domingo, 4 de diciembre de 2022

Cornadas más duras / por Pla Ventura


"...El Juli no lo ve así. Negó el afeitado, el torismo que sufren otros compañeros como si fuera algo que no existiera y dijo que las cornadas este año han sido tremendas. Imagino que se referirá a todos aquellos desdichados que, enfrentándose al toro auténtico han sido presa de sus pitones porque, qué yo sepa, ninguna figura del toreo ha sido lacerada por las astas del bicorne..."

Cornadas más duras
Pla Ventura
Toros de Lidia/3 diciembre, 2022
Tras todo lo que hemos podido saber respecto a la actuación de El Juli el pasado miércoles en Madrid, invitado por la Asociación El Toro, después de sus declaraciones que se han hecho virales en todos los medios de información, cualquiera tiene derecho a quedarse de piedra una vez sabidas las opiniones de tan magna figura del toreo. Está clarísimo; jamás coincidiremos los aficionados con los toreros, en este caso, con las figuras de la torería porque, como en notorio, somos la noche y el día.

El Juli, como sus compañeros, niega la evidencia con más vehemencia que el propio Pedro Sánchez, por tanto, carece de la humildad imprescindible para enfrentarse a un grupo de aficionados que, con toda lógica le expusieron sus puntos de vista sobre el toreo que, como es notorio, son sangrantes por todos los costados pero, El Juli no lo ve así. Negó el afeitado, el torismo que sufren otros compañeros como si fuera algo que no existiera y dijo que las cornadas este año han sido tremendas. Imagino que se referirá a todos aquellos desdichados que, enfrentándose al toro auténtico han sido presa de sus pitones porque, qué yo sepa, ninguna figura del toreo ha sido lacerada por las astas del bicorne.

Decía El Juli que se enfrenta a unos toros determinados porque tiene la certeza de que los mismos le dejarán hacer todo aquello que el aficionado espera. La cursilería no puede ser más grande. Existen en España cientos de ganaderías pero, El Juli, solo mata lo de la estirpe Domecq, por si acaso, claro está. Posiblemente, tras tantos años de alternativa, lo que quizás no sospeche El Juli es que el aficionado espera de él algún que otro gesto alternativo, nada que ver con la parodia actual. Pero el hombre sigue empecinado en sus trece. “Necesito ese tipo de toro para triunfar ante ustedes que son los que me exigen” Dicho así, queda hasta bonito como frase cursi. El trasfondo de la cuestión es muy distinto. El Juli es un gran profesional y es capaz de matar cualquier tipo de ganadería pero, aquello de la comodidad le priva. Todos los toros tienen peligro, sí señor. Pero los toros que han herido a los diestros han sido animales enrazados, precisamente a toreros pundonorosos que buscan el triunfo con ahínco.

El Juli, como sus secuaces, lo que huyen es de la casta del toro; poder, claro que pueden con todos, pero cuanto más pastueño y borrego sea el animal, menos riesgo y, para colmo, más posibilidades de triunfo, siempre de cara al gentío ignorante. Ellos sabe, El Juli el primero, que el núcleo de aficionados es ínfimo, por ello trabajan de cara al gentío ignorante que, en la gran mayoría de las ocasiones es el que saca el pañuelo pidiendo orejas que, en ciertos momentos, hasta los toreros saben que no las merecen. Vamos que, por todo lo que se expresó El Juli, le faltó poco para decir que, gracias a su generosidad por aquello de matar las corridas llamadas comerciales, Fernando Robleño, López Cháves, Manolo Escribano, Octavio Chacón, Alberto Lamelas, Rafaelillo y otros más, pueden seguir toreando. ¡Madre mía del amor hermoso!

Pensemos que, hombres de la talla de don Antonio Bienvenida no quedan por las esquinas; lo digo porque aquel gran señor hasta tuvo el valor de denunciar el afeitado de los toros y, en la actualidad, con negarlo, quedan todos exculpados. La diferencia de lo de hoy con lo de antaño es abismal; nada que ver, sencillamente porque son dos mundos diferentes.

Yo creo que hubiera sido más saludable para todos que, El Juli, asumiendo su condición de figura se hubiera sincerado diciendo la verdad y, probablemente todos le hubieran entendido pero, prefirió irse por las ramas antes que afrontar la verdad. Como digo, los toreros y los aficionados somos como la noche y el día. Por cierto, no está nada mal que le recordemos a El Juli que, las ganaderías que él tanto les teme, Victorino Martin por ejemplo, son las que han entronizado en un lugar de privilegio a Emilio de Justo y, como anécdota, una de las faenas más épicas de la temporada en Madrid, la que llevó a cabo Fernando Robleño, lo hizo frente a un toro de José Escolar que, como los aficionados saben, dicho ganadero ha indultado muchísimos toros. Pero claro, la leyenda de estas ganaderías legendarias es la que asusta a los señoritos del escalafón.

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