Fiasco total con el "miura" que abrió plaza, que iba a marcar la tónica de la tarde. Empujó el burel con la cara alta en dos encuentros con el caballo, pero enseguida se vió que no le sobraban las fuerzas, gateando un par de veces antes de banderillas, tercio en él que se mostró reservón y apagado. En la muleta, inerte por completo, no tuvo ninguna voluntad de embestir, agarrado al piso, según expresión mexicana. Rafaelillo se fue enseguida a por la espada. Y ahí acabó la pantomima.
Tampoco hubo tela para cortar en el cuarto, flojito y defendiéndose. "Rafaelillo" solo pudo matarlo de una gran estocada. Momento destacado éste en la tarde, aunque sólo sirvió para la ovación final.
El primero de Juan de Castilla, aun muy justo de fuerzas, sin permitir que se le bajara la mano, se desplazó con cierto buen son por ambos lados. El colombiano, torero de muy buen corte y excelente disposición, le cogió enseguida el aire, a media altura y con mucha suavidad. La respuesta del toro fue ideal, aunque, eso si, habría de alternar las dos manos para evitar que "se orientara", que era clara intención cada tres muletazos y el pecho. Series por tanto cortas, pero enjundiosas. Toreo con sello importante. Lástima la espada, que difuminó un más que posible triunfo de oreja.
Por dos veces saltó al callejón el quinto. Marca de mansedumbre. No obstante, se movió el burel, eso sí, sin aportar nada. Un "miura" absolutamente descafeinado, de extrema sosería y muy poquitas fuerzas. A pesar de todo, Juan de Castilla, muy firme y resuelto, le robó pases en lo fundamental de notable mérito. Tanto que hubo algunos pañuelos tras la estocada de efecto rápido, sin embargo, insuficientes.
Colombo rindió la plaza en un espectacular y muy emocionante tercio de banderillas en su primero. Mucho más allá de unas portentosas facultades, el dominio y el valor, arrancando el hombre mucho después del toro, en la verdadera versión de poder a poder, dejando llegar una barbaridad y para sacar el par de abajo, metiendo los brazos en un espacio inverosímil. La plaza en pie en unánimes y enfervorizadas ovaciones. Qué pasaje más emocionante. Lamentablemente el toro no fue nada franco en la muleta, obligando a sortear coladas. Pero nada echó para atrás a Colombo, muy puesto y dispuesto, atacando en todo momento con muletazos a derechas de increíble aguante y a la postre reconocido dominio. Entró a matar un poco por sorpresa, sin preparativos para cuadrar, y sin suerte, pues cayó la espada baja. Otra oreja perdida.
Con el sexto ensayó Colombo un tercio de banderillas que ni mucho menos. Y aunque porfió en la muleta de nuevo con mucha decisión, el toro, de intermitentes y cortas arrancadas, no permitió que aquello tuviera eco.
FICHA DEL FESTEJO.- Novena de Feria. Lleno aparente.
Toros de Miura, grandes y entipados. De buena presencia pero sin pasar de ahí. Flojos y descastados, prácticamente vacíos de todo.
Rafael Rubio "Rafaelillo": cuatro pinchazos, entera y descabello (silencio); y buena estocada (ovación).
El colombiano Juan de Castilla: dos pinchazos, estocada desprendida y descabello (ovación); y estocada (ovaciòn)
El venezolano Jesús Enrique Colombo: estocada baja y descabello (silencio); y pinchazo y estocada (palmas en la despedida).
"Miura con toda su leyenda se quedó en nada, hoy, en Madrid. Faltó raza, faltaron fuerzas, y por no haber en los toros otrora de leyenda, no hubo ni peligro."
ResponderEliminarNo hubo Miuras, sólo toros con el respectivo hierro. Qué pena. // Atte., Torotino