Consciente que vivimos la hora del sacrificio, recuerda con admiración y afecto a Manolo Vanegas con quien estuvo antes de venir a Venezuela.
Manolo es un admirable valiente. Un ejemplo de actitud, del que todos los taurinos debemos sentirnos orgullosos.
COLOMBO EN SAN CRISTÓBAL, A LA ESPERA DE CALI Y DE MEDELLÍN
Aprovechando un respiro de sus muchos compromisos en España, está de visita en San Cristóbal el matador Jesús Enrique Colombo.
Le bajó el telón a la Temporada 2018, misma que deja en su récord el haber confirmado la alternativa limeña en Las Ventas durante la Feria de San Isidro.
Trae buenas noticias en su alforja de viajero. En ellas contratos para las muy importantes ferias de Cali y de Medellín, y además ilusiones que se cumplan algunas promesas en plazas neogranadinas. Esta su primera temporada ibérica la deja colocado en el puesto 30, de una lista de 149 matadores de toros que figuran en la competencia de las grandes ligas del toreo universal.
Diecisiete corridas que distribuyó con 5 festejos en plazas de primera, en las que cortó tres orejas, y 12 en plazas de tercera.
Le escoltaron en su posición del escalafón David Mora y Cayetano Rivera Ordóñez, considerados miembros del grupo de figuras del toreo, superando a coterráneos americanos de mucho prestigio, como el colombiano Luis Bolívar y el mexicano Sergio Flores, entre otros valiosos espadas americanos, y del grupo hispano a Finito de Córdoba, Rubén Pinar, Sánchez Vara, Gonzalo Caballero, Urdiales… nombres familiares a la afición venezolana.
La conversación con Colombo se centró en la situación que vivimos los venezolanos, y el joven matador expresó que “depende de nosotros el echar adelante la fiesta en Venezuela.”
Consciente que vivimos la hora del sacrificio, recuerda con admiración y afecto a Manolo Vanegas con quien estuvo antes de venir a Venezuela.
Manolo es un admirable valiente. Un ejemplo de actitud, del que todos los taurinos debemos sentirnos orgullosos.
Al concluir la reunión telefónica con el matador nos comenta que iba saliendo hacia la ganadería de Hugo Domingo Molina, porque “no debemos perderle la cara al toro”.
Así que, cada vez que puede, hay que ir torear, tentar, vivir la intensidad del toreo dando pasos firmes en el camino de la profesión. Uno a uno, sin pausas pero sin prisas.
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