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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 19 de noviembre de 2023

Timadores / por Pla Ventura


"..Como diría el maestro Facundo Cabral, la sociedad actual está tan mal por las fechorías de los malos y, a su vez por el silencio cómplice de los buenos. Nadie mejor que el astro argentino para definir la situación que expongo.."

Timadores
Pla Ventura
Toros de Lidia/18 noviembre, 2023
La peculiaridad del mundo de los toros es lo que incita a los timadores a desarrollar su “profesión” es este mundillo tan variopinto que, sabedores todos de que en dicho oficio reina el silencio sepulcral ante cualquier tropelía, es por ello que, los estafadores campan a sus anchas y, lo que es peor, sin nadie que les denuncie en lo más mínimo porque, entre otras muchas cosas, si algo sufre el mundo de los toros es la falta de unión entre los profesionales que, desamparados todos, por ello, sufren todas las tropelías habidas y por haber.

Ahora sigo con la cuestión pero, me ha venido a la memoria la figura del personaje que ejerce o vive del llamado “toque”; digamos que, tal nefasto menester lo llevan a cabo toreros arruinados, gentecillas de mal vivir que, amparándose en la buena voluntad de sus homónimos, a diario les arrancan el clásico billete de cincuenta euros y de tal manera van tirando. En realidad, estamos hablando de pan para hoy y hambre para mañana pero, son defectos consentidos que, al final, todo el mundo lo da por hecho. Lo dicho, pese a ser gravísimo, apenas es una broma comparada con lo de los timadores en cuestión.

Me ha venido ahora a la mente porque, en fechas pasadas pudimos saber que el diestro Serafín Marín había denunciado a un empresario que le había contratado para tres actuaciones y no le ha pagado un duro. Desdichadamente, casos como el del torero catalán los encontramos por decenas a lo largo de la temporada, con la salvedad de que quedan encubiertos por el silencio de los damnificados. Como diría el maestro Facundo Cabral, la sociedad actual está tan mal por las fechorías de los malos y, a su vez por el silencio cómplice de los buenos. Nadie mejor que el astro argentino para definir la situación que expongo.

A cualquiera se nos desgarran las entrañas al saber lo de Serafín Marín que, como sabemos, estos hechos delictivos se les aplican a personas sin fortuna y sin recursos porque, lo gracioso del tema es que eso timadores lo hicieran con Morante, por poner un ejemplo rimbombante; pero no es el caso porque el de La Puebla seguro que no entra al trapo si no vislumbra una claridad meridiana a la hora de firmar un contrato.

¿Qué sucede? Que siempre lo pagan los mismos, los de abajo, los que carecen de todo recurso porque, para mayor desdicha, pobre del que pretenda combatir contra un empresario ilegal. Lo digo porque, el supuesto empresario taurino, de repente, se declara insolvente y, las leyes se las pasa por el mismísimo forro. Y el que no haya cobrado que se joda. Es lamentable, pero así funcionan las leyes de este país. Como dice un axioma verdadero, pobre de todo aquel que pretenda cobrar una deuda mediante la intercesión de la justicia. De entrada, date por jodido.

Lo lamentable es que, cualquiera puede ser empresario taurino, o de cualquier otra actividad, nada importa. Con tres mil euros se inscribe una sociedad en el registro mercantil y, ya tienes el pasaporte para hacer todo el daño que te plazca. Y lo más sangrante de la cuestión es que, pese a todo, todavía queden ayuntamientos de ciertos pueblos que, otorgan plazas de toros al primer delincuentillo que por allí aparece. ¿Consecuencias? Serafín Marín es la prueba de lo que digo. Claro que, el asombro total llegaría si supiésemos al final del año cuantos toreros han quedado damnificados como el diestro de Barcelona.

Fallan las leyes, como todo en la vida. Lo digo porque cualquiera que quiera ser empresario taurino debería de depositar un aval por el importe del montante de la feria, lo digo porque ante casos como el citado, dicho aval es el que remediaría de todos los males a los diestros que, por culpa de un cabrón asqueroso y repugnante, se dejan sin pan a un hombre que previamente se ha jugado la vida. Y, cuidado que, todos los empresarios taurinos honrados, todos me darán la razón mientras que, lógicamente, me repudiarán los indeseables timadores o estafadores que quieren vivir del sudor de aquellos que han contratado.

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