Remate torero de un De Justo que completó una gran tarde.
- Foto: José Miguel Esparcia -
El extremeño desorejó al quinto tras una sobresaliente actuación, Adrián paseó un apéndice de cada enemigo y Perera se fue de vacío.
La tarde llevaba el rumbo soso de anteriores, hasta que saltó el quinto de la tarde al ruedo y emergió la figura de Emilio de Justo, que completó una gran actuación, de principio a fin, destacado con el capote y sobresaliente con la muleta para firmar la mejor faena del abono. Tuvo el premio de dos orejas y la puerta grande, que compartió con Fernando Adrián, que la logró tras cortar una oreja a cada uno de sus enemigos, de poco peso la segunda, la que le aupaba en hombros. Perera, tercero en discordia, que fue de más a menos en su actuación, se fue de vacío, ante un encierro de La Quinta, desigual de presentación y de juego.
El quinto de La Quinta fue el que sirvió para el triunfo de De Justo, que brilló de principio a fin. Con el capote, lo recibió con lucidas verónicas ganando pasos y rematando en la boca de riego con una ajustadísima media. Tras el paso por el caballo, donde el toro no se entregó, De Justo le recetó un quite por chicuelinas de manos tan bajas como pudo y ceñidas, rematadas con otra gran media y una revolera, puro arte que tuvo hasta el reconocimiento de la banda de música. En banderillas completaron un buen tercio Abraham Neiro y José Manuel Pérez, que se desmonteraron.
Brindó el extremeño al respetable antes de completar una faena breve, pero muy intensa, al toro que más se entregó de la tarde, acompañada por la música tras el saludo inicial, doblándose por abajo con mucho gusto y, ya puesto en pie, el de desprecio para rematar. Series cortas con la mano derecha, relajado, templado, con hondura y sentimiento, que tuvieron continuidad en el toreo al natural, con el duende de un De Justo, vestido de canela y oro, tan intenso como lucido que decidió abreviar al ver que el toro se podía rajar en cualquier momento. Tenía el triunfo en sus manos y lo único que faltaba era ejecutar la suerte suprema. Dejó una estocada contraria que hizo doblar al toro. Los tendidos se llenaron de pañuelos y cortó las dos orejas en la que es, hasta el momento, la faena de Feria.
Antes, con el primero de su lote, De Justo dejó buenos apuntes en los lances de recibo a la verónica a un toro que no se empleó en el caballo y al que recetó un quite por chicuelinas, de manos bajas, rematadas con una revolera. Un buen aperitivo que tuvo continuidad en un inicio de faena toreando con mucho gusto por abajo y un pase de pecho a cámara lenta, continuado con una tanda por el pitón derecho ajustado y muy templado. A partir de ese momento, la embestida del astado se tornó más corta y echando cara arriba. Por el pitón izquierdo, también de viaje cortó, le arrancó templados naturales y finalizó con unos lucidos ayudados, pero pinchó antes de dejar una estocada caída que fue suficiente para finiquitar a su enemigo. El diestro fue ovacionado.
Tuvo un doble enemigo Adrián en su inicio de faena al tercero de la tarde, ya que al toro de La Quinta tuvo que sumar el viento, por lo que apenas se pudo estirar con el capote ante un burel que repitió en el engaño. Dormido en el caballo, blandeó de los cuartos traseros, por lo que fue protestado. Brindó su faena al respetable y se fue a la querencia del toro para iniciar su faena a un astado que se quedaba corto y echaba la cara arriba. Cambió la muleta a la mano izquierdo y ahí llegaron los mejores pasajes de la faena de Adrián, con naturales, templados, limpios y ajustados, desplazándose más el toro. En las siguientes series ya le costó más al toro, pero el diestro siguió muy firme hasta el final. Dejó una estocada entera y tendida que fue suficiente para que el toro doblase y aflorasen los pañuelos en los tendidos. Cobró la primera y, con buen criterio, el usía no concedió la segunda que pidió el público.
Con el regusto todavía de la faena de De Justo, Fernando Adrián salió decidido a buscar el triunfo para acompañar al extremeño en la salida en hombros, pero el comportamiento del toro en los primeros tercios no lo auguraba. Cambió el panorama en el inicio de faena, muy intenso con una primera serie con la derecha, en redondo y junto a tablas, que tuvo continuidad en las dos siguientes, pero que perdió intensidad en el toreo al natural, con una embestida a media altura y de viaje corto de un astado que fue a menos, como la faena, rematada con una estocada tendida y trasera que fue suficiente para que el toro doblase. Hubo petición de oreja, que fue concedida y le abría la puerta grande.
El primer toro del festejo no se entregó en el capote de Perera, que lo recibió con lances a la verónica, en el caballo recibió un puyacito, que ya es tónica de esta Feria, y en banderillas esperó e incluso estuvo a punto de prender a Vicente Herrera tras colocar el segundo par de rehiletes. No era el mejor panorama posible para la faena de muleta del diestro extremeño, que comenzó toreando con la diestra en series que fueron ganando en ajuste y lucimiento, hasta que lo mejor llegó toreando al natural, con un toro que tomó la muelta con mayor franqueza y entrega, aunque hizo varios intentos de rajarse. Remató con varios circulares iniciados por la espalda antes de estar poco certero con los aceros, ya que precisó de dos pinchazos y una estocada que cayó muy baja. Palmas para el toro, noble y manejable, pero con poca casta, y palmas para el diestro.
No mejoró el panorama para Perera con el cuarto de la tarde, que repitió en el capote, pero sin entregarse, lo mismo que en el caballo, y en banderillas apretó. En la muleta del diestro extremeño, que comenzó su labor doblándose, el toro se quedaba corto y echaba la cara arriba, por ambos pitones y Perera tampoco tenía muchas ganas de emplearse, por lo que se juntaron seis de uno y media docena de otro. El de Puebla de Prior, autor de la mejor faena del abono el año pasado, vio que este año no podía repetir triunfo y decidió abreviar con el añadido de un mal manejo de los aceros, con un metisaca infame antes de cobrar una estocada desprendida y trasera. Labor silenciada y un paso por la Feria que no quedará para el recuerdo.
FICHA:
Ganadería. Se lidiaron seis toros de la ganadería de La Quinta, desiguales de presentación y de juego, siendo el mejor el quinto de la tarde, aplaudido en el arrastre.
Miguel Ángel Perera. Hueso y oro. Palmas y silencio.
Emilio de Justo. Canela y oro. Ovación y dos orejas.
Fernando Adrián. Blanco y oro. Una oreja y una oreja.
Incidencias. Dos tercios de entrada en tarde agradable. El festejo fue retransmitido por CMM
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