"... Mientras la mayoría de las figuras se han quitado de Pamplona, para no tener que enfrentarse al toro más serio de la temporada, el señor Julián si que ha venido a dar la cara, detalle que se agradece..."
- Una de las cosas que más gusta a ciertos critícos taurinos, es desenterrar cadáveres ha tiempo sepultados. Nos han querido convencer de que Finito de Sabadell está en su mejor momento. Finito sigue siendo el de siempre, un torero de buenas maneras pero incapaz del menor esfuerzo.
Finito / Fotografía: Diario Hoy /
"...Antiguamente, cuando un torero se inhibía en Pamplona, tenía que salir escoltado por la fuerza pública..."
EL SEÑOR JULIÁN DEFIENDE SU SITIO
Domingo Delgado de la Cámara
Durante el pasado invierno mucho he criticado al señor Julián por su absurda pretensión de gobernar el toreo, intentando imponer su dictadura personal. No se da cuenta que aquí el dictador tiene que ser el público soberano, que para eso paga. Y los componentes del espectáculo, toreros incluidos, deben de plegarse a la voluntad del respetable. Pero hoy le llega el turno de la alabanza. Mientras la mayoría de las figuras se han quitado de Pamplona, para no tener que enfrentarse al toro más serio de la temporada, el señor Julián si que ha venido a dar la cara, detalle que se agradece. Ayer triunfó con el lote que menos se prestó de una manejable corrida de Domingo Hernández. Esta corrida tuvo dos toros excelentes que fueron el cuarto y el sexto, ninguno de los dos cayó en manos del señor Julián. Que quede claro que le llamo así porque su apodo me resulta muy infantil para una figura de esta dimensión. Como iba diciendo, el lote del señor Julián fue el menos propicio para el triunfo. El triunfo lo busco el torero con ahínco, estando muy por encima de dos toros mediocres. Su primero era muy mirón y no tenía más que media arrancada. El señor Julián estuvo muy valiente, se puso muy cerca y a base de consentirle, sacó todos los muletazos que tenía. Cortó una oreja después de una estocada tendida y trasera, en la que tuvo que hacerlo todo él, porque el toro le esperó con la cara arriba.
El quinto era un toro noble, pero que embestía sin clase y sin humillar. A base de temple, el señor Julián, consiguió muletazos muy largos y que el toro rompiera hacia adelante. Sí, de acuerdo, señores puristas, el señor Julián no es un prodigio en el ajuste, pero tiene mil cualidades que compensan esta carencia. Como por ejemplo, hacer embestir a dos toros con tan pocas ganas de hacerlo, como los de ayer. Cortó una oreja a este quinto, podían haber sido dos si hubiera matado a la primera.
Una de las cosas que más gusta a ciertos critícos taurinos, es desenterrar cadáveres ha tiempo sepultados. Nos han querido convencer de que Finito de Sabadell está en su mejor momento. Finito sigue siendo el de siempre, un torero de buenas maneras pero incapaz del menor esfuerzo. En cuanto vio el imponente trapío del primero (junto al sexto, el más serio del encierro), decidió que mataran al toro en el caballo, y cuando cogió estoque y muleta, fue para aliñarlo y quitarse al toro de delante. A ciencia cierta no sabemos como fue el toro, porque el de Sabadell no le puso la muleta ni una sola vez. Desde el tendido el toro pareció noble. Finito tuvo suerte con la espada, cuando todos esperábamos un mitin, el segundo pinchazo fue muy hondo e hizo pupa al toro. El Fino escuchó una pitada llena de justificación. Pecata minuta. Antiguamente, cuando un torero se inhibía en Pamplona, tenía que salir escoltado por la fuerza pública. Pero peor fue lo del cuarto, un toro de gran clase por ambos pitones, sobre todo por el derecho. Finito se pasó el trasteo echando al toro fuera, lleno de desconfianza. Ahora si que hubo mitin con el verduguillo. Cuando un torero no es capaz de confiarse ni de aprovechar un toro tan claro como este cuarto, tiene un serio problema. Es obvio que la historia torera de Finito ya está escrita. Un desastre. Por cierto, ¿a quien se le ocurrió traer un torero como Finito a Pamplona? Si con veinte años era incapaz de hacer un esfuerzo, imagínense con cuarenta.
Talavante de vez en cuando hace alguna genialidad, pero cuando no está a gusto ni lo ve claro, se le apaga la luz y su quehacer es de una total mediocridad. Ayer tuvimos la peor versión de Talavante. Desperdició completamente un lote de triunfo. Su primero, era un toro alegre, con el único defectillo de puntear al final del muletazo. Talavante nunca mandó en la embestida. Un revolcón muy a tiempo y una estocada a la primera, le pusieron en la mano una oreja muy barata. Y es que no hay público más ingenuo ni bondadoso que el de Pamplona. Lo que preocupa a los toreros de Pamplona, es el toro, que es un tío, pero el público es de bombón helado.
El sexto fue un gran toro. Tenía un enorme trapío, pero a pesar de su seriedad, estaba bien hecho. Fue muy bravo en el caballo y tuvo mucha clase en la muleta. Talavante ni se enteró. El extremeño ha pasado muchas fases, ahora está en la del medio muletazo y el unipase. Lo que nos faltaba. Dando los muletazos de uno en uno, es imposible construir una buena faena. Por eso se le fue el toro. Talavante necesitaba ayer un triunfo sonado y no una oreja de regalo. Le va a costar mucho entrar en las ferias. Hoy tenemos un duelo directo entre los dos triunfadores de la temporada, Perera y Fandiño. Esto va a ser interesante...
Sr. Delgado, ayer no pude presenciar la corrida por TV, pero me a bastado leer su crónica para hacerme una idea de lo que en realidad aconteció en el ruedo de Pamplona. Coincido con usted en cuanto al trato de respeto que de una vez se le debe dar al "Juli" pues se lo tiene mas que ganado a pulso en los ruedos dando la cara cada tarde y siendo además de los que mas están promocionando y fomentando actualmente la tauromaquia, vía escuela taurina, fundación, tentaderos públicos, etc..etc.........
ResponderEliminarLo del Fino, también coincido con sus comentarios. Hay toreros que están deseando hacer el paseo en ferias como la de San Fermín dispuestos a jugarse los muslos cada tarde y por culpa de toreros a los que el tren les abandono hace muchas temporadas, no pueden torear por falta de oportunidades.
Un saludo y mis mas sinceras felicitaciones.
No coincido ni con el autor de esta cronica ni con el anónimo del anterior comentario. Todos sabemos qué tipo de torero es Finito, pero para mi ha sido un milagro que 13 años después haya vuelto a Pamplona derrochando toreria y gusto como nadie. Es verdad que los castigó en el caballo (pero no más que Morante al que se le perdona todo) y que eran solo detallitos aislados. Pero yo prefiero esto ante la vulgaridad y al pegapasismo que se ha visto estos dias. Además si nos quejamos que todos torean iguales, deberiamos alegrarnos que siguan existiendo toreros como Finito. Hay que defender la variedad de "toreos" y no solo de encastes (cosa que por lo que leo, Delgado no es capaz de valorar) en mi modesta opinión.
ResponderEliminarUn saludo
Gregorio