“el nacimiento de la Fiesta coincide con el nacimiento de la nacionalidad española y con la lengua de Castilla……… asi pues, las corridas de toros…….. son una cosa tan nuestra, tan obligada por la naturaleza y la historia como el habla que hablamos.”. R. Pérez de Ayala
sábado, 23 de noviembre de 2024
MADRID.- PRESENTACIÓN: 'ALGECIRAS ENTRE EL CORAZÓN Y LA MEMORIA'. LIBRO DE ALBERTO PÉREZ DE VARGAS
Reivindicar al torero / por José Carlos Arévalo
Por José Carlos Arévalo
El sostenedor de la Fiesta es el torero. Por una sola razón: es el que torea. Nunca decimos qué cinco verónicas tan buenas dio el toro “fulanito”, siempre decimos qué cinco verónicas tan buenas dio, por ejemplo, Morante. Y es que el toro embiste, pero quien torea es el torero.
Evidente, el protagonista de la Fiesta es el hombre, no el toro. Esto lo tiene muy claro el público, e incluyo a los aficionados sin ínfulas profesorales, que van o no van a la plaza según sean los toreros anunciados, y no por la ganadería que se vaya a lidiar.
Pero el toro es importante, importantísimo. Más que el óleo para el pintor, el barro para escultor y los instrumentos para el músico. Frente estos materiales yertos, el toro está vivo y en cada embestida quiere matar al artista. Lo que reduplica su importancia. Gracias a su amenaza letal consigue que el torero sea el único artista del mundo que compromete su vida con su arte.
Por eso, el torero fue un ídolo de masas. Es la reencarnación del joven héroe que vence a la violencia original de la tierra, el artista que convierte la naturaleza en paisaje, el demiurgo que amansa a la fiera. Y además, es el rebelde triunfador que se pone el mundo por montera, que se saltaba un cerrado orden social a la torera, el joven osado que siendo pobre se hace rico.
Pero ahora el torero ha pasado de ídolo de masas a personaje público desconocido. Y la culpa no la tiene la Fiesta, ni el hipercriticismo de los aficionados. El cambio se debe al apagón periodístico sufrido por todo lo relacionado con la tauromaquia. ¿Quién cortó la luz informativa al que sigue siendo el segundo espectáculo de masas? Nadie. Pero detrás de nadie está el animalismo con sus falaces argumentos y ese buenismo siempre eficaz con la gente que cree que un ciervo es Bambi y el toro un buen padre de familia. Y esa gente es mucha gente.
De modo que: ¡Torero, asesino! Un día recibí la postal de un animalista. La imagen: un toro corneando a José Tomás en la plaza de Badajoz. El reverso decía: le está bien empleado al asesino de toros.
Necios asalvajados hay pocos. Pero los indiferentes son muchos. El tácito boicot informativo ha invisibilizado la Fiesta y ya el gran público no diferencia a uno de otro torero. Salvo dos diestros, Morante y Roca Rey, casi ningún otro tiene fuerza en la taquilla. Y el animalista antitaurino se frota las manos: la destrucción de la imagen del torero es el principio del fin.
Para empezar, la anonimia del torero ha cambiado la trama de los despachos. Sin opinión publicada, sin información, la opinión pública desaparece y perece la fuerza del torero: el guirigay taurino en las redes solo es ruido de gueto, Y si todos los toreros, menos la media docena de siempre, son intercambiables para el gran público, el que llena la plaza, cambian las reglas del juego. A saber:
El empresario tiene, como nunca antes, las manos libres y las cotizaciones toreras bajo control, como lo demuestra que todas las ferias, salvo Sevilla y Madrid, parecen la misma feria. Lo que resulta extraño, pues si la casi totalidad de los toreros, por muy buenos que sean algunos, tienen la misma capacidad de convocatoria, ¿por qué dejar sentados a tantos diestros de valía, a maestros veteranos en semi paro, a valores consolidados para la afición y desconocidos por el público, a jóvenes emergentes que no emergen, a recién alternativados para quienes ser novedad antes era un aval y hoy es un freno?
El torero es hoy un personaje público atípico. Desconocido por el gran público, a merced de un empresario conservador y acosado, pasmosamente infravalorado por muchos aficionados que desconfían de los toreros sin fuerza taquillera, y son la bestia negra del animalismo imperante que les ha robado hasta el Premio Nacional de las Bellas Artes. Y, sin embargo, torean mejor que nunca.
Destruir la imagen del protagonista de la Fiesta es dinamitar a la misma Fiesta. El antitaurino lo ha hecho con tanta eficacia como la que empleó para destruir la imagen del cazador. Y su triunfo ha sido la expulsión del toreo en los medios de comunicación de masas. Pero lo absurdo es que los supuestos buenos aficionados, para demostrar que lo son, nieguen ahora la mayor: que vivimos un tiempo taurino con un escalafón poblado de grandes toreros y que la ganadería de bravo está lidiando el toro más bravo y mejor presentado de la historia.
Para salvar a la Fiesta de la derrota a manos de los antitaurinos animalistas, que hoy incluso están en el Gobierno de la Nación, no hace falta mentir. Basta con decir la verdad. Y si ésta se dijera, la realidad de la Fiesta actual sería el clamor que rompiera las murallas del gueto donde la sinrazón de propios y extraños la han metido.
-Próximo viernes: Reivindicar al empresario.
Burladero.tv/22 Nvbre. 2024
El festival taurino en Madrid con Ponce, Roca Rey y más figuras para los afectados de la DANA augura una gran entrada.
viernes, 22 de noviembre de 2024
«Dámaso no es sólo de Albacete»
CUMPLEAÑOS EN LOS LUCEROS / por Francisco Torres García
Cantó la traviata… o las leandras / por HUGHES
21-N. Un día para la historia de la infamia política en España / por Luis Ibáñez
México.- Los toros: patrimonio con trascendencia / por Gaspar Silveira
HUESCAR.- GALARDÓN A FERNANDO MARTÍN “SACROMONTE”
El XXI Pregón Taurino ha corrido de cargo del presidente de la plaza de toros de las Ventas de Madrid, José Mª Fernández Egea, a continuación tuvo lugar la presentación de la XXI edición de la revista Tendido Cero, que corrió a cargo del locutor de Onda Cero Radio, de Baza, Javier Fernández Martínez.
Acto seguido se procedió a entregar diversos galardones y reconocimientos.
Como matador de toros revelación de la temporada 2024, se le otorgó el Trofeo a Fernando Adrián.
La entrega de Insignia de Oro y Brillantes 2024 al matador de toros y ganadero Andrés Moreno Varela.
El V Trofeo Antonio Ramirez (In memoriam), se otorgó al matador de toros y Director de la Escuela Taurina “Frascuelo”, de Granada, Fernando Martín “Sacromonte”.
El V Trofeo Manuel Carra, in memoriam, al novillero con picadores/banderillero y Presidente de la Escuela Taurina “Frascuelo” de Granada Joaquín Ruíz “El Ruilo”.
Nos alegramos de todo corazón de que el bueno de Fernando Sacromonte haya sido tenido en cuenta a la hora de entregar los galardones la peña Tendido Cero.
Su labor en pro de la Fiesta es callada pero no por eso menos efectiva (es director de la Escuela Taurina "Frascuelo", de Granada). Su calidad humana, amigo de todo el mundo y servicial hasta el límite, está más que probada. Pocos profesionales del mundo del toro han sabido ganarse el cariño y el respeto como lo ha hecho Fernando.
Y es que en la vida solo hay un camino para alcanzar el triunfo, la sinceridad y actuar de corazón y con nobleza (que se lo pregunten a "El Cordobés"). Solo así conquistas a los que te rodean.
Y eso es lo que ha hecho este hombre ejemplar desde que vino a Córdoba, por eso se le considera un cordobés más.
Un abrazo maestro.
Francisco Franco sin adjetivos / por José Ramón Ferrándis Muñoz (Escritor)
jueves, 21 de noviembre de 2024
Celebrar Misas por Franco / por Luis Felipe-Utrera Molina
La regla del siete / por Paco Delgado
VIENTO DE LEVANTE
La regla del siete
Una diferencia de pareceres que se volvió a manifestar hace unas semanas en uno de los últimos festejos celebrados en la Monumental madrileña, cuando un muy significado, y significativo, grupo de espectadores increpó a Roca Rey, diestro que, precisamente, no es de los que escurre el bulto y rehúya la pelea, de hecho ese día sufrió un percance serio.
Pero ese núcleo de aficionados, aunque muchas veces se haya cuestionado esa condición dado su nivel de intransigencia y rigor extremo con lo que sucede en el ruedo, no apreció que lo hecho por el diestro peruano estuviese en la línea de lo que ellos piden y, en consecuencia, bronca.
Ese reducto indómito es el ya famoso grupo de espectadores que se dan cita en el ya no menos famoso tendido 7 de la plaza de Las Ventas, cuyo origen se sitúa a mediados del pasado siglo y con Juanito Parra, ya fallecido y en cuyo recuerdo hay colocada una placa en la misma plaza, como ideólogo.
Otro de los más destacados impulsores de esta corriente crítica de espectadores venteños fue Luis Pelayo Bruna “El Ronquillo”, también recordado con otra placa en el acceso a ese dichoso tendido, abonado de primera fila de aquella zona de la plaza de toros madrileña, y célebre porque en el momento más oportuno, cuando toda la plaza podía oírle, criticaba al torero de turno con un bocinazo o uno de sus gritos.
Y no menos dignos de mención son Felipe de Santiago “El Lupas”, obligado a abandonar la plaza por la policía en la corrida en la que Curro Vázquez sufrió una gravísima cornada, o Salvador Valverde y Camilo Rodriguez “El Ensabanao", amenazados y, se cuenta, que agredidos fuera de la plaza por sus aceradas críticas.
No son agradables, no, ni para la empresa ni para los toreros, y corridas hubo que el 7 prácticamente se cargó desde antes de que se hiciese el paseíllo, según ellos, para evitar la degeneración sistemática de la fiesta. Arguyen que exigir no es reventar, que se paga para ver una autentica corrida de toros, y es lo que primero piden, toros íntegros, que lo sean y lo parezcan. Por supuesto que para las empresas y para ciertos toreros tener aficionados con ese grado de exigencia y rigidez es muy incómodo.
Si embargo, en una encuesta realizada por el portal Opinión y Toros, el 47% de los encuestados manifestó que un grupo de presión así debería existir en todas las plazas, un 23% dijo que con ellos se evitaba a degeneración de la fiesta y sólo un 7% opinaba que con su proceder lo que se conseguía era hacer daño al espectáculo.
Desde luego, la crítica debe ser bienvenida y hacer de contrapeso al triunfalismo exacerbado. Hay plazas en las que ya todo vale -en Valencia, por ejemplo, plaza de primera, se ha visto en los últimos tiempos como se piden trofeos por faenas de muy escaso mérito, estocadas infames y hasta que hacían guardia; sonaba la música mientras el espada de turno era desarmado y hasta se ovacionó con mucha fuerza a quien, sin que tampoco su labor hubiese sido nada del otro mundo, más bien al contrario, acababa de escuchar los tres avisos...- y parece como si el precio de la entrada diese derecho a exigir un triunfo a toda costa, sin importar nada, ni la condición del toro ni lo hecho por el torero. Precisamente en Valencia, hará ya cuarenta, o más, años, se puso en marcha un grupo de aficionados que, como los del 7 en Madrid, protestaban todo lo que a ellos les parecía indigno en una corrida. Y tanto llegó a molestar a los entonces responsables del coso de Monleón que procedieron a su “compra”, invitándoles a otras ferias y plazas que también montaban y gestionaban, logrando, aunque con no poco esfuerzo, ir anulando aquella disidencia hasta que desapareció.
Pero gente así es necesaria y hacen una labor docente que se hecha en falta. Claro que tendría que existir un “7” en todas las plazas, pero con educación y respeto.
Burladero.tv/ 21.11.2024