Roca Rey, en el momento en el que sufre la cornada. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
Sexto Festejo de la Feria de Otoño (4ª Corrida) y número 58 de la Temporada.
TOROS COMPLICADOS, PERCANCE GRAVE
Y DOS OREJAS BARATAS
Juan Miguel Núñez Batlles
Madrid, 6 Octubre 2024
Se pregunta la afición, y hasta el público lego, si no hay ganaderías propicias para Madrid. Y si las hubiera por qué no las contratan, teniendo en cuenta la importancia de la plaza, y la repercusión de un triunfo o un fracaso. Hoy ha vuelto Fuente Ymbro, que hace una semana ya pegó un petardo en esta misma plaza y Feria. Y aunque no tan malo como aquel, el encierro de hoy dejó mucho que desear. Raros y deslucidos comportamientos, como mucho hubo toros -el lote de Víctor Hernández- que aguantaron medias faenas antes de volverse broncos y difíciles, extremadamente deslucidos. Toros, como se dice en la jerga, con peligro sordo.
El que abrió plaza sólo hizo cosas feas desde que salió, unas veces yéndose suelto de los capotes, y otras buscando directamente las tablas. Protestó en el caballo, razón por la que no se le pudo picar en condiciones; no obstante, al picador de turno le despidió el tendido de los eternos protestones con su habitual "¡picador, qué malo eres!". Ya en la muleta, el toro al paso, soltando la cara y sin voluntad de embestir. La Intención de Ureña siempre fue buena, insistiendo mucho, hasta que las palmas de tango le invitaron a apremiar.
Ureña fue de nuevo todo corazón frente al cuarto, al que toreó con mucha sinceridad y estupenda apostura. Muletazos de frente, largos y de trazo firme, y muy sentidos. El toreo en su forma más sublime. Lo mejor de la tarde. Lástima que el toro no acompañó lo suficiente, con el freno echado y sin humillar lo debido. Pero lo de Ureña aquí tuvo usía, y por eso la gran ovación final pese a la mala espada.
Ya el sexto, que hubiera correspondido al herido Roca Rey, no tuvo lo qué se dice ni un pase. Ureña y sus hombres pasaron un calvario en los dos primeros tercios, con el toro siempre "cazando"; así que se lo quitó de enmedio a las primeras de cambio y como pudo, cosa que le agradeció el llamado respetable dedicándole cariñosos aplausos.
La intervención de Roca en su primero con el capote se redujo a una media verónica, lance solemne pero único, dado que el toro estuvo siempre pendiente del caballo, entrando corrido en el primer encuentro y colocándose sólo para el segundo. Aquí un quite por tafalleras de Victor Hernández en su turno tuvo cierta importancia.
Y abrió faena Roca de rodillas con pases cambiados por detrás, fijando tanto al toro como al tendido; sin embargo y tras una primera tanda a derechas de temple, dominio y enjundia, enseguida comenzaron las protestas de la minoría discordante. Censuras por la colocación del torero, su manera de citar y correr la mano..., como para establecer un manual especial de la forma que hay que torear en Madrid y para ese reducto de sabidillos "aficionados".
El caso es que se creó un clima confuso, en el ruedo y en el tendido; el nerviosismo del torero era evidente, y tanto que al iniciar un pase de pecho, y consciente esta vez con toda seguridad de estar fuera del toro (fuera de cacho, que así se dice) llegó un tremendo revolcón. Voló Roca a gran altura, con el astado haciendo por él en el aire y en el suelo.
Momento de angustia en el que estalló la plaza contra los "justosjueces". De un lado a otro del tendido se dijeron de todo. Volvio el torero a la carga visiblemente maltrecho, y ya nada tuvo interés, ni mérito. Como colofón, y dado que los ánimos estaban desde ese momento sólo para fastidiar, cuando entró la espada a la segunda hubo una sorprendente petición de oreja que, también sorprendentemente, el presidente concedió. Hay que advertir que, polémicas, sustos y otras zarandajas al margen, la faena no fue ni mucho menos de oreja.
Es lo que tiene lo de las broncas y disputas que al final, y por fastidiar únicamente por incordiar, oreja al canto que no llegó a pasear al dirigirse por su propio pie a la enfermería. Trofeo barato pese al innegable mérito que tiene seguir en el ruedo estando herido y sin vender la alarma por los sustos.
Y por juicio comparativo con el premio a Roca, trofeo asimismo para Víctor Hernández en el tercero, primero de los suyos. Fue toro brutote y con un molesto cabeceo, que a pesar de todo se tragó los muletazos cuando el torero conseguía engancharlo, o mejor, acompañarlo. Y no hace falta advertir que no es lo mismo torear que dar pases. Fue esto el grueso del trasteo. Aunque tuvieron su aquel un par de "cositas" por abajo, el mejor y único poso de la labor de Hernández. Mató con una estocada poco ortodoxa. Claro que metida la tarde ya en harina, y otra vez por contrariar a los fanáticos protestones, oreja al canto.
Salió Hernández en quinto lugar a estoquear el segundo de su lote, dado que Roca Rey seguía en el quirófano. Quiso hacer las cosas bien bajándole la mano, pero el de Fuente Ymbro "se orientó" pronto, y como faltó sometimiento aquello terminó también en desastre.
FICHA DEL FESTEJO.- Sexta función de la Feria de Otoño. Lleno de "no hay billetes" en tarde plomiza y algo ventosa.
Toros de Fuente Ymbro bien presentados pero bajos de raza y con malas intenciones.
Paco Ureña: estocada quedándose en la cara y saliendo zarandeado, y dos descabellos (ovación tras aviso); bajonazo (gran ovación); y en el que estoqueó por Roca, pinchazo, bajonazo y descabello (gran ovación en la despedida).
Roca Rey: pinchazo y estocada (oreja), en el único que mató.
Víctor Hernández: estocada trasera y descabello (oreja); y metisaca muy trasera, pinchazo y estocada trasera (ovación).
En la enfermeria fue intervenido Roca Rey bajo anestesia general de "herida en la cara interna del tercio posterior del muslo derecho, con dos trayectorias, una hacia adelante de 15 cms. que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contusiona nervio ciático, y otra hacia adentro de 15 cms. que produce destrozos en músculo glúteo mayor. Pronóstico grave".
Fue trasladado en ambulancia a la Clínica La Fraternidad, donde quedó ingresado.
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