martes, 1 de febrero de 2022

Triple 6-0 de Rafa Nadal a la mediocridad / por Juan Manuel Rodríguez

A estas horas, y después de que a Nadal le haya felicitado a través de las redes sociales el deporte mundial, Fútbol Club Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Real Sociedad siguen sin reconocer el indudable mérito de este deportista extraordinario. ¿Se puede ser más torpe? 

Triple 6-0 de Rafa Nadal a la mediocridad

Madrid, 31.01.2022
Podemos lo pudre todo, incluso el histórico festival de Benidorm, hoy rebautizado de un modo tan paleto como Benidorm Fest, como si alguien hubiera pensado que amputando un adjetivo tan bonito las canciones llegarían más lejos. Decía que Podemos (y quien dice Podemos dice también sus adosados) lo pudre todo porque en este festival, que a su bien merecido prestigio añadía el incentivo de que quien ganara representaría a España en Eurovisión, se hizo viral una canción, "¡Ay mamá!", distinta y muy festivalera, que se encargó de emponzoñar la pudridora oficial del reino, la ministra de Igual Da, con un tuit en el que decía no sé qué del miedo a las tetas, y desgraciadamente es textual. A ver, la canción de Bandini no era Waterloo de ABBA o Ne partez pas sans moi de Celine Dion, pero no estaba del todo mal. ¿Qué ocurrió? Pues ocurrió que Podemos y vecinos salió en tromba a dictaminar que la señorita Rigoberta Bandini tenía que ganar por el artículo 33. Y perdió. La señorita Bandini, que era la que hablaba de las tetas, perdió. Y ganó otra señorita que se llama Chanel y que defendió con brillantez una canción titulada "SloMo"; y es que esta señorita, que es guapísima por cierto, canta muy bien y baila aún mejor. ¿Qué ha pasado después? Pues ha pasado que como no ha ganado la (a su pesar) candidata podemita, a la otra señorita le han hecho la vida tan difícil que la pobre ha tenido incluso que abandonar Twitter.

Nada escapa a la voraz antropofagia española, nada. Y seguro que cuando se celebre Eurovisión cuando sea habrá españoles que quieran que a Chanel Terrero le vaya muy mal y quede la última porque ganó a Rigoberta Bandini, que era su candidata y porque en la letra de su canción hablaba de las tetas. Aunque parezca increíble tampoco escapa de esa voraz antropofagia nuestro Rafael Nadal Parera a quien (por cierto, otro podemita) le ha llegado a llamar pasabolas y de quien (por cierto, otro podemita) se dijo que estaba sobreactuando por aparecer de improviso a echar una mano a sus paisanos de Mallorca durante las riadas de 2018. Ayer Rafa Nadal firmó una de las páginas más brillantes de la historia del deporte español al ganarle con casi 36 años la final del Abierto de Australia a un tenista once años mas joven que él. Y no sólo eso: le remontó dos sets en contra conquistando así su vigésimo primer título de Grand Slam convirtiéndose de ese modo en el tenista que más torneos de esas características ha ganado jamás a lo largo de toda la historia superando a Roger Federer y a Novak Djokovic. Tres días antes de decidir si volaba o no a Melbourne, Rafael Nadal, que venía de pasar el Covid con muchos síntomas, no sabía si iba a poder seguir compitiendo. En septiembre, Nadal salió de una clínica de Barcelona en muletas debido a una necrosis en el escafoides de su pie izquierdo, que tiene roto por la mitad desde los 18 años. Le dijeron que se olvidara, que colgara la raqueta, que no podría competir más. Y, además, ¿para qué? ¿A qué objeto? ¿Con qué sentido? Hasta hace 5 meses Nadal había ganado veinte torneos de Grand Slam. Ya era el mejor. No tenía que demostrarle nada a nadie... salvo a él mismo. Hoy Nadal ya tiene veintiún torneos de Grand Slam. Cualquier médico dirá que la lesión degenerativa que sufre Rafa retiraría al 99% de los seres humanos. A todos salvo a él.

Y ahora es cuando vuelvo al festival de Benidorm, a Rigoberta y a Chanel. No estaba aún frío el cadáver deportivo de Medvedev, su equipo de cirujanos estaba analizando cómo había sido capaz de matarlo en la pista Nadal cuando vi a Ramón Espinar junior ensuciando su victoria en un programa de televisión y luego, en Twitter, a los antivacunas poniendo en tela de juicio su victoria porque Djokovic, que se quiso saltar la legalidad, no había competido en Australia. Mi amigo Jaime Ugarte, que es tan buena persona como periodista, y eso que como periodista saca siempre un 10, me dice que no debemos ensuciar una victoria tan preciosa como la de ayer de Nadal contando estas cosas pero yo, que probablemente sea peor persona que él e indudablemente soy peor periodista, creo que no se trata de ensuciar sino de poner en evidencia a quienes no saben, no quieren o no pueden disfrutar de las cosas buenas de la vida. A estas horas, y después de que a Nadal le haya felicitado a través de las redes sociales el deporte mundial, Fútbol Club Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Real Sociedad siguen sin reconocer el indudable mérito de este deportista extraordinario. ¿Se puede ser más torpe? Yo, lo reconozco, dudé. Y como sufría, dejé de ver el partido. Me fui del estadio antes de tiempo y tuve que escuchar la remontada desde la calle. No quería ver cómo Medvedev, que era Iván Drago, destrozaba a Rafa. No caí en la cuenta de que Rocky siempre vuelve. Con el 2-1 en contra volví y, cuando ganó, me alegré como se alegró con él la España buena y normal. La otra, la del miedo a las tetas, ni madruga ni probablemente haya visto a nadie madrugar en toda su vida. Ni, por supuesto, sabe lo que es una raqueta. Triple 6-0 a la mediocridad.

1 comentario:

  1. Brillante, Juanma. Un buen y merecido repaso a aquellos que no conformándose con ser unos tristes y amargados patológicos pretenden hacer de los que no piensan, afortunadamente, como ellos, de nuestra vida otra amargura integral como la suya. Que aprendan a disfrutar de la vida estos carcas intelectuales, toda esta bazofia podemita, con los éxitos de la gente de bien, luchadora y trabajadora.
    Saludos de un atlético.
    Pablo Galán Espadas.

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