EN RECUERDO DE CURRO DE UTRERA
Estas soleares de Córdoba había que escucharlas hasta aprendérselas. Cada vez que se oyen te gustan más:
"Los dos por un caminito,
que tú a mi vera
y yo a tu lao,
yo cantándote bajito,
y tú el pelo alborotao.
Recoge ese negro pelo,
que no lo acaricie el aire,
que yo del aire me encelo.
Quédate con Dios, ventana,
y dile tú a quien te cierra,
que si se acuerda de mi
como yo me acuerdo de ella.
Que hasta tu madre me ha dicho
que yo no te haga caso
porque vives de capricho".
- Con casi noventa años, Curro la seguía cantando en actos de homenaje.
De Curro de Utrera fue el primer disco de flamenco que tuve, y que compré porque contenía los cantes de Córdoba, de los cuales este sevillano fue quizá el mayor exponente después de Onofre.
Curro aguantaba las bromas. Como tenía la tez morena y el pelo blanco, un día en que llevaba camisa negra con chaqueta y corbata blancas, Chano Lobato lo presentó de esta manera: "Y ahora les va a cantar a ustedes por soleares el negativo de Curro de Utrera".
Seguro que ya están los dos otra vez de broma en la Gloria. Bueno, allí, desde que llegaron Chano y El Beni, todo son bromas. Pero silencio, que va a entrar del brazo de Curro la soleá cordobesa.
El Hombre Tranquilo
Se lo he pasado a mí padre que le encanta éstas cosas de nuestra tierra.
ResponderEliminarGracias.
Me informa Juan Lamarca que don Saúl Montenegro, ganadero ecuatoriano titular del hierro de "Santa Rosa", le reclamaba que, en sus viajes a Quito, le llevara ejemplares de la discografía del recientemente fallecido "Curro de Utrera".
ResponderEliminarAmigo don Saúl, me causa admiración - y también tristeza - que desde tan alejadas tierras tengan que demostrarnos lo que es la afición al flamenco. Que se interesen en Ecuador por este arte mayor como no lo hacemos los españoles - que ahora estamos en la fusión, es decir, en el retroceso al "pre-flamenco", la época en la que todas las coplas eran folklóricas y todo valía - me llena de esperanza.
Decididamente, si los toros se salvan, será gracias a Francia, y si el flamenco no se extingue, será gracias a aficionados de tierras lejanas como usted, ganadero de bravo y amante de lo jondo.
Un abrazo desde Córdoba, España.
El Hombre Tranquilo