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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 22 de junio de 2024

Festejos sin alma / por Pla Ventura


"..Y no hablemos de ese esperpento que se anuncia en Murcia en que, Pepín Liria y Enrique Ponce se disputan el trono del toreo en un apasionante mano a mano. Échale hilo a la cometa que mucha falta le hace.."

Festejos sin alma

Pla Ventura
Toros de Lidia/21 junio, 2024
El mundo empresarial taurino suele ser muy complejo y, lo peor de la cuestión es que muchos empresarios no son aficionados a los toros, tienen sus empresas para ganar dinero pero, aquello de sentir como aficionados es un imposible, sencillamente porque no lo son. ¿Qué ocurre entonces? Está clarísimo. Montan los festejos que creen oportunos con la idea de ganar cuanto más dinero mucho mejor y, lo que puedan pensar los doctos en materia les importa un pimiento; el que quiera que vaya y al que no le guste que se quede en casa.

Digo todo esto porque llevamos unos años en que, el antaño reñido mano a mano entre dos toreros que competían por el liderazgo, aquello ha pasado a mejor vida. Ahora, esos dos toreros que se reúnen en un cartel solo tienen una idea, abaratar costes y en eso tienen razón. Otra cosa muy distinta es que les salga bien la jugada que, en ocasiones suele ser peor el remedio que la enfermedad. Son muchos los duetos que vemos en determinados carteles y esa es la prueba de todo lo que decimos, pagar lo menos que se pueda y esperar que los bobos del lugar traguen el anzuelo.

Esa manera de colocar a dos toreros en un solo cartel es algo inútil, es el caso de Paco Ureña y Román en Valencia, por poner una de las decenas de ejemplos que podríamos decir al respecto. ¿Merecen entrar dichos toreros en la citada feria? Por supuesto que sí, sencillamente porque ambos, en la pasada feria de marzo estuvieron muy bien, pero no de esa forma absurda que se les ha colocado para que, juntos, apenas congreguen medio aforo para que la empresa, tras el festejo, les diga que no interesan al gran público.

Esto es lo que podríamos llamar economía “sumergida”, dentro de toda la legalidad posible. No es menos cierto que, los números están hechos antes de empezar el festejo y, como en el caso de Valencia, ya se sabe que, con menos de medio aforo sobra dinero para pagarle a todo el mundo y que la empresa obtenga beneficios. Yo diría que, si de ganancias hablamos, como te descuides, las empresas ganan más dinero en este tipo de festejos que con las figuras de relumbrón que, de no llenar por completo la plaza, la ruina está más que servida.

Otro mano a mano que me sorprende no es otro que el de Roca Rey con Fortes en la feria de Málaga. ¿Ha pedido alguien semejante esperpento? Nadie, pero, si analizamos los emolumentos crematísticos de Roca Rey con lo que le puedan dar a Fortes, los números cantan por sí mismos. Claro que, otra cosa muy distinta es el interés que pueda despertar ese festejo que, sin duda alguna, pese a Roca, será ridículo. Es lo que decía, me parece fantástico que incluyan en la feria de Málaga al chico de allí, pero, nunca de esa forma tan absurda que, de entrada, ya actúa como perdedor.

Y no hablemos de ese esperpento que se anuncia en Murcia en que, Pepín Liria y Enrique Ponce se disputan el trono del toreo en un apasionante mano a mano. Échale hilo a la cometa que mucha falta le hace.

Queramos o, todo lo contrario, todo es un conflicto de intereses; lo que puedan pensar los aficionados no deja de ser una estupidez; lo que prevalece es el deseo de la empresa, la que fuere, que nunca pregunta al aficionado por los carteles que puedan interesarle. Claro que, si esto se hiciera algún día, al empresario que tuviera esa iniciativa habría que levantarle un monumento.

No quedan románticos en el empresariado taurino, las pruebas son concluyentes. Y lo digo porque, ante todo, habría que darles oportunidades a todos los que se las han ganado, caso de Borja Jiménez que, tras diez años en el dique seco, al parecer, los triunfos del muchacho en Madrid empiezan a dar sus frutos, cosa que nos alegramos muchísimo. Borjita, en voz baja, es reclamado por todos los aficionados sin que nadie lleve una pancarta mostrando su nombre. Que cunda el ejemplo, que los empresarios se conciencien de la valía de cada cual y, sin lagrimas ni lástimas, se incluya en los carteles a todos aquellos que se lo han ganado en los ruedos.

Eso sí, el “reñido” mano a mano que lo dejen para otras ocasiones, yo diría que, para cuando el hecho así lo demande. La absurdez de poner a dos toreros y quitar un puesto de trabajo a un tercero me parece un acto de insensatez al más alto nivel; digamos que, una burla hacia todos aquellos que podían ocupar dicho puesto y, a su vez, hacia los aficionados que tienen que acudir a un cartel que nadie ha pedido.

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