miércoles, 27 de diciembre de 2023

EL DAÑO DE LOS RECORTES AL TOREO REAL / por Juan Miguel Núñez Batlles


"..Ojo a las consecuencias que se pueden derivar de esta aparente o fingida tauromaquia de los recortes. Porque (y no me duelen prendas en denunciarlo a pesar de que algún chulito que se sienta ofendido me venga a pedir cuentas) se trata de un toreo capcioso, absolutamente falso, cuyos argumentos éticos y estéticos no tienen nada que ver con la verdadera esencia de la corrida.."

EL DAÑO DE LOS RECORTES AL TOREO REAL

Juan Miguel Núñez Batlles
Me llega a través de un chat de aficionados un vídeo que llaman de "GRANDES MOMENTOS de 2023". Y qué chasco.

Suponía que trataría de los acontecimientos estelares de la temporada; pero no, nada que ver con el rabo que cortó Morante en la Maestranza, ni las dos Puertas Grandes de Fernando Adrián en Las Ventas, o la heroicidad de Borja Jiménez también en la monumental madrileña con "los victorinos"; y, aunque en otra onda, tampoco se ocupa de la creciente aureola del jovencísimo Marco Pérez. Todo esto y otros triunfos verdaderamente toreros y muy sonados en los ruedos, nada de nada. El vídeo en cuestión está dedicado, hay que fastidiarse, ¡a los recortadores! a los que elogia como supuestos protagonistas del año taurino.

Así que, me cuesta reprimirlo, tengo que advertir:

Ojo a las consecuencias que se pueden derivar de esta aparente o fingida tauromaquia de los recortes. Porque (y no me duelen prendas en denunciarlo a pesar de que algún chulito que se sienta ofendido me venga a pedir cuentas) se trata de un toreo capcioso, absolutamente falso, cuyos argumentos éticos y estéticos no tienen nada que ver con la verdadera esencia de la corrida.

Aquí el mérito del "torero" es pegar un quiebro, dar un salto o marcarse una carrera a toda prisa. Está bien, resulta curioso, pero esto dista mucho de los valores que el torero real y auténtico tiene y manifiesta en el desarrollo de la lidia frente al toro.

El torero de verdad ofrece el cuerpo sin más trampa que el trapo, y se queda quieto, casi siempre muy quieto, en unos terrenos que pertenecen al toro y que, no obstante, Juan Belmonte dejó registrados ya para siempre a su nombre y al de todos los toreros que vendrían detrás.

Ése y esos son los verdaderos héroes del espectáculo de la corrida, sencillamente por el arte singular y proverbial, arte sin parangón, de pasarse al bravo animal muy cerca, cada vez más cerca conforme se suceden los pases, mientras se estrecha el mágico círculo de belleza y emoción que es el toreo en si, el toreo veraz y legítimo que se proclama desde sus orígenes en los tiempos de Pedro Romero.

¿Y a qué viene esta larga y rebelde reflexión?, habrá quien se pregunte. ¿Y además -seguirán preguntándose-, es necesario ir contra lo que practican los recortadores para reivindicar la corrida en su forma y esencia lo más pura y clásica?

Pues, . Decididamente , quiero proclamar.

Porque, ojo, advierto de nuevo, con la proliferación de este tipo de funciones que denominan erróneamente taurinas. Ya han conseguido con los recortadores borrar prácticamente del mapa el espectáculo cómico-taurino-musical, aquella tradicional charlotada que se anunciaba en todas las ferias, sustituida ahora por la exhibición de estos "toreros" que tienen poco de toreros, si acaso mucho de habilidosos deportistas.

Una representación, la de los recortadores, que los antitaurinos ya empiezan a enarbolar como la corrida única que ha de aceptarse porque es corrida incruenta.

Lo que nos faltaba: una amenaza más para "la Fiesta" en estos tiempos que corren de confusión y arbitrariedad.

A ver si sabemos decir no de una vez, para evitar que nos la cuelen. Pues tiene bemoles la cosa.

3 comentarios:

  1. Ya tenía ganas de ver publicado algo así. Totalmente de acuerdo Juan Miguel. Yo siempre he dicho que el peor torero del mundo es capaz de recortar, pero de lo que tengo serias dudas es de si el mejor recortador sería capaz de TOREAR con mayúsculas.

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  2. Totalmente de acuerdo. Los recortadores --cuyo verdadero mérito es el de una valentía realzada y destacada por su flexibilidad calculadora y atlética más que por aportación artística-- quizá representen un curioso apéndice en la cultura taurina sólo por tener delante a un peligroso toro.

    Mas no por formar parte de la auténtica cultura y tradición del toreo.

    En efecto, habría que hacer una más clara distinción entre ambos oficios, no denigrando a los valientes recortadores pero dándoles su lugar bien separado, aunque fuese por mera definición.




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    1. La ignorancia es muy atrevida con taurinos así no hace falta antitaurinos

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