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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 25 de junio de 2024

SE CUMPLEN 60 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE MANUEL CANO “EL PIREO” / por Ladislao Rodríguez Galán


EL AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA LE ESTÁ MONTANDO UNA EXPOSICIÓN HOMENAJE EN EL MUSEO TAURINO QUE SE INAUGURARÁ EL DÍA 28 DEL PRESENTE MES

SE CUMPLEN 60 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE MANUEL CANO “EL PIREO”

Ladislao Rodríguez Galán
La Montera/fotos: Ladis / Córdoba, 24.06.2024
La última alternativa concedida en el desaparecido coso de “Los Tejares” (26-9-1964) fue la del novillero cordobés Manuel Cano “El Pireo”. Para ese acontecimiento se levantó una enorme expectación porque el chaval, del barrio de las Margaritas, se había convertido en una auténtica figura del toreo aclamada por todos los públicos.

La historia de este torero elegante y artista (nacido el 30 de julio de 1943) comienza toreando un becerro (de nombre “Lechuguino”) en una placita de tientas. A partir de ese momento el espigado chaval, llevado por su afición, consigue meterse de lleno en lo que de verdad le gustaba: el mundo del toro. Si bien su paso por la fiesta puede calificarse de fugaz, fue suficiente para conseguir, con su propia personalidad y fina elegancia saborear la fama y la gloria, negada rotundamente a los mediocres y vulgares. Por eso se convirtió en un torero importante toreando con las máximas figuras. Porque “El Pireo”, en sus cuatro cortas temporadas como matador de toros, logró erigirse, también, como figura de primerísima fila, triunfando en todas las plazas y llenando sus vitrinas con los trofeos taurinos más prestigiosos. Y, lo que es más importante, poniendo al exigente público de la época de acuerdo.


Las páginas del libro taurino del torero cordobés más elegante y con más clase de la segunda mitad del siglo XX, comienzan a escribirse en la plaza de toros de Belmez, cuando se viste de luces por primera vez (18-julio-1961) alternando con “Romerito” para lidiar novillos de Ramón Sánchez. Tras actuar en varias plazas, consiguiendo resonantes éxitos, el 17 de septiembre de 1961 se presenta en Córdoba en novillada sin picadores con ganado de herederas de Alfonso Olivares, alternando con Francisco Ruiz “Limones” y Manuel Aguilera. En este festejo resultó herido de gravedad reapareciendo en la misma plaza el 11 de marzo de 1962 alternando con “El Campiñé” y “Limones” con reses de Núñez Guerra.


Esta temporada de 1962 fue de auténtico éxito logrando torear en veinticinco festejos sin picar, debutando casi al final de la misma con picadores. Como tal se presentó en Córdoba el 19 de septiembre con Joaquín Miranda y “Zurito” y novillos de Hijos de Juan Valenzuela, presentándose al año siguiente en Madrid, el 10 de Mayo, con novillos de Andrés Parladé junto a Gabino Aguilar y Rafael Corbelle. Esta tarde no pudo triunfar pero dejó tal regusto en la afición que hizo que le repitieran el día 14 del mismo mes, consiguiendo un enorme éxito con corte de tres orejas y salida triunfal a hombros. A último de mayo se presentó en la Real Maestranza de Sevilla, junto a “El Bala” y “Limones” volviendo a triunfar.

ÚLTIMA FERIA EN LOS TEJARES

Este año de 1964 el coso de “Los Tejares” viviría su última feria de mayo, ya que al año siguiente (9-5-1965) se inauguraba la nueva plaza. Pues bien, en este último ciclo ferial intervino “El Pireo” en dos novilladas en las que se acabó el papel. En la primera (día 25) junto a “El Monaguillo” y “El Puri” y reses de hijos de Juan Valenzuela logró dos orejas y rabo. En la siguiente (día 27) con ganado de Herederos de Bernardino alternó con Juanito Tirado y José Fuentes y logró los máximos trofeos, o sea cuatro orejas y dos rabos.


ALTERNATIVA

Avalado por este incontestable éxito en Córdoba, junto a los conseguidos en las diferentes plazas en las que actuó (66 festejos en total), decidieron al torero a pasar al escalafón superior. Aunque se barajaron algunas fechas y plazas, se optó por que fuera en Córdoba en la feria de septiembre. El día elegido el 26, la ganadería Carlos Núñez, el padrino Antonio Bienvenida (en principio estaba anunciado Manuel Benítez “El Cordobés”, pero en esa fecha estaba herido) con Gabriel de la Haba “Zurito” como testigo. El toro de la alternativa atendía por “Fogarín”, de pelo negro y lucía el nº 156.

Esa temporada aún toreó cinco corridas de toros más, despidiendo el año en Córdoba en un festival a beneficio de la Campaña de Navidad e Invierno el día 23 de Noviembre. Ese año no realizó campaña americana por actuar de protagonista en la película “Currito de la Cruz”.


CONFIRMACIÓN EN MADRID

Confirma doctorado en Madrid (18-mayo-1965) de manos de Julio Aparicio con Curro Romero de testigo, con el toro ” Estribero”, negro zaíno marcado con el número 36. Actuó en aquella temporada en 65 corridas de toros en España y 30 en América. En 1966 toreó 78 en España y 15 en América. En 1967 hizo el paseíllo en 43 corridas en España y 6 en América y en la campaña 1968 toreó 22 en España y 4 en tierras hispanoamericanas, poniendo final a su carrera taurina cuajada de éxitos.

REAPARICIÓN

Pero, tras un periodo de inactividad de un par de años decide regresar y se anuncia como único espada en una corrida en Córdoba el 28 de marzo de 1971. Lidió tres toros de Antonio Pérez de San Fernando, dos de Pérez Angoso y uno de Rafael Peralta. El balance fue solamente de dos orejas lo que indicó al torero que debía desistir en su empeño. Ya nada era igual. El tiempo siempre pasa su factura. Sin embargo no fue esta la última vez que toreó en público, pues lo hizo en un festival en Córdoba (10-3-1990) a beneficio de la Hermandad del Rocío.

“El Pireo” vivió una época del toreo muy intensa, con el escalafón repleto de grandes figuras encabezadas por el meteórico Manuel Benítez “EL Cordobés”, pero su toreo elegante y artista le abrió el camino de la gloria (como matador de toros salió dos veces de Las Ventas en hombros), haciéndose con los más preciados trofeos del orbe taurino (España y América), conquistando en tres ocasiones en nuestra plaza el ansiado trofeo “Manolete” (1965, 1966 y 1967).


Si en su etapa profesional lo consiguió todo (fama, fortuna y gloria) en su vida privada también alcanzó la serenidad que da contar con una familia estable, tiene cinco hijos y varios nietos. Como amante del campo, y bien aconsejado, se hizo agricultor (su finca “Montalvo” de fecundo olivar y almendros) absorbe toda su atención.

SU HIJO RUBÉN

Pero como la vida sigue, volvió a revivir ilusiones en la figura de su hijo Rubén que le manifestó su deseo de ser torero. Y en ese instante la tranquilidad de este hombre se trunca al volver a la vorágine de los despachos y los ruedos y a los kilómetros de las carreteras.


Tras varias actuaciones por diversas plazas, el día 27-5-1997, torea Rubén en Córdoba una novillada de cinco ejemplares de Guadalest y uno de Yerbabuena, junto a Romero de Córdoba y Morante de la Puebla, consiguiendo cortar cuatro orejas y un rabo, tras dos grandiosas faenas que reverdecieron en la memoria de los aficionados más antiguos la clase y el toreo exquisito de su padre.

La alternativa la toma igualmente en Córdoba (25-5-1998), con toros de Torrestrella, de manos de Jesulín de Ubrique y “Finito de Córdoba” como testigo. Esa tarde logra encandilar al público que le premia con dos orejas saliendo de la plaza a hombros. Sin embargo una lesión inoportuna en una clavícula le obliga a dejar la profesión, pues tras repetidas operaciones tiene que rendirse a la evidencia.


Lamentable pérdida de un torero que seguía los pasos de su padre toreando con mucho gusto con el capote, clase con la muleta y fácil con la espada al que se le auguraba un futuro despejado y espléndido.

Pero así es el mundo del toro. La ilusión muchas veces, la elimina la cruda realidad.

EXPOSICIÓN EN EL MUSEO TAURINO

Después de la desaparición de “Manolete”, hubo un vacío en la cantera cordobesa hasta que varios toreros cordobeses destellan con fuerza en el firmamento taurino.


De todos son bien conocidos, entre otros, las grandes figuras del toreo, José María Martorell, Manuel Calero “Calerito”, Alfonso González “Chiquilín”, José María Montilla, Manuel Benítez “El Cordobés”, Gabriel de la Haba “Zurito”, Agustín Castellano “El Puri”, Fernando Tortosa y Manuel Cano Ruiz “El Pireo”.

Pero, con “El Cordobés” aparte, es sobre todo “El Pireo”, torero artista como pocos, el que marca la pauta y el que ocupa un lugar de privilegio en los carteles de las mejores ferias, tanto en España como en Hispanoamérica.


El toreo de nuestro protagonista se basaba en la verticalidad, el temple, el embrujo y la calidad. No solamente con la franela, si no con el capote, que dominaba en todas sus expresiones. El capote de Manuel era de un virtuosismo excepcional y exquisito.


Hablamos, pues, de un grandísimo torero que paseó el nombre de Córdoba por las mejores plazas del mundo. Y lo que es más importante, con categoría.


Y aunque su carrera fue breve, no por eso menos intensa. Y tanto en España como en América, dejó el sello de su plasticidad torera y traerse para sus vitrinas los más prestigiosos trofeos.

El Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, sensible con la tauromaquia, para conmemorar el sesenta aniversario de su alternativa (26-9-1964), ha organizado una exposición en el Museo Taurino donde se muestran objetos e iconos de su paso por la Fiesta de los Toros.


Es una muestra histórica como homenaje a un gran torero de Córdoba: Manuel Cano Ruiz “El Pireo”.

MONTAJE DE LA EXPOSICIÓN

Prevista para inaugurarse el próximo viernes día 28 la experta y conocida empresa MANMAKU es la responsable del montaje de la exposición, una muestra que ya ha comenzado a tomar forma y que el próximo viernes quedará abierta al público tras un acto de inauguración que contará con la presencia del torero protagonista.


Por su parte Grafisur, como ha hecho en exposiciones anteriores, se ha encargado de la ampliación de las fotografías y carteles que decoran la entrada del Museo y la sala expositiva.


Todo pues cuenta con las máximas garantías para que el homenaje a esta gran figura del toreo sea un rotundo éxito.




A la inauguración pueden asistir cuantas personas lo deseen. Recuerden: viernes día 28, a las 12 de la mañana en el patio principal del Museo Taurino. La exposición estará visitable hasta el día 15 de septiembre de 2024. Allí nos vemos



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