Homenaje a Álvaro de la Calle en sus XXV años como matador de toros / por Gabriela Martín

"..Desde su alternativa en Ávila en 1999 hasta el día de hoy, su carrera ha estado marcada por momentos buenos y otros no tanto, a los que Álvaro se ha enfrentado siempre con valentía y honradez.."

Homenaje a Álvaro de la Calle en sus XXV años como matador de toros

Gabriela Martín

Toros de Lidia/24 febrero, 2024

Palacio de Figueroa, idílico edificio salmantino cuya arquitectura renacentista ha puesto el decorado para el emotivo homenaje que hoy 22 de febrero de 2024, se ha celebrado en honor a Álvaro de la Calle.

“Todo buen torero tiene un pasodoble”, tanto es así, que dio comienzo una noche mágica con un pasodoble obra de Paco de la Rosa, que ya tiene por nombre: Pasodoble Álvaro de la Calle.

25 años de alternativa de un torero humilde, profesional y fiel a sus principios, siendo su padre Vicente de la Calle un pilar fundamental.

Desde su alternativa en Ávila en 1999 hasta el día de hoy, su carrera ha estado marcada por momentos buenos y otros no tanto, a los que Álvaro se ha enfrentado siempre con valentía y honradez.

Difícil olvidar en el corazón charro la tarde en la Glorieta de 2002 junto con sus compañeros de cartel Zotoluco y Padilla,  cuando Álvaro cortó la única oreja de la tarde, gracias a una faena de casta y valor. Así como aquella tarde en Gijón en la que hacía el paseíllo como sobresaliente en un mano a mano de los diestros Ferrera y Javier Castaño. Ambos espadas en la enfermería, dieron paso a la que fuera la faena mas artística de la feria de 2013 cuya valentía, firmeza y humildad no dejó a nadie indiferente.

Hay que ser ecuánime y decir que no se le ha hecho justicia por tan valerosas acciones ante situaciones que solo un hombre de raza es capaz de resolver.

Recordó la encerrona de Emilio de Justo en Las Ventas el pasado 2022, en la que desafortunadamente el matador extremeño, al ejecutar la muerte suprema a su primer toro sufre una aparatosa voltereta, y a consecuencia de ello tiene que abandonar el ruedo, hecho que cedió la continuidad de la faena a un protagonista que no hizo otra cosa que engrandecer la figura de un sobresaliente, cuya labor no es menos valiosa que la de la figura estrella anunciada en el cartel. Prueba de ello Álvaro se enfrentó a 5 toros de distintas ganaderías con meritoria valentía, con serenidad y firmeza, pero sobre todo con el corazón de un valeroso torero que hizo que allí todos los presentes una vez más sintieran el orgullo de ser taurinos.

Recuerda cuando Rafael de Paula le dijo: “el que imita se limita”, palabras que el torero Salamantino no ha sacado de su cabeza, y han sido la fuerza constante que hace que cada día entrene, siga preparándose, siga aprendiendo y practicando ese toreo de salón que posteriormente desea mostrar en el ruedo, y cuyo deseo es seguir sintiendo eso que lleva en la sangre y que tanto le inculcó su padre, el amor por el toro.

Su pequeña su niña Triana, su mujer Eva y toda esa gente que le apoya, le han arropado en una noche entrañable y especialmente emotiva en la que no han faltado los aplausos y las lágrimas, las risas, las canciones y las poesías a él dedicadas, los aficionados que han reivindicado que quieren verlo en las plazas, que quieren verlo torear, que su torero está ahí y esa recompensa a tanto esfuerzo es más que merecida.

Y como no, Paco Cañamero, encargado de presentar dicho acto ha sabido encauzar con la profesionalidad que le caracteriza, una entrevista con mucho sentimiento, pero sobre todo con mucho corazón torero.

Gracias Álvaro por regalarnos tantos momentos difíciles de borrar de nuestras retinas, pero sobre todo imposibles de olvidar.