El interés vehemente de los empresarios taurinos le hará anunciarse en cinco carteles antes de regresar a la Maestranza el Domingo de Resurrección.
La patronal compromete a Morante de la Puebla, que volverá a firmar una intensa temporada para 2024.
Jesús Bayort
Aunque ya son cinco las corridas acordadas antes del Domingo de Resurrección: Olivenza, Navalmoral de la Mata, Valencia, Castellón y Almendralejo. Cinco tardes como víspera de su regreso a la plaza en la que hace menos de tres meses dijo definitivamente «mi muñeca no puede más». Tres meses en los que el torero ha pasado prácticamente al anonimato: primero, refugiado y desconectado en tierra portuguesa hasta aclarar la mente; después, recluido en su finca Malvaloca hasta afinar el talle, que ha logrado tras una intensa disciplina física. Son pocos los animales que desde entonces ha toreado, aunque enormes las sensaciones logradas.
El primero en anunciar su interés por Morante de la Puebla para el 2024 fue Ramón Valencia, quien reconoció en una entrevista publicada en estas páginas que el torero tendría el ofrecimiento para volver a ser la columna vertebral del abono hispalense. Más adelante se difundió una imagen de la temprana visita de Rafael García Garrido a la Huerta de San Antonio (La Puebla del Río), quien negoció sobre el ilustre despacho de Joselito el Gallo la vuelta del cigarrero a Madrid y Valencia. Y aunque sin imágenes, la escena se ha repetido otras tantas veces en el cortijo de Malvaloca, primeras tierras que compró Morante entre los pagos de El Palmar de Troya y Villamartín, hasta donde se han desplazado varios empresarios para convencer, primero a Pedro Marques y después al torero, de que debían estar en sus respectivos cosos.
Algo parecido ha pasado con la tardía contratación para la feria de Olivenza, que no entraba en su planteamiento inicial y que se ha fraguado sobre la bocina, con los carteles casi camino de la imprenta. El interés vehemente de la patronal refleja el verdadero papel que juega el torero de La Puebla del Río en el momento actual de la fiesta. A sus veintisiete años de alternativa, Morante es el sello distintivo de las ferias, su marchamo de calidad.
El intenso arranque de campaña que le ha preparado Pedro Marques recuerda inevitablemente al de hace dos temporadas, cuando batió el récord de las cien corridas. Un gesto que no pretende reeditar, aunque en estos momentos sea consciente de que le espera un intenso 2024. Mientras eso llega, el torero y su apoderado siguen pendiente de conocer la adjudicación del pliego para organizar la próxima edición de la festividad de San Sebastián en su localidad natal. El regreso de Morante a los encierros de su pueblo tras la desconsideración del anterior equipo de gobierno municipal podría suponer también su debut como empresario (amateur).
En unos días se sabrá.
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