Concha y Sierra son de una minoría genética dentro del campo bravo español ya que su procedencia se consagra dentro de la casta vazqueña, cuyo origen se remonta al siglo XVIII y del cual apenas se mantienen ganaderías con este origen. Según la legislación española, las reses de este hierro están caracterizadas por los siguientes rasgos zootécnicos: Reses de talla media, muy carifoscas, anchas y con la piel un poco más gruesa que el conjunto de los ejemplares de la raza de lidia Las extremidades son gruesas y más bien cortas. Derivados directamente de la casta vazqueña, subsisten en la actualidad dos líneas, la de «Concha y Sierra», más cornalones y cornialtos, y la de «Veragua», con encornaduras en gancho y de menor longitud.
Toros célebres lidiados con el hierro y la divisa de la ganadería de Concha y Sierra han sido:
1.- Barbero, lidiado el 21 de junio de 1917 en la Plaza de toros de Madrid por Juan Belmonte, al que realizó la que está considerada una de las mejores faenas de su carrera.
2.- Farolero, número 52, cárdeno, lidiado el 18 de mayo de 1941 en la Plaza de toros de Las Ventas y que provocó la muerte de Pascual Marquez herirlo en el pulmón izquierdo.
3.- Deseado, lidiado el 1 de agosto de 2021 por Adrien Salenc en la feria de Istres, que fue premiado con una gran ovación en el arrastre.
- FUENTES
«Ganadería de Concha y Sierra». torosbravos.es.
b García Sánchez, Julián Tomás, (2018). El toro de lidia español: castas fundacionales, encaste y ganaderías. Granada. p. 82. ISBN 978-84-16319-66-4. OCLC 1091712798.
El Toro de Lidia Español, Luis Uriarte. Ensayo de revisión histórica de las ganaderías en su origen. Librería Merced. Segunda Edición. Madrid, 1970.
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